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Día 29/02/2012 - 15.10h
Exagente del KGB, Vladímir Putin sabe bien cómo trabajar los secretos. Tanto que su propia vida personal es un misterio. Su esposa Liudmila rara vez aparece en pública y nada se sabe de sus dos hijas. Rusiaprotege la intimidad de Putin hasta el punto de que un diario llegó a ser clausurado recientemente por hablar de un presunto romance con una campeona deportiva rusa.
El del diario «Moskovski Korrespondent» fue el último intento por aproximarse al misterio de Putin. Fue en abril de 2008 cuando se refirieron a una posible relación entre el mandatario ruso y la gimnastaAlina Kabaieva, una campeona olímpica dos veces más joven que él.
«Se inmiscuyen en la vida privada de los demás con su nariz morbosa y sus fantasmas eróticos», dijo Putin. A su esposa no se la ha vuelto a ver en público: no votó con su esposo en las legislativas de diciembre y éste acudió solo a la misa de Navidad en enero (Medvédev sí estuvo acompañado por su esposa).
El del diario «Moskovski Korrespondent» fue el último intento por aproximarse al misterio de PutinPutin es el hombre fuerte de Rusia en los doce últimos años y busca sellar en las urnas su retorno formal al Kremlin este domingo, en la primera vuelta de las elecciones. De acuerdo a las últimas encuestas, Putin se impondrá en la primera ronda con un porcentaje próximo al 60%.
La campaña de Putin es muy personalista. Famosas son sus fotos sin camiseta, pescando, cazando o junto a un tigre. Todo para vender la imagen de un líder fuerte. Con quien no deja fotografiar es con sus hijas. Las últimas fotos de María, 26 años, y Katerina, 25, datan de su infancia.
El portavoz de Putin, Dimitri Peskov, explica que es una elección personal. «Es el jefe de la familia y toma las decisiones que considera necesarias». Para un antiguo asesor, Gleb Pavlovski, ningún periodistas se atreve a hablar de estos asuntos. Los directores han sido informados de ello. «Hace diez años no mostraba a sus hijas por razones de seguridad pero se sabía algo más de ellas. Hoy, da una nueva visión de su personalidad, de un hombre solo, casado con el Estado».
Se extienden rumores sobre rumores sobre «jóvenes amigas o hijos secretos»En una de las manifestaciones convocadas contra Putin, el crítico musical Artemi Troitski pidió ante decenas de miles de manifestantes información sobre la familia de su líder, el «Barba azul del Kremlin». En un post en su blog, incluso se hizo eco de los rumores sobre «jóvenes amigas o hijos secretos».
La socióloga Olga Kryshtanovskaia, cuestionada por AFP, afirma que la cuestión de la transparencia de la vida privada de su líder solo preocupa a los «pro occidentales que representan menos del 10% de la población». «En su conjunto, la sociedad es muy conservadora, con una actitud patriarcal ante la mujer. El hombre tiene un papel especial y no debe compartir el poder con su esposa», asegura.
Al contrario de lo que ocurre en Estados Unidos, donde la mentira sobre las relaciones sexuales con una becaria estuvo a punto de costarle el puesto al presidente Bill Clinton, «la sociedad rusa no quiere saber la verdad».
Día 29/02/2012 - 15.10h
Exagente del KGB, Vladímir Putin sabe bien cómo trabajar los secretos. Tanto que su propia vida personal es un misterio. Su esposa Liudmila rara vez aparece en pública y nada se sabe de sus dos hijas. Rusiaprotege la intimidad de Putin hasta el punto de que un diario llegó a ser clausurado recientemente por hablar de un presunto romance con una campeona deportiva rusa.
El del diario «Moskovski Korrespondent» fue el último intento por aproximarse al misterio de Putin. Fue en abril de 2008 cuando se refirieron a una posible relación entre el mandatario ruso y la gimnastaAlina Kabaieva, una campeona olímpica dos veces más joven que él.
«Se inmiscuyen en la vida privada de los demás con su nariz morbosa y sus fantasmas eróticos», dijo Putin. A su esposa no se la ha vuelto a ver en público: no votó con su esposo en las legislativas de diciembre y éste acudió solo a la misa de Navidad en enero (Medvédev sí estuvo acompañado por su esposa).
El del diario «Moskovski Korrespondent» fue el último intento por aproximarse al misterio de PutinPutin es el hombre fuerte de Rusia en los doce últimos años y busca sellar en las urnas su retorno formal al Kremlin este domingo, en la primera vuelta de las elecciones. De acuerdo a las últimas encuestas, Putin se impondrá en la primera ronda con un porcentaje próximo al 60%.
La campaña de Putin es muy personalista. Famosas son sus fotos sin camiseta, pescando, cazando o junto a un tigre. Todo para vender la imagen de un líder fuerte. Con quien no deja fotografiar es con sus hijas. Las últimas fotos de María, 26 años, y Katerina, 25, datan de su infancia.
El portavoz de Putin, Dimitri Peskov, explica que es una elección personal. «Es el jefe de la familia y toma las decisiones que considera necesarias». Para un antiguo asesor, Gleb Pavlovski, ningún periodistas se atreve a hablar de estos asuntos. Los directores han sido informados de ello. «Hace diez años no mostraba a sus hijas por razones de seguridad pero se sabía algo más de ellas. Hoy, da una nueva visión de su personalidad, de un hombre solo, casado con el Estado».
Se extienden rumores sobre rumores sobre «jóvenes amigas o hijos secretos»En una de las manifestaciones convocadas contra Putin, el crítico musical Artemi Troitski pidió ante decenas de miles de manifestantes información sobre la familia de su líder, el «Barba azul del Kremlin». En un post en su blog, incluso se hizo eco de los rumores sobre «jóvenes amigas o hijos secretos».
La socióloga Olga Kryshtanovskaia, cuestionada por AFP, afirma que la cuestión de la transparencia de la vida privada de su líder solo preocupa a los «pro occidentales que representan menos del 10% de la población». «En su conjunto, la sociedad es muy conservadora, con una actitud patriarcal ante la mujer. El hombre tiene un papel especial y no debe compartir el poder con su esposa», asegura.
Al contrario de lo que ocurre en Estados Unidos, donde la mentira sobre las relaciones sexuales con una becaria estuvo a punto de costarle el puesto al presidente Bill Clinton, «la sociedad rusa no quiere saber la verdad».
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