Benedicto XVI en una tierna imagen durante la Audiencia general
Benedicto XVI habla por primera vez de las filtraciones en el Vaticano y critica las «especulaciones gratuitas»
JUAN VICENTE BOO / CORRESPONSAL EN EL VATICANO
Día 30/05/2012 - 13.15h
Benedicto XVI confesó el miércoles la «tristeza en mi corazón» por el penoso espectáculo de la filtración de documentos confidenciales y el arresto de su mayordomo, pero renovó la confianza en sus «más estrechos colaboradores» y en todos los que «diariamente, en silencio, con fidelidad y espíritu de sacrificio me ayuda a llevar a cabo mi ministerio». Es la primera vez que el Papa se refiere explícitamente al escándalo de las filtraciones.
Al término de la audiencia general de los miércoles, celebrada en la Plaza de San Pedro, el Santo Padre afirmó que ni siquiera en medio del enorme disgusto «he perdido la firme certeza de que a pesar de la debilidad humana, las dificultades y las pruebas, la Iglesia es guiada por el Espíritu Santo y nunca le faltará la ayuda del Señor».
El Papa lamentó abiertamente las múltiples «noticias infundadas y especulaciones gratuitas, amplificadas en algunos medios de comunicación, ofreciendo una imagen de la Santa Sede que no corresponde a la realidad». Las secuelas de la crisis eran visibles en su rostro cansado, sus ojeras y su voz monótona.
Sin miedo a las tribulaciones
Tal como estaba previsto de antemano, el Santo Padre dedicó la audiencia a comentar la vida de San Pablo, subrayando que «las tribulaciones nada pueden contra quien es sostenido por la gracia divina».
En ese contexto presentó el extraordinario ejemplo que da San Pablo «de cercanía de Dios, tanto en las pruebas que tuvo que soportar, como en la fuerza y el valor que el Señor le infundió para hacerlo», e invitó a todos a «no dejarnos vencer por las dificultades».
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