sábado, 3 de noviembre de 2012

Partieron

Su salida del gabinete es inminente. Laurence Golborne y Andrés Allamand comenzarán ahora su enfrentamiento para transformarse en la carta presidencial de la centroderecha. Acá, dos influyentes representantes del sector -Juan Claro y Juan Antonio Guzmán- contrastan sus preferencias.

"Allamand es el Lagos de la Alianza"

Juan Claro no tiene dudas: Andrés Allamand debe ser el representante de la derecha en las próximas elecciones. En su visión, es el mejor candidato para competir contra Michelle Bachelet en una "cancha" que va más allá de la simpatía: el debate de las ideas.

Aunque es cercano a Sebastián Piñera, el ex presidente de la Sofofa y la CPC se ha mantenido alejado de las esferas del poder. Hoy está dedicado a sus negocios personales, principalmente al rubro energético, y a varios directorios. De igual forma, siempre ha sido un hombre preocupado del devenir del país: es consejero del CEP y del Centro de Estudios Científicos de Valdivia. Por eso, “desde las sombras” sigue siendo un hombre influyente: es uno de esos personajes que nunca se desvinculan por completo del rumbo político que debe seguir el país. De ahí que el presidente Piñera le consulte sobre diversos temas. En esta entrevista entrega sus argumentos sobre por qué el candidato de la derecha debe ser Andrés Allamand. “Si el proceso de elección se hace en base a encuestas cortoplacistas o prácticas marketeras, entramos a competir en la cancha donde la simpatía de Bachelet es imbatible”.

-¿Cuál es el mejor candidato para la derecha en las próximas elecciones presidenciales?

-El mejor candidato es Andrés Allamand. Tiene la capacidad para ofrecer con convicción y sin complejos una alternativa de centroderecha. Creo que por su historia política, sabe más de acuerdos, integración y menos de sectarismos. Es un dirigente con convicción y sin fanatismo. Ha sido capaz de convocar a líderes de otros sectores políticos y sellar acuerdos para el bien de Chile. Lo hizo en el pasado y lo volverá a hacer. Me tocó trabajar con él cuando estuve al frente del empresariado: hicimos una agenda país. Soy testigo de cómo siempre estuvo disponible para aplicar su capital político en favor de iniciativas que eran buenas para el país, aun cuando esto significara costos partidistas. Además es más competitivo en una elección con Michelle Bachelet, porque es distinto a ella y no competirá en su cancha.

-¿Y por qué Golborne no podría ser competitivo también?

-Reconozco en él muchas capacidades y atributos. Pero creo que no tiene la experiencia ni está probado como Allamand. Tampoco me convence la estrategia de llevar adelante una campaña sin presentar un proyecto claro y diferenciado del de Michelle Bachelet. Alguien que se inaugura en la política en forma mediática y sin contenido -aunque siempre tiene la oportunidad de cambiar- es muy probable que después gobierne de esa misma manera. Si la campaña se juega por empatías o tácticas de marketing entraremos a la cancha en la que Michelle Bachelet es imbatible.

-Da la impresión de que la gente lo que valora hoy es justamente la cercanía y la empatía…

-En eso hay dos miradas. Una es la de Golborne, que cree que se le va a ganar a Bachelet por simpatía, cosa que no va a ocurrir. La otra, que yo creo que es la mejor, es entrar a competir a través de la discusión y el debate de las ideas. En la actual encrucijada que vive el país, el que tenga mayor capacidad para mostrar posiciones con claridad tendrá mayores posibilidades de atraer a la ciudadanía que se abstuvo en las últimas elecciones.

-¿Por qué?

-Pienso que la gente que no votó lo hizo principalmente por convicción, en su gran mayoría porque no perciben diferencias entre los candidatos. Se necesitan proyectos de gobierno en los que se represente con claridad una posición socialdemócrata y otra de centroderecha liberal. Allamand está mejor capacitado para ser el candidato de la Alianza, en el sentido que nos alejamos del canto de sirena del apoyo cortoplacista y populista.

