jueves, 14 de julio de 2016

REINO UNIDO Theresa May reta a Europa

Theresa May nombra a Boris Johnson ministro de Exteriores ATLAS

La primera ministra británica coloca al eurófobo Boris Johnson al frente del ministerio de Exteriores

Crea una cartera específica para gestionar el 'Brexit' que recae en manos de otro halcón, David Davis

Theresa May, 'una mujer difícil'

Por CARLOS FRESNEDA - Corresponsal Londres


Theresa May entró este miércoles en el número 10 de Downing Street lanzando un desafío a Europa con el nombramiento de Boris Johnson, ex alcalde de Londres y cabecilla del Brexit, como su nuevo ministro de Exteriores. El audaz movimiento de piezas de la nueva primera ministra se completó minutos después con el nombramiento de David Davis, uno de los diputados conservadores más eurófobos, como nuevo secretario de Estado para la Salida de Europa.

El doble desafío de la nueva primera ministra, con la creación del tándem Johnson-Davis, provocó el alborozo de los partidarios del Brexit pero cayó este miércoles como un jarro de agua fría en Bruselas. El presidente Comisión Europea Jean-Claude Juncker llegó a calificar en su la posible candidatura de Boris Johnson a premier británico como "un escenario de horror". Ahora tendrá despachar directamente con él en lo que se avecina como un turbulento divorcio.

May sorprendió a propios y extraños con la operación rescate de Boris, cuando todas las quinielas daban como favorito para el Foreign Office a George Osborne, la primera gran víctima del gabinete Cameron. El nuevo titular del Tesoro será en su lugar Philip Hammond, hasta ahora titular del Foreign Office, partidario de la permanencia y con un talante diplomático que sin duda echarán de menos en Bruselas.

La reentré de Boris Johnson, dos semanas después de la puñalada sufrida a mano de su ex socio y ministro de Justicia Michael Gove en plena carrera por el liderazgo conservador, es también la señal de ruptura con David Cameron que esperaban los partidarios de la salida de la UE.

El gesto contundente llega además acompañado del nombramiento de David Davis, ex rival de David Cameron para el liderazgo conservador, y uno de los primeros instigadores del referéndum de la UE. El equipo pro-Brexit se completa con un tercer espada, el ex secretario de Defensa Liam Fox, como secretario de Estado de Comercio Internacional.

Antes de conocer el nombramiento del ex acalde de Londres y ex corresponsal deThe Daily Telegraph en la capital belga, Jean-Claude Juncker aseguró que no habrá lugar para "el odio" o "la venganza" en las conversaciones y aseguró que está preparado para conocer cuanto antes las "intenciones" de la nueva primera ministra.

Fiel a su intención de rozar la paridad entre hombre y mujeres en su nuevo Gobierno, May designó para su viejo puesto de secretaria de Interior a Amber Rudd, hasta ahora secretaria de Energía. Rudd defendió la permanencia durante la campaña y llegó a acusar al mismísimo Boris Johnson de poner su ambición por delante de los intereses del país a la hora de defender el Brexit. También le dijo: "Boris, eres el alma y el corazón de la fiesta, pero no eres el tipo que alguien querría ver al volante en el coche de vuelta a casa".

El cuarto nombramiento fue una confirmación, la de Michael Fallon como secretario de Defensa. Fallon se había mostrado también partidario de la permanencia, aunque al igual que Theresa May decidió mantener una perfil bajo durante la campaña. Su discreción se ha visto pues recompensada.

Los nombramientos bomba de May relegaron a un segundo plano su declaración de intenciones a las puertas del número 10 de Downing Street, apenas dos horas después de la despedida de Cameron. La nueva primera ministra arrancó su mandato con la doble promesa de un "nuevo y audaz papel de Reino Unido en el mundo" y "un país que funcione no sólo para unos pocos privilegiados, sino para todos nosotros".

May tomó posesión con la segunda mujer en llegar al cargo, 26 años después de la dimisión de Margaret Thatcher, y la número 13 en la particularísima lista de primeros ministros de la reina Isabel II, que durante casi una hora llenó el vacío de poder.

"Después del referéndum de la Unión Europea, afrontamos un gran cambio a nivel nacional", aseguró la premier, arropada en silencio por su marido Philip, en el breve discurso inaugural. La fugaz referencia al acontecimiento que ha precipitado su llegada fulgurante a Downing Street no fue mucho más allá. "Estoy segura de que el Reino Unido emergerá ante el reto", añadió, antes de asegurar que su Gobierno intentará llevar a buen puerto el lema de "una nación" con el que David Cameron ganó las elecciones con el Partido Conservador en mayo de 2015.

May hizo un llamamiento a la "unidad" del país y prometió preservar "los preciosos vínculos" entre Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte en su toma de posesión, con el ánimo de aplacar los nuevos vientos independentistas que soplan desde Edimburgo, donde el respaldo a la permanencia fue mayoritario.

La primera ministra rompió también una lanza por la igualdad de géneros. En su puesta de largo, y aun reconociendo los logros económicos de Cameron, dio un viraje populista y prometió poner fin a "las injusticias que afectan a las clases trabajadoras, para quienes la vida es más dura de lo que mucha gente en Westminster puede reconocer".

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