jueves, 23 de mayo de 2013

Una superpotencia de espiritualidad

La multitudinaria JMJ de 2011 en Madrid / ISABEL PERMUY

110 MOTIVOS PARA ADMIRAR A ESPAÑA

España es cuna de familias religiosas activas en todo el mundo

JUAN VICENTE BOO - Día 23/05/2013 - 13.27h

Es un fenómeno inexplicable. Con una población que no se cuenta entre los primeros 25 países del mundo, España es una superpotencia espiritual única. Algo deben tener nuestras tierras y nuestras gentes, para desencadenar un «tirón» de espiritualidad que llega a todos los rincones del planeta.

El Papa Francisco no sólo es hijo espiritual de Ignacio de Loyola sino también fruto de la evangelización del Nuevo Mundo, realizada por España durante cinco siglos y todavía hoy con nueve mil misioneros y misioneras.

Los jesuitas, dominicos, mercedarios, hermanos de San Juan de Dios, carmelitas descalzos, escolapios, claretianos, etc. han llevado el Evangelio a cientos de millones de personas siguiendo el impulso de españoles excepcionales como Ignacio de Loyola, Domingo de Guzmán, Pedro Nolasco, Juan de Dios, Teresa de Jesús, José de Calasanz o Antonio Maria Claret, por citar algunos entre centenares de fundadores y fundadoras.

El franciscano mallorquín Fray Junípero Serra es un héroe de los Estados Unidos, y su estatua inspira a los parlamentarios en la rotonda del Capitolio de Washington.

El jesuita navarro Francisco Javier es quizá el mayor evangelizador de la historia después de San Pablo, hasta llegar al Japón y morir a las puertas de China.

Karol Wojtyla, un estudiante de filología polaca convertido en trabajador en una cantera, aprendió español para entender a San Juan de la Cruz, su lectura favorita durante el turno de noche en las calderas de la fábrica de Solvay en Cracovia.

Benedicto XVI es un entusiasta «del XVI» español, un siglo desbordante de autores místicos, teólogos, misioneros y humanistas. Ambos Papas peregrinaron a Santiago de Compostela, un camino de espiritualidad y renovación interior que formó la conciencia cultural de Europa y atrae cada año a más peregrinos y a personas sin fe a la búsqueda de Dios.

Familias espirituales

A pesar de los altibajos religiosos de España, nunca han faltado creadores de nuevas familias espirituales. En el siglo XIX nacieron en Salamanca las Siervas de San José, pioneras en la ayuda a la mujer trabajadora gracias a la intuición de una cordonera, Bonifacia Rodríguez de Castro, canonizada en el 2011. De principios de ese siglo son las Carmelitas de la Caridad, fundadas por la catalanaJoaquina de Vedruna, casada y madre de nueve hijos antes de abrazar la vida religiosa, canonizada por Juan XXIII.

En 1845, Maria Micaela, vizcondesa de Jorbalán, funda un colegio en Madrid para recoger a muchachas jóvenes forzadas a la prostitución. Pocos años después abandona la vida de corte, se va a vivir al colegio, y funda las Adoratrices. En 1865, cuando estalla la epidemia de cólera en Valencia, Santa Maria Micaela va a ayudar, y fallece víctima de la enfermedad.

La lista de grandes mujeres, pioneras de la enseñanza de los pobres o de las niñas, y fundadoras de familias religiosas es muy larga, y con impacto en el mundo entero. Entre las grandes mujeres del siglo XX hay que citar a la vasca Margarita López de Maturana, fundadora de las Mercedarias Misioneras de Bérriz, activas hoy en los cinco continentes.
El siglo de los laicos

Pero lo más característico del siglo pasado fue una novedosa explosión de espiritualidad en el terreno de los laicos. En la primera década del siglo, el sacerdote Pedro Poveda y Josefa Segovia dan vida a la Institución Teresiana, una asociación de fieles de derecho pontificio que depende del Pontificio Consejo de los Laicos. Promueve tareas de educación y espiritualidad en 32 países. Su fundador fue canonizado por Juan Pablo II en Madrid en 2003, durante su último viaje a España.

En 1928, Josemaría Escrivá de Balaguer funda en Madrid elOpus Dei para facilitar la santidad a los fieles laicos en su trabajo y en su familia. La primera prelatura personal en la historia de la Iglesia cuenta hoy con 90.000 fieles en todo el mundo: el 98 por ciento laicos, en su mayoría mujeres y hombres casados. Josemaría Escrivá era amigo de Pedro Poveda, y fue canonizado también por Juan Pablo II, en Roma en el 2002.

En los años sesenta, Kiko Argüello y Carmen Hernández inician entre los pobres del barrio madrileño de Palomeras el Camino Neocatecumenal, que hoy está presente en 106 países, cuenta con 86 seminarios internacionales para adultos Redemptoris Mater, y aporta cada año las mayores levas de sacerdotes y de familias misioneras. El Camino depende del Pontificio Consejo de los Laicos, uno de los grandes motores de la Nueva Evangelización.

La lista de heroínas y héroes de la fe es tan larga que necesitaría un libro. En las últimas décadas han seguido naciendo nuevas familias, ya sean asociaciones de fieles como los Franciscanos de María o el Hogar de la Madre, institutos seculares como los Cruzados y Cruzadas de Santa María, o nuevas congregaciones religiosas como Iesu Communio en Lerma y La Aguilera.

En la Curia vaticana, repleta de italianos, hay tan sólo un cardenal español, Antonio Cañizares, titular del Culto Divino. En cambio, fuera de la Curia, hay muchos españoles con responsabilidad evangelizadora mundial como el prepósito de los jesuitas, Adolfo Nicolás; el prelado del Opus Dei, Javier Echevarría; el iniciador del Camino Neocatecumenal, Kiko Argüello; el superior general de los maristas, Emili Turú, o el padre general de los escolapios, Pedro Aguado. Y el ministro general de los franciscanos, José Rodríguez Carballo, quien llamó la atención del Papa Francisco y fue su primer fichaje para un Vaticano que empieza a hablar español.

ROLDÁN SERRANO
Kiko Argüello, iniciador del Camino Neocatecumenal

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