martes, 17 de julio de 2012

El Senado de EE UU acusa a HSBC de blanqueo de dinero del narcotráfico

La sede del HSBC en Londres / FACUNDO ARRIZABALAGA (EFE)

Una investigación revela que el banco no controló millones de dólares en efectivo de operaciones sospechosas con México o Arabia Saudí

El banco movió 15.000 millones de dólares en efectivo de sus clientes mexicanos

REUTERS Washington 17 JUL 2012 - 11:31 CET

Una cultura “profundamente contaminada” hizo que el banco HSBCactuara como entidad financiera de clientes que buscaban ocultar fondos provenientes de los rincones más oscuros del mundo, incluyendo México, Irán, las Islas Caimán, Arabia Saudí y Siria, según un informe publicado este lunes por el Senado de Estados Unidos. Los problemas de este banco británico son conocidos desde hace una década, pero el informe revela cómo de profundos han sido esos problemas, tanto en el banco como en la Oficina de Control de Capitales (OCC) de EE UU, uno de los reguladores bancarios, que según el informe no vigiló adecuadamente al HSBC.

“La cultura en el HSBC estuvo profundamente contaminada durante mucho tiempo”, dijo el senador Carl Levin, presidente del Subcomité Permanente de Investigaciones del Senado.

El informe aparece en un momento delicado para el sector bancario, pendiente de otra investigación internacional por manipular tipos de interés interbancarios. El mes pasado, otro banco británico, Barclays, aceptó pagar una multa de 453 millones de dólares como consecuencia de una investigación conjunta en EE UU y Reino Unido por manipulación del tipo de interés interbancario de Londres, conocido como líbor, que tiene consecuencias directas en los precios de algunos préstamos.

La investigación del Senado aporta una visión poco habitual de cómo respondió el HSBC cuando se le presentaron los numerosos casos de movimientos de capitales sospechosos. El informe cierra una investigación de un año en la que se han revisado 1,4 millones de documentos y se ha entrevistado a 75 cargos del HSBC y reguladores bancarios. El informe es la base para la sesión de comparecencias prevista para este martes en el Senado en la que están citados a declarar tanto cargos del banco como miembros del órgano regulador.

Se espera que tanto unos como otros afronten duras preguntas. Los abusos continuaron incluso después de que la oficina de control de capitales (OCC) actuara contra el HSBC en 2010. Una investigación de Reuters halló fallos continuos en la aportación de datos sobre cumplimiento de las normas contra el lavado de dinero desde 2010.

En un comunicado enviado por correo electrónico, el HSBC dijo que el informe del Senado aporta “lecciones importantes para todo el sector para prevenir que agentes ilícitos penetren en el sistema financiero global”. El banco asegura que está gastando en un mejor cumplimiento y está más coordinado en sus normas sobre transacciones de alto riesgo.

El informe también critica al OCC, y afirma que el regulador no castigó al banco a pesar de las múltiples advertencias, y permitió que el lavado de dinero “creciera hasta ser un problema gigantesco”. Thomas Curry, que se hizo cargo de la oficina hace menos de cuatro meses, dijo en un comunicado que cumplir las normas contra el lavado de dinero “es crucial para los esfuerzos de nuestra nación en combatir las actividades criminales y el terrorismo”. Curry dijo que la oficina hace suyas las recomendaciones del Senado.
15.000 millones en efectivo en México

Los fallos y falta de controles en el HSBC incluyen la incapacidad para vigilar transacciones de dinero en efectivo por valor de 15.000 millones de dólares entre mediados de 2006 y mediados de 2009. El banco ignoró los riesgos de hacer negocios en México, un país donde el narcotráfico es muy importante. Entre 2007 y 2008, las operaciones mexicanas del HSBC aportaron 7.000 millones de dólares al banco en Estados Unidos.

Según el informe, tanto las autoridades mexicanas como estadounidenses advirtieron de que tal cantidad de dinero solo podía provenir de actividades ilícitas relacionadas con la droga.

Dinero sospechoso en Arabia Saudí


La investigación del Senado también examina operaciones del HSBC en Arabia Saudí con el banco Al Rajhi, que según el informe está relacionado con la financiación del terrorismo. Las pruebas de esa relación se vieron tras los atentados de Al Qaeda el 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, según revela el informe citando otros informes del Gobierno estadounidense, casos judiciales penales y civiles e informes de prensa.

En 2004, Al Rajhi demandó al diario The Wall Street Journal (WSJ), que había publicado un artículo sobre cómo las autoridades de EE UU y Arabia Saudí estaban vigilando ciertas cuentas bancarias. El artículo mencionaba directamente al banco.