-Pero Allamand ha demostrado no ser un buen candidato en elecciones anteriores…

-En primer lugar, no sería el primer presidente de Chile que pierde antes de ganar la elección. Lagos perdió. Perdió Sebastián Piñera. Y, por lo demás, las derrotas muchas veces enseñan y fortalecen. Adicionalmente uno no puede abstraerse de la coyuntura actual del país para definir si alguien es un buen o mal candidato.

-Hay que reconocer que Allamand también tiene debilidades…

-En el pasado se le ha criticado a Allamand de que se anticipa a los procesos que emergen políticamente. Él tuvo un costo por haber iniciado la política de los acuerdos, pero hoy todos reconocen que eso fue muy bueno para el país, porque en ese momento se hablaba de avanzar en la medida de lo posible por la sensación de fragilidad respecto a la institucionalidad recién instalada. Pero esta capacidad de anticipación que tuvo en el pasado hoy es una fortaleza necesaria, toda vez que hemos visto cómo los políticos se han quedado atrás de la dinámica social.

-Lo otro negativo es que en las encuestas le va mal.

-No soy experto en encuestas, pero lo que he leído es que no hay ninguna que le dé una probabilidad significativa a que alguno de los dos pueda ganar la elección presidencial. Esa “mala foto del momento” es válida para ambos candidatos. Por otro lado, las encuestas le dan un amplio apoyo a Allamand en su gestión como ministro. Adicionalmente, Golborne hace bastante rato que está haciendo campaña, y yo diría que Allamand todavía no entra en la contienda. El resultado de las elecciones destruyó a las encuestas.

-¿Cómo enfrentar el nivel de rechazo que genera?

-No creo que Allamand tenga un elevado nivel de rechazo. Aunque tiene más que Golborne, si él fuera candidato y se eleva el debate político, ese rechazo se transformaría en respeto. En las contiendas en las que se establecen con claridad dos proyectos de gobierno distintos para el país, las partes que compiten no son enemigas sino que adversarias.

-Algunos de la UDI prefieren ir con Golborne sin primarias ¿qué importancia le asigna?

-Si las primarias producen un problema en los partidos, la Alianza está destinada a desaparecer. La única manera que sea una fuerza política con proyección es que tenga un espectro amplio, donde se incorpore a mucha gente y las decisiones no sean copulares. Eso se llama primarias.

-Si Pablo Longueira compitiera en las primarias, ¿usted seguiría apoyando a Allamand?

-Lo seguiría apoyando, pero creo que sería muy positivo que Longueira también entre a la competencia. Creo que un debate entre Allamand y Longueira sería muy interesante, una buena oportunidad para asistir a una discusión sobre dos visiones y proyectos hacia el futuro. En todo caso, cualquiera sea el ganador de las primarias, debemos apoyarlo. Incluyendo a Golborne.

-En tiempos que se pide renovación, Allamand sigue representando a la derecha histórica. ¿Por qué sería atractiva hoy su candidatura?

-Que tenga experiencia no significa que sea un político tradicional. Allamand se pegó una travesía por el desierto por no ser histórico, inventó el concepto de los fácticos y se peleó en su momento con ellos, provocando conflicto al interior de la coalición. Fue un actor clave en los acuerdos de la transición a la democracia y también era una minoría en su sector. Tampoco es un líder tradicional de la derecha porque es un liberal tanto en lo económico como en lo valórico, por ejemplo cuando propuso el Acuerdo de Vida en Pareja.

-¿Qué camino debe tomar Allamand para distanciarse de la baja aprobación del presidente Piñera?

-El gobierno de Piñera ha sido uno de los mejores gobiernos a la luz de los resultados y considerando la crisis internacional que nos rodea. A pesar de aquello, la paradoja está en que cuenta con un bajo apoyo de la ciudadanía. Allamand defenderá con convicción aquellas políticas públicas que en el gobierno de Piñera han contribuido al progreso del país. En este sentido, Allamand va a ser el mejor vocero de los logros obtenidos por Piñera.

