jueves, 11 de junio de 2015

Los ‘cascos azules’ intercambian productos por sexo

Un informe de la ONU asegura que esta es una práctica habitual de las tropas de paz

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REUTERS Nueva York 11 JUN 2015 - 10:29 CEST


Los cascos azules de la ONU intercambian de forma habitual bienes a cambio de sexo en aquellos países donde están destinados en misión de paz, según un reportaje de Naciones Unidas recogido por la agencia Reuters.

El documento, elaborado por la Oficina de Supervisión internacional (OIOS, en sus siglas en inglés) asegura que cientos de mujeres en Haití y Liberia, dos de los Estados más pobres del planeta, acceden a estos intercambios a causa del hambre y la miseria que reinan en sus países y para mejorar su calidad de vida. Según sus testimonios, las tropas las atraen con dinero en metálico, joyas, teléfonos móviles y otros objetos.

Entre 2008 y 2013, según el informe, se presentaron 480 denuncias por explotación y abusos sexuales contra personal de Naciones Unidas, tanto militares como civiles, y en una tercera parte de los casos había niños involucrados. "Las evidencias recogidas por dos misiones de mantenimiento de la paz demuestran que el sexo a cambio de ayuda es bastante común, pero no se habla de él en estas misiones", asegura el informe.

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Por su parte, la agencia AP, que también se ha hecho con el documento, dice que 231 personas entrevistadas en Haití en 2014 aseguraron que "habían mantenido estos intercambios sexuales" con cascos azules. "Cuando los soldados no querían pagar, las mujeres amenazaban a los soldados con quitarles las identificaciones y revelar sus infidelidades a través de las redes sociales", asegura AP:

La agencia estadounidense añade que el año pasado se presentaron unas 51 denuncias de este tipo, una cifra inferior comparada con las 66 de 2013.

La Oficina de Operaciones de Paz y la de Supervisión Internacional han reconocido que estas alegaciones suponen un problema constante en las misiones internacionales, pero también que, mientras se ha producido un incremento significativo de operaciones de mantenimiento de la paz en los últimos diez años, el número de denuncias por explotación sexual y abusos han descendido, aunque reconocen también que muchos delitos no se denuncian. Sostienen que los países que aportan un mayor número de contingentes están aumentando los controles y comunicándose con Naciones Unidas.

El examen muestra que hay una larga lista de obstáculos para que los autores de este tipo de comportamientos paguen algún tipo de pena: las investigaciones se atascan en la burocracia, los comandantes no se responsabilizan de lo que pasa en sus filas y la única manera de castigar es devolver a los soldados a su país de origen y prohibirles participar en futuras misiones.

Naciones Unidas tiene unos 125.000 cascos azules repartidos por todo el mundo. En marzo pasado, el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, recomendó acelerar las investigaciones sobre estos abusos y crear un fondo para compensar a las víctimas. "Tolerancia cero contra el abuso sexual", dijo en esa ocasión.

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