Por Juan Carlos C. J., editor jefe
¿Sr, ministro, usted, sabe por qué? “Por qué el General John Griffiths, es el verdadero comandante que esperaba el Ejército (sic)”.
La misiva está dirigida al ministro de Defensa, Alberto Espina, y es firmada por un “viejo soldado que no necesita conducto regular”, en la que se denuncia una fuerte discusión entre el jefe del Estado Mayor general John Griffiths, y el comandante en jefe de la institución, Ricardo Martínez.
La carta, que ha circulado por las redes sociales, da cuenta de otros hechos que acusan acciones presuntamente irregulares del jefe de la entidad castrense, lo que motivó que el Ejército presentara ayer una denuncia ante el Segundo Juzgado Militar por violación al artículo 276 del Código de Justicia Militar.
El artículo invocado sanciona a funcionarios castrenses que inciten “por cualquier medio al personal militar al desorden, indisciplina o al incumplimiento de deberes militares”. La acción presentada por el Ejército va dirigido contra quienes resulten responsables de la autoría de imputaciones y “aseveraciones falsas publicadas”.
¿Por qué están inquietos los militares?
La actitud del “viejo soldado o lobo solitario” que no necesita conducto regular, suena a la conocida estrategia en el Ejército y de lo que se puede esperar de estos brotes de indisciplina que huelen a un aviso de algo que se cocina al interior y presumiblemente pueda ser muy peligroso.
Sin embargo, a este nivel, nadie se atrevería a escribir una carta con identificación, todas son anónimas, hay que recordar el caso del oficial que denunció el nepotismo en la Fuerza Aérea de Chile (Fach), y las consecuencias de tal audacia, le ha significado la cesantía al acusador.
También el nerviosismo en las filas sea posiblemente, de que se sepa todas las irregularidades cometidas, entre fraudes, estafas, actas falsas, etc., y que aún la justicia militar no sentencia con el sabido arresto domiciliario y clases de ética a los oficiales culpables.
Exhortamos al poder civil a que despierte, por qué, este hecho altera el orden y pongan sobre la mesa la revisión de las doctrinas y éticas de las principales escuelas de oficiales del país. Evidentemente, la ciudadanía esta muy preocupada por la situación de corrupción y robos de parte de los altos mandos involucrados y a quien el Estado paga su educación hasta sus posgrados. Que se investigue a fondo. Y que los culpables paguen con cárcel. Estamos en un Estado de derecho y nadie debe estar por sobre la ley.
A pesar de haber cumplido más 30 años la restauración de la democracia, nadie se ha atrevido hasta hoy, a auditar al Ejército de Chile.
Gracias, siempre.
¿Sr, ministro, usted, sabe por qué? “Por qué el General John Griffiths, es el verdadero comandante que esperaba el Ejército (sic)”.
La misiva está dirigida al ministro de Defensa, Alberto Espina, y es firmada por un “viejo soldado que no necesita conducto regular”, en la que se denuncia una fuerte discusión entre el jefe del Estado Mayor general John Griffiths, y el comandante en jefe de la institución, Ricardo Martínez.
La carta, que ha circulado por las redes sociales, da cuenta de otros hechos que acusan acciones presuntamente irregulares del jefe de la entidad castrense, lo que motivó que el Ejército presentara ayer una denuncia ante el Segundo Juzgado Militar por violación al artículo 276 del Código de Justicia Militar.
El artículo invocado sanciona a funcionarios castrenses que inciten “por cualquier medio al personal militar al desorden, indisciplina o al incumplimiento de deberes militares”. La acción presentada por el Ejército va dirigido contra quienes resulten responsables de la autoría de imputaciones y “aseveraciones falsas publicadas”.
¿Por qué están inquietos los militares?
La actitud del “viejo soldado o lobo solitario” que no necesita conducto regular, suena a la conocida estrategia en el Ejército y de lo que se puede esperar de estos brotes de indisciplina que huelen a un aviso de algo que se cocina al interior y presumiblemente pueda ser muy peligroso.
Sin embargo, a este nivel, nadie se atrevería a escribir una carta con identificación, todas son anónimas, hay que recordar el caso del oficial que denunció el nepotismo en la Fuerza Aérea de Chile (Fach), y las consecuencias de tal audacia, le ha significado la cesantía al acusador.
También el nerviosismo en las filas sea posiblemente, de que se sepa todas las irregularidades cometidas, entre fraudes, estafas, actas falsas, etc., y que aún la justicia militar no sentencia con el sabido arresto domiciliario y clases de ética a los oficiales culpables.
Exhortamos al poder civil a que despierte, por qué, este hecho altera el orden y pongan sobre la mesa la revisión de las doctrinas y éticas de las principales escuelas de oficiales del país. Evidentemente, la ciudadanía esta muy preocupada por la situación de corrupción y robos de parte de los altos mandos involucrados y a quien el Estado paga su educación hasta sus posgrados. Que se investigue a fondo. Y que los culpables paguen con cárcel. Estamos en un Estado de derecho y nadie debe estar por sobre la ley.
A pesar de haber cumplido más 30 años la restauración de la democracia, nadie se ha atrevido hasta hoy, a auditar al Ejército de Chile.
Gracias, siempre.
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