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sábado, 13 de febrero de 2021




 
Saludos a todos

Salvador Allende: ¿Muerte o Suicidio?

En el Salón Independencia quedo sesgada la vida de un presidente muerto. La muerte en La Moneda del compañero presidente Dr. Salvador Allende, fue una ofrenda a la nación, a la patria y a las burdas calumnias de los verdaderos traidores que usurparon el poder a través de un golpe de Estado.

El 11 de septiembre de 1973, el presidente Allende realizó su última alocución al pueblo chileno a través de Radio Magallanes, en medio de un trasfondo audible de explosiones y disparos. En este discurso, Allende habló de su amor por Chile y de su profunda fe en su futuro. Sostuvo que su compromiso con su país no le permitía tomar una salida fácil y ser usado como una herramienta de propaganda por quienes llamó «traidores». Así, como el negarse a aceptar una oferta de una salida al exilio acompañado con su familia. Poco después, Allende fue encontrado muerto. En 1971, Allende había expresado «Yo cumpliré mi mandato. Tendrán que acribillarme a balazos para que deje de actuar...»

Desde entonces, las circunstancias en que murió el presidente constitucional han causado controversia puesto que la versión oficial de la Junta Militar de que se había tratado de un suicidio fue descartada inicialmente por sus partidarios. En la actualidad, tanto la justicia chilena como la opinión mayoritaria, “incluyendo la familia Allende”, corrobora la tesis del suicidio, sin embargo, aún existen cuestionamientos con respecto a los eventos que llevaron a su muerte. Parte de la población sostiene que sigue siendo homicidio, dado que el disparo que le arrebata la vida al cuerpo del presidente habría sido forzado como método de protección.

A principio del año 1974 fuimos trasladados un fuerte número de compañeros ex prisioneros políticos desde el Estadio Chile (Santiago) al Campo de Prisioneros Políticos en Chacabuco (Antofagasta) en aquel entonces, conocimos el testimonio personal del Dr. Danilo Bartulín (medico y amigo del Salvador Allende) que afirmaba la teoría de que Allende se había suicidado. Sin embargo, con el paso del tiempo paradójicamente, he podido comprobar un cambio en su declaración que nos hizo en Chacabuco el Dr. Bartulín. ¿Porque, o motivado de qué, no lo sé?

En un artículo recientemente publicado por el periodista Juan Pablo Cárdenas S. (Editorial Nodal) suscribe alguno de los juicios acerca del asesinato del presidente Allende, por los “negacionistas de su suicidio, o lo que es lo mismo, por los apologistas de su asesinato”. Sin embargo, en respuesta a esta teoría Hermes H. Benitez (desde Edmonton, Canadá) responde a través del “Diario El Clarín de Chile” contradiciendo la afirmación de Cárdenas.

En mi opinión, y de acuerdo con los antecedentes reunidos creo firmemente que, el compañero presidente, luchó hasta el final; no se suicidó, sino que lo mataron en lucha abierta. El ataque a La Moneda, además de significar la caída del gobierno popular y la muerte del presidente, significó la pérdida de invaluables tesoros que allí se encontraban, entre ellos el Acta de Independencia de Chile de 1818.

La canalla oligarquía criolla, respaldadá por el fascismo y por la injerencia del exterior (EE.UU - CIA) asfixió a las instituciones democráticas del gobierno de la Unidad Popular (UP) e influyo al sistema de justicia del país, en aras de cuidar y vender intereses foráneos, que no interpretaban necesariamente los supremos deseos de la ciudadanía.


En 1973 el gobierno constitucional que tantos anhelos y esperanza inspiró se derrumbó dramáticamente junto a la muerte de un presidente en ejercicio y la dignidad de miles y miles de chilenos fue pisoteada.

Los ex sobrevientes de la dictadura en el exilio conocemos acerca del miedo, la tortura, la represión brutal, la perdida de libertades y las amenazas de muerte, como una aberración al castigo indiscriminante al ser.

El pueblo debe sobrevivir desarrollando la unidad, superando todas las divisiones del pasado. Somos hermanos y hermanas luchando por una misma causa. La justicia social. Este es el único mensaje de esperanza que tengo para compartir con los trabajadores, campesinos, estudiantes, profesionales, ama de casa y pueblo en general de Chile.

El surgimiento de nuevos líderes, nos permitirá alcanzar un sistema de vida más próspero y activo para la mayoría de los chilenos. No siendo sumisos a ningún sistema, ni tampoco dejarnos seducir por utopías, dogmas cerrados, gobernados por burocracias o gobiernos totalitarios, sino intrínsecamente basados en un sistema democrático de libertades individuales, de monumentales posibilidades de actuación del individuo que favorezcan el talento, la educación, los negocios y los DD.HH.

Que una nueva Carta fundamental, nos conceda los derechos de recuperar el COBRE (viga maestra de nuestra economía) y que las ganancias sean reprogramadas para invertir y explorar otros campos de producción o fuentes de sustento antes que el metal rojo se extinga de las minas, por su excesiva explotación o codicia de los mercados.


Juan Carlos C. J.

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