Europa y los árabes aíslan a El Asad. Decenas de nuevas víctimas por la violencia del régimen en Homs
EFE Moscú 8 FEB 2012 - 11:16 CET
El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, ha advertido este miércoles de que la comunidad internacional no debe predeterminar la resolución de la "situación siria" y criticó a los países que han retirado a sus embajadores de Damasco.
"Tratar de determinar el resultado del diálogo nacional sirio no es un asunto que le corresponda a la comunidad internacional", dijo en conferencia de prensa el jefe de la diplomacia rusa tras reunirse con su homólogo paquistaní, Hina Rabbani Khar.
Lavrov, quien ayer se reunió en Damasco con el presidente sirio, Bachar al Asad, insistió en la necesidad de "sentar a la mesa de negociaciones al Gobierno y a todas las fuerzas opositoras de Siria". El responsable de Exteriores añadió que "los países que tienen influencia sobre los grupos opositores tienen que presionar para que se sienten a la mesa del diálogo".
"Cualquiera que sea el resultado del diálogo nacional, éste debe ser producto de acuerdos entre los propios sirios y aceptables para todos los sirios", recalcó.
El ministro de Exteriores ruso aseguró que la decisión de algunos países, incluidos los del Golfo Pérsico, de retirar a sus embajadores de la capital siria no ayuda a crear condiciones para el diálogo.
"No entendemos esa lógica, como no entendimos la decisión precipitada de congelar la misión de observadores de la Liga Árabe en Siria", dijo Lavrov.
Agregó que, en su opinión, la retirada de embajadores difícilmente ayudará a crear "condiciones favorables para llevar a cabo las iniciativas de la Liga Árabe".
Por otra parte, la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, ha denunciado hoy la ola de terror en Siria y el uso de artillería pesada -incluyendo morteros, cohetes, tanques y helicópteros- contra la población civil.
En un comunicado, Pillay sostuvo que el fracaso del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en condenar y acordar sanciones contra el régimen sirio "parece haber avivado la disposición del Gobierno de masacrar a su propio pueblo en su objetivo de aplastar la disidencia".
Pillay reiteró que existen elementos para afirmar que en Siria se están cometiendo crímenes contra la humanidad.
El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, ha advertido este miércoles de que la comunidad internacional no debe predeterminar la resolución de la "situación siria" y criticó a los países que han retirado a sus embajadores de Damasco.
"Tratar de determinar el resultado del diálogo nacional sirio no es un asunto que le corresponda a la comunidad internacional", dijo en conferencia de prensa el jefe de la diplomacia rusa tras reunirse con su homólogo paquistaní, Hina Rabbani Khar.
Lavrov, quien ayer se reunió en Damasco con el presidente sirio, Bachar al Asad, insistió en la necesidad de "sentar a la mesa de negociaciones al Gobierno y a todas las fuerzas opositoras de Siria". El responsable de Exteriores añadió que "los países que tienen influencia sobre los grupos opositores tienen que presionar para que se sienten a la mesa del diálogo".
"Cualquiera que sea el resultado del diálogo nacional, éste debe ser producto de acuerdos entre los propios sirios y aceptables para todos los sirios", recalcó.
El ministro de Exteriores ruso aseguró que la decisión de algunos países, incluidos los del Golfo Pérsico, de retirar a sus embajadores de la capital siria no ayuda a crear condiciones para el diálogo.
"No entendemos esa lógica, como no entendimos la decisión precipitada de congelar la misión de observadores de la Liga Árabe en Siria", dijo Lavrov.
Agregó que, en su opinión, la retirada de embajadores difícilmente ayudará a crear "condiciones favorables para llevar a cabo las iniciativas de la Liga Árabe".
Por otra parte, la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, ha denunciado hoy la ola de terror en Siria y el uso de artillería pesada -incluyendo morteros, cohetes, tanques y helicópteros- contra la población civil.
En un comunicado, Pillay sostuvo que el fracaso del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en condenar y acordar sanciones contra el régimen sirio "parece haber avivado la disposición del Gobierno de masacrar a su propio pueblo en su objetivo de aplastar la disidencia".
Pillay reiteró que existen elementos para afirmar que en Siria se están cometiendo crímenes contra la humanidad.

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