Al Rajhi dijo en su momento, en respuesta al WSJ, que “condenaba el terrorismo de forma inequívoca”. Ambas partes sellaron un cuerdo en 2004 en el que el diario no tuvo que pagar ninguna cantidad, y dejó claro que “no intentaba insinuar que Al Rajhi apoya ninguna actividad terrorista, o haya estado involucrado en la financiación del terrorismo”, según lo cita el informe del Senado. En 2005, HSBC dijo a sus asociados que no hicieran negocios con el banco saudí. Cuatro meses después, cambió de criterio y permitió estos negocios.

Una oficina del banco en Oriente Próximo continuó haciendo negocios con el banco saudí. En un momento dado, HSBC dejó de ayudar al banco saudí a realizar cierto tipo de transacciones y rechazó el intento de algunos de sus cargos de seguir haciendo negocios con esta entidad. A finales de 2006, Al Rajhi amenazó con suspender todos sus negocios con HSBC si no mantenía el acceso a la capacidad del banco de transportar grandes cantidades de dinero en efectivo. El HSBC aceptó dar al banco saudí servicio de traslado de dinero en efectivo hasta 2010, cuando HSBC abandonó este negocio por completo.

El centro de la investigación del Senado eran las operaciones de HSBC en Estados Unidos. La oficina principal está en Nueva York. HSBC utilizó su división estadounidense como reclamo para clientes de fuera de Estados Unidos, especialmente por su habilidad para hacer transacciones en dólares.

Entre los problemas del banco, el informe afirma que los departamentos de control interno del banco eran incapaces de combatir el dinero sospechoso. La alta remuneración de los altos cargos de estos departamentos hizo difícil que se reformaran, dice el informe. Los empleados estaban “sobrepasados” por la cantidad de transacciones sospechosas que tenían que revisar. “Estamos atados y nos estamos retrasando en las investigaciones”, dijo un empleado del banco en junio de 2008. Para entonces, el HSBC estaba recortando costes debido a las pérdidas en el negocio de las hipotecas basura al principio de la crisis financiera. En 2010, un alto cargo de los controles internos dimitió cuando llevaba menos de un año en el puesto, según el informe.

Los problemas más habituales en el banco estaban relacionados con transacciones en México, “un país acosado por el narcotráfico y el lavado de dinero”, según el informe. HSBC audó a mover dinero de una oficina llamada Casa de Cambio Puebla que servía de centro de blanqueo de dinero. Entre 2005 y 2007, hubo un “creciente flujo” de dólares entre la casa de cambio y el HSBC, que hizo saltar las alarmas en el banco. Algunos cargos del banco dijeron que las transacciones eran legales y que el dinero provenía de raceros mexicanos que trabajaban en Estados Unidos y enviaban dinero a sus familias. HSBC cerró la cuenta en noviembre de 2007, cuando recibió una orden de investigación de la Fiscalía General mexicana acerca de dinero relacionado con esa casa de cambio.

Negocios prohibidos con Irán


En cuanto a Irán, parte del dinero gestionado por HSBC estaba relacionado con esta país asiático, lo que violaría las prohibiciones de Estados Unidos para hacer negocios con Irán y otros países. Para ocultar estas transacciones, el banco utilizaba un método llamado “desnudar”, que consiste en eliminar toda referencia a Irán en los registros. HSBC presentaba estas operaciones como transacciones entre bancos, evitando toda referencia a Irán, en lo que el informe del Senado llama “pagos ocultos”. HSBC “no actuó contra estas oficinas y no puso fin a estas conductas”, dice el informe.

Entre 2001 y 2007, más de 28.000 operaciones fueron identificadas por un auditor externo como posibles violaciones de las leyes que prohíben los negocios con países sancionados como Irán.

En el centro de los problemas de HSBC está el hecho de que daba servicio a un puñado de firmas más pequeñas que necesitaban acceso al sistema de banca global. En un ejemplo detallado en el informe, el HSBC siguió haciendo negocios con un cliente que había reconocido ante las autoridades de Estados Unidos no haber cumplido con los controles antiblanqueo de dinero. El cliente, Sigue Corp., era una entidad financiera de California que en 28 había reconocido ante el Departamento de Justicia haber permitido transacciones sospechosas por valor de millones de dólares entre 2003 y 2005. Agentes infiltrados entraron en las oficinas de Sigue y llamaron la atención expresamente a los jefes de Sigue sobre operaciones relacionadas con el tráfico de drogas.

Un día después de que la compañía admitiera estas prácticas, David Bagley, el jefe del departamento de control de HSBC, envió una nota manuscrita a otro cargo del banco en la que preguntaba: “Pregunta obvia. Asumo que no son clientes nuestros”. Bagley está citado a testificar este martes en el Senado. De hecho, Sigue era cliente de HSBC, y los altos cargos del banco debatían internamente si cerrar o no esa cuenta. Un cargo del departamento de control recomendó que se cerrara. Al final, HSBC continuó haciendo negocios con Sigue.

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