martes, 2 de octubre de 2012

MILES DE PERSONAS DESPIDIERON AL PADRE PIERRE DUBOIS

“Hoy se necesita más que nunca que el pueblo unido verdaderamente jamás será vencido”, sostuvo el ex vicario Alfonso Baeza en la misa que honró al emblemático párroco de La Victoria.

por Nación.cl - foto: UPI

Una multitud de personas se reunió en la Catedral Metropolitana y sus alrededores para dar el último adiós al emblemático sacerdote Pierre Dubois, quien murió la madrugada del pasado viernes en su querida población La Victoria.

Dada la capacidad del principal templo religioso, las afueras del recinto se colmaron de personas que escucharon la misa fúnebre, presidida por el arzobispo Ricardo Ezzati, iniciada después de las 16:30 horas y que finalizó cerca de las 18:00 horas.

Durante, el servicio religioso el ex vicario Alfonso Baeza recordó pasajes de la vida y del pensamiento de Dubois, destacando sus actos en la dura época de la dictadura.

“Él nos mostró que la salvación del mundo viene de los pobres”, señaló el religioso, que en múltiples ocasiones fue interrumpido por los aplausos de los asistentes. Agregó que la herencia del sacerdote consiste en mirar la realidad más allá de los prejuicios.

“Hoy se necesita más que nunca que el pueblo unido verdaderamente jamás será vencido”, sostuvo en un minuto.

Además, recordó que en sus últimos días el padre Dubois estuvo muy cerca de los estudiantes y de los hermanos mapuches, y que la carta de los obispos, divulgada el pasado jueves y en la que llaman la atención e los problemas sociales, “interpreta muy bien lo que Pierre sentía y esperaba”.

Tras sus palabras, en los momentos del agradecimiento uno de los participantes señaló. “démos gracias al señor por los sacerdotes, sobre todo por André y Pierre, que fueron consecuentes al igual que su maestro el señor Jesucristo y asumieron la opción por lo pobres uno más en medio de su pueblo: un victoriano más”.

“Las lágrimas que ahora derramamos por uno de nuestros mártires y por ti padre Pierre, hermano y amigo, servirá para regar nuestra tierra que el espíritu santo nos regale nuevas generaciones de sacerdotes comprometidos a caminar con su pueblo y que nos revelen la luz de Cristo”, agregó.

Tras la ceremonia, la urna con el cadáver del religioso fue trasladado al Cementerio Católico, donde será cremado para que luego sus cenizas sean trasladadas a un lugar especialmente destinado en la parroquia Nuestra Señora de La Victoria, la que él dirigió desde la muerte de André Jarlan hasta su expulsión por orden de la dictadura.

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