-¿Pero, de todas maneras, no debiera diferenciarse?

-Allamand le va a poner un sello propio a su gobierno: que tiene que ver con el desafío de incorporar y articularse con los distintos partidos políticos. Les abrirá los espacios de manera tal que la política no sea una respuesta cortoplacista a las demandas de la calle. Las características de Allamand son distintas a las de Piñera. Lo primero que tiene que hacer una coalición, si quiere reelegirse, es aceptar que los gobiernos no tienen por qué ser iguales. Sebastián Piñera ha sido un presidente principalmente orientado a la gestión y a la acción, Allamand es más estadista: es el Lagos de la Alianza. Si Allamand es presidente, es quien mejor va a visibilizar los logros de Piñera.

-¿Realmente cree que la derecha tiene posibilidades de ganar?

-Creo que en el escenario actual se ve muy difícil ganarle a Michelle Bachelet. Pero éste puede cambiar el próximo año, en la medida que se muestren los candidatos y sus programas. Pienso que para el país sería mejor que el candidato sea Allamand, porque van a haber quedado dos posiciones claras. Allamand sería un líder de oposición constructiva y eso le permitiría a Bachelet no verse obligada a gobernar compitiendo con medidas populistas.

"Golborne representa la renovación que Chile necesita"

Juan Antonio Guzmán conoce a Laurence Golborne hace más de 30 años y está convencido que éste es la mejor carta de la derecha. "Laurence tiene más experiencia y ha logrado más cosas en el ámbito de lo político que muchos otros. Su capacidad está demostrada", asegura el empresario.

Antes de aceptar la propuesta de Sebastián Piñera para que asumiera como ministro de Estado a comienzos del 2010, Laurence Golborne llamó a Juan Antonio Guzmán: su consejo era crucial antes de tomar una decisión. El actual presidente de Polpaico y eterno consejero de la Sofofa lo alentó a tomar el desafío. El resto de la historia es conocida y tiene hoy a Golborne ad portas de renunciar al gabinete para comenzar la carrera hacia la Presidencia de la República.

Se conocieron hace más de 30 años en los pasillos del Campus San Joaquín de la Universidad Católica. Allí, Guzmán era profesor en la Escuela de Ingeniería y Golborne uno de sus alumnos más destacados. Luego, entre los años 1990 y 2000, Guzmán fue el jefe del actual ministro de Obras Públicas en la eléctrica Gener.

Hoy, Guzmán es uno de los consejeros informales más importantes de Golborne en su camino para convertirse en el candidato de la derecha para las elecciones presidenciales del próximo año. Cada cierto tiempo se reúne con él en un petit comité, que también incluye, entre otros, a Sergio Melnick. La mirada que entrega el ex ministro de Educación (1987 a 1989) es altamente valorada en este grupo: además de su reconocida trayectoria empresarial, es un hombre que siempre ha influido en el debate público, ya sea desde la academia, los gremios o en diferentes comisiones gubernamentales.

-¿Por qué Laurence Golborne es su candidato?

-Porque creo que es una persona que le haría a este país un gran servicio. Tiene una gran capacidad de emprendimiento y, además, tiene interés de hacer servicio público, lo que es muy importante. O sea, tiene la capacidad, la disposición y las ideas. Por otro lado, optar por él es salirse un poco de lo que es la política tradicional. Había un autor muy agudo a comienzos del siglo XX, Alberto Edwards, que escribió un libro llamado La Fronda Aristocrática, que hablaba de lo que uno podría llamar las ocho manzanas. Pienso que Laurence no pertenece a esta “fronda”, que yo no llamaría aristocrática, porque ya pasó un siglo, pero que hoy está representada por la fronda política. Él es distinto y representa la renovación que Chile necesita.

-Michelle Bachelet, la más probable candidata de la Concertación, representa características similares.

-Efectivamