domingo, 25 de enero de 2015

Los sondeos a pie de urna acercan a Syriza a la mayoría absoluta

Alexis Tsipras, líder de Syriza, con su voto en la mano en un colegiod e Atenas. / KOSTAS TSIRONIS (BLOOMBERG)

ELECCIONES EN GRECIA

Nueva Democracia, segunda fuerza y To Potami y la extrema derecha pugnan como tercera


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MARÍA ANTONIA SÁNCHEZ-VALLEJO Atenas 25 ENE 2015 - 19:53 CET


Los primeros sondeos a pie de urna, difundidos al cierre de los colegios electorales, a las 19.00 hora local (18.00 en la Península), dan a la izquierdista Syriza la victoria de las elecciones griegas, con entre el 35,5 y el 39,5% de los votos (entre 146 y 158 escaños), es decir, con probable mayoría absoluta (151 escaños).

La conservadora Nueva Democracia se situaría en segunda posición, con entre el 23 y el 27% de los votos. Según estas primeras encuestas, el partido de extrema derecha Aurora Dorada y el de centro To Potami se disputan el tercer puesto (el primero obtendría entre 6 y el 8% de los votos y el segundo, entre el 6,5 y el 8,5% de los votos). Un portavoz de Syriza, Panos Skourletis, ha declarado que es una "victoria histórica" para su partido y un "mensaje para Europa".

La cuenta oficial de Syriza ha tuiteado tras conocerse los primeros sondeos: "La esperanza ha ganado".

Los segundos sondeos a pie de urna, difundidos pasadas las 19.30 hora peninsular, confirmarían la victoria de Syriza, con entre el 36 y el 38% de los votos. En segunda posición, Nueva Democracia, que mejora ligeramente, con entre el 26 y el 28% de los sufragios, y en tercera, empatados, To Potami y Aurora Dorada (6 al 7% de los votos). Los comunistas del KKE obtendrían entre el 5 y el 6% de los votos, y el Pasok entre el 4,2 y el 5,2%.

El Ministerio griego del Interior no ha ofrecido, de momento, datos de participación en las elecciones parlamentarias, pero la afluencia a los colegios electorales durante toda la jornada apunta a que ha sido alta. En una primera comparecencia, a media mañana, el ministro en funciones, Mijalis Theojaridiss, afirmó que la jornada transcurría sin incidentes y que los pocos que ha habido estaban relacionados con el mal tiempo. Se trata de algunas localidades del norte del país, con problemas de acceso debido a la nieve caída en las últimas semanas.

Diez millones de griegos estaban llamados este domingo de forma anticipada para decidir si refrendan al Gobierno liderado por los conservadores de Nueva Democracia u optan por un giro a la izquierda simbolizado por la Coalición de la Izquierda Radical (Syriza) de Alexis Tsipras. Se trata de elecciones anticipadas, a causa de un movimiento fallido del hasta ahora primer ministro, Antonis Samaras. Apostó su futuro político a la elección del presidente, pero su partido y los socialistas del Pasok, su socio menor de Gobierno, no lograron suficientes apoyos para su candidato, el excomisario europeo Stavros Dimas.

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Tras depositar su voto en un colegio en un barrio popular de Atenas,Tsipras ha declarado que el pueblo griego "va a recobrar la dignidad". Tsipras, a quien las encuestas durante la campaña han dado como claro favorito con entre un 30 y un 36% de los votos, ha advertido a la Unión Europea de que el futuro de Europa "no está en la austeridad, sino en la dignidad y la cohesión". Esos sondeos han situado a Syriza a las puertas de la mayoría absoluta, seguidos del gubernamental Nueva Democracia, con entre el 26 y el 30% de los votos. El tercer puesto se lo disputan el centrista To Potami (El Río) y el neonazi Aurora Dorada, con una franja de votos que oscila entre el 5 y el 7%. A continuación van Partido Comunista, Pasok y Griegos Independientes, que ronda el 3% de los votos y, por tanto, su entrada en el Parlamento.

Por su parte, Samaras ha votado haciendo un llamamiento a los indecisos, el 11% de los electores según las encuestas, para consolidar un futuro griego unido a Europa. "Estas elecciones determinarán el futuro del país y de nuestros hijos. Hoy decidiremos si seguimos adelante, fuertes, con seguridad, o si nos veremos inmersos en problemas", ha explicado a su salida del colegio electoral de Messinia, en el Peloponeso . "Hay un número sin precedentes de indecisos, y creo que son ellos quienes terminarán determinando el resultado. Me siento optimista, de todas formas, porque nadie quiere detener el rumbo europeo del país", ha añadido.

El sistema electoral griego es muy complejo y el dato más reseñable es el bono de 50 escaños que la ley electoral otorga al partido más votado en un intento de garantizar una gobernabilidad que no parece asegurada tras los comicios de este domingo. Para obtener mayoría absoluta, un partido o coalición necesita sumar al menos 151 diputados. En caso de que ninguna fuerza lo logre sola o en una coalición, Grecia se vería abocada a nuevas elecciones, como ya ocurriera en 2012.

Entre los aliados destaca To Potami, que surgió antes de las europeas de mayo y ha ascendido como la espuma. Su ambigüedad programática le deja como partido bisagra tanto para Syriza como para Nueva Democracia. La terna la completan Aurora Dorada, de imposible pacto con Syriza, una alianza que tampoco sería posible con el Partido Comunista. Hay más dudas sobre el Pasok y Griegos Independientes.

La crisis económica griega ha dinamitado el panorama político y lo ha llenado de nuevos partidos en detrimento de los tradicionales como el Pasok. Liderado por el viceprimer ministro Evagelos Venizelos, tiene que hacer frente a una posible fuga de votos hacia el nuevo Movimiento de Socialistas Demócraticos fundado por el ex primer ministro Yorgos Papandreou. Los sondeos sitúan a esta nueva formación por debajo del 3%.

Este domingo lo que está en juego es, no solo el futuro político sino también y sobre todo el económico. Con un paro mayor al 25% y una deuda pública que equivale al 175% del PIB, Grecia vive aplastada por los 240.000 millones de euros solicitados a la comunidad internacional para evitar su quiebra. El fantasma de la troika ha sobrevolado todos los discursos, así como el término grexit, con el que se plantea una posible salida del euro que ningún partido quiere. Syriza plantea una conferencia de deuda europea y la introducción de una "cláusula de crecimiento" para la devolución del capital que queda pendiente, así como una moratoria que permita a Grecia respirar.

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