miércoles, 28 de diciembre de 2016

Iturriaga Neumann

El general que estuvo fugado y que pidió perdón en Punta Peuco

Por Equipo Cambio21


Se trata de oficial retirado de más alta graduación y que está detrás de la ceremonia en que 10 condenados por violaciones a los derechos humanos. Estuvo fugado de la justicia por casi dos meses en 2007, cuando se dictó la primera sentencia en su contra. En 2008 publicó sus memorias, en ellas apunta a quienes son los responsables de la caricatura sobre su persona y cómo las organizaciones de DD.HH solo buscan venganza, según su prisma

43 años tuvieron que pasar desde el golpe militar para que se escuchara un "perdón" de quienes fueron parte del momento más oscuro en la historia reciente de Chile. Fueron solo 10 los condenados en la cárcel de Punta Peuco los que en una ceremonia ecuménica leyeron una carta en que hablan sobre los crímenes de la dictadura.


El acto no fue bien recibido por el exilio, las organizaciones de familiares de ejecutados políticos y detenidos desaparecidos, quienes acusan que el gesto es un paso más en la búsqueda de la impunidad.

Detrás del polémico acto está el mayor general del Ejército, Eduardo Iturriaga Neumann (78), exdirector asistente de la DINA, cercano a Manuel Contreras y condenado por los crímenes de Carlos Prats y su esposa Sofía Cuthbert, además de acusaciones de más de 40 secuestros calificados. Inició su pena en 2007.

Se trata del mismo militar que reunió a 10 uniformados que cumplen condenas en Punta Peuco para pedir perdón y que en 2009 publicó sus memorias "En las alas del cóndor" y en que deja ver sus lineamientos y su visión de la justicia durante la dictadura y en democracia.

Iturriaga Neumann recuerda las conclusiones del Informe Rettig y que da cuenta de al menos 3.195 muertos durante el "gobierno militar". El uniformado aduce que la cuenta es errada aludiendo a que no se enumeran correctamente a los militares que murieron durante protestas. Además, pone en duda los resultados de "estas comisiones en el establecimiento de ciertas cifras y una supuesta «verdad», sesgada y parcial, muy lejana de la realidad de nuestro país".

"Todos los muertos son importantes. Un solo muerto es importante y no solo para sus familiares. Hablamos de alrededor de tres mil muertos durante el Gobierno Militar en Chile. Cómo no van a ser importantes para los familiares y el mundo los muertos por la represión del comunismo de influencia soviética, que era la alternativa que tenía el país".

Iturriaga Neumann explica en su libro que "las mayores violaciones a los derechos humanos, se llevaron a cabo en el período de 1968-1973 y fueron ampliamente conocidas y repudiadas en cada ocasión, tanto durante el gobierno de Eduardo Frei Montalva como en el de Salvador Allende". Agregando que "no hay comparación" entre lo ocurrido antes del golpe y durante el "Gobierno militar".

Finalmente, el uniformado acusa que el Informe Rettig no funcionó como instrumento de reconciliación, sino que "incentivó el odio entre los chilenos. No hubo verdad, ni justicia, ni reconciliación. Ni siquiera el asomo de ellas".

Más adelante, sobre las acusaciones sobre haber sido jefe de Michel Townley en la DINA, de organizar el atentado en contra del excanciller Orlando Letelier y que incluso el agente estuvo oculto en su casa, el mayor dice que con esto "gana la propaganda de desinformación, nacional e internacional, en contra del gobierno militar y los integrantes de las Fuerzas Armadas y de Orden... ¡Gana el lavado de cerebros, nacional e internacional! No hay «perdón y olvido» para aquellos que derrotaron en Chile a un nefasto gobierno marxista".

El exuniformado fue condenado y se dio a la fuga. Estuvo casi dos meses en la clandestinidad con ayuda de su "amigo secreto" (?) del que ni siquiera su familia conoce la identidad. Desde su refugio en Viña del Mar, el militar difundió un video en que se "declaraba rebelde ante la justicia".

Iturriaga Neumann cumple condena en Punta Peuco. A su haber hay historias de secuestros y desapariciones de los que él niega responsabilidad. Acusa a la prensa de ser responsable de crear una imagen suya que favorece a la creada por la izquierda.

Lo cierto es que finalmente pide perdón por los mismos hechos que dice no conocer. ¡Es un caradura!


¡NO HAY LIBERTAD PARA LOS ENEMIGOS DE LA LIBERTAD!

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