martes, 2 de octubre de 2012

Rajoy salva la cumbre autonómica con un pacto mínimo para el déficit

V CONFERENCIA DE PRESIDENTES

Compromiso para cumplir los objetivos de austeridad en pleno vendaval financiero


Mariano Rajoy acepta revisar la financiación
Mas renunció a hablar del pacto fiscal y su aspiración independentista

FERNANDO GAREA Madrid

El Gobierno y las comunidades autónomas aparcaron este martes sus diferencias para aprobar un acuerdo político de mínimos que lanza un mensaje de unidad a la Unión Europea y los mercados. “Hoy España da un buen mensaje”, resumió Mariano Rajoy, que se fue del Senado con el éxito del acuerdo de todos en la V Conferencia de Presidentes. El texto aprobado recoge la voluntad de las 17 comunidades y Ceuta y Melilla para cumplir el objetivo de déficit impuesto por Europa.

“La Conferencia de Presidentes expresa su compromiso con la consolidación fiscal, imprescindible para recuperar la confianza en nuestra economía, así como apostar por políticas que permitan aumentar la competitividad de la economía y asegurar la financiación de las políticas sociales y de los servicios públicos”, asegura el acuerdo. En ese párrafo genérico se sustenta un pacto que se completa con el compromiso del Gobierno de estudiar en los próximos meses las posibles disfunciones del sistema de financiación autonómica y la posibilidad de repartir la carga de reducción del déficit de forma más flexible entre todas las Administraciones.

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El acuerdo fue posible a pesar de que a la conferencia se llegaba con graves discrepancias e inestabilidades económicas, políticas e institucionales que, finalmente, fueron orilladas o apuntadas levemente en la reunión a puerta cerrada. Les pudo la responsabilidad y hubo unanimidad en centrar la cumbre, que se inició con un desayuno con el Rey y el Príncipe de Asturias, en el cumplimiento de los objetivos de déficit.

Así, el presidente de Cataluña, Artur Mas, no hizo mención alguna a su reivindicación de pacto fiscal y, muchísimo menos, a sus aspiraciones independentistas. Habló fundamentalmente de las dificultades de su comunidad para cumplir con los objetivos, criticando que el Gobierno no haya repartido a las autonomías el oxígeno logrado en Bruselas para flexibilizar las exigencias sobre el déficit. Mas ni siquiera entró al trapo cuando algunos presidentes del PP, sobre todo el de Madrid, Ignacio González, hablaron de la unidad de España y de cómo es preciso “aparcar las amenazas territoriales”. Hicieron menciones similares Pedro Sanz (La Rioja), José Antonio Monago (Extremadura), Luisa Fernanda Rudi (Aragón), Juan Vicente Herrera (Castilla y León) y Juan Vivas (Ceuta). Todos del PP. El catalán no contestó y su único hecho diferencial fue irse del Senado al acabar la cumbre, sin hablar con los periodistas, dejando para este miércoles en Barcelona su valoración pública.

Fue posible el acuerdo porque, aunque el Gobierno no entregó el borrador del documento hasta el inicio de la reunión, la víspera, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría llamó una por una a todas las comunidades, con contacto directo en algunos casos con los presidentes.

Las comunidades del PP cumplieron con la disciplina interna y obviaron el malestar sobre el reparto del déficit o sus objeciones al proyecto de Presupuestos para 2013. Las únicas referencias mínimamente disonantes fueron las de algunos, como Ignacio González, Herrera y Sanz, que defendieron la necesidad de revisar ya el sistema de financiación.

Todas las demás sí hicieron referencia a las quejas por el reparto del déficit y, en algunos casos, como el andaluz y socialista José Antonio Griñán, a la revisión del sistema de financiación. Varios presidentes del PP mostraron su sorpresa porque uno de los debates más largos y tensos fue el que mantuvieron durante una hora Griñán y el presidente socialista de Asturias, Javier Fernández, sobre si la ley obliga o no a una revisión del sistema de financiación autonómica.

Los socialistas hicieron también referencia a sus propuestas federalistas, con mención a la necesaria reforma del Senado y lo que el lehendakari, Patxi López, y Griñán llamaron “federalismo corporativo” y “cooperación institucional activa”. Pero no hubo respuesta ni debate con el resto y se limitaron a enunciar lo que ha defendido en público estas semanas el líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba. Los socialistas rechazaron los recortes sociales y pidieron a Rajoy que exija flexibilidad en Bruselas (“Alce la voz en Europa”, dijo López), pero aceptaron el consenso. A diferencia de lo hizo el PP en la oposición cuando boicoteaba las conferencias que organizaba José Luis Rodríguez Zapatero, orillaron sus discrepancias en favor del mínimo común. Para lograr el acuerdo de mínimos, el Gobierno aceptó incluir en el documento final el compromiso de revisar el funcionamiento del sistema de financiación y del reparto de las cargas del déficit en 2013 para 2014.

Por un lado se admite que “las comunidades han visto disminuidos los importes provenientes del sistema de financiación, como consecuencia de la disminución de los ingresos públicos, lo que invita a una reflexión sobre el sistema tributario más eficiente y equitativo”. Por eso se encarga a una comisión técnica del Consejo de Política Fiscal y Financiera “analizar el efecto de la aplicación del sistema de financiación e informar de los resultados de ese análisis”. El Consejo, en todo caso, tomará “la decisión oportuna”, se asegura sin más precisión.

Sobre el cumplimiento del déficit se dice que el Consejo establecerá “un procedimiento de cara al año próximo para determinar los criterios de reparto entre las administraciones públicas de los objetivos de déficit” impuesto por la UE. El Gobierno cede en la inclusión de estos dos compromisos genéricos y gana en los plazos, porque asegura que no estará preparado para ser aplicado antes de 2014. Mientras, sigue en vigor el acuerdo de julio que fue rechazado por las comunidades socialistas y varias del PP, que no permitía a las autonomías acogerse a la flexibilidad dada por Bruselas.

El documento aprobado habla también de “favorecer el crecimiento y la creación de empleo”, del Banco Central Europeo y de las reformas en la UE, como demandan ideológicamente y hace tiempo los socialistas.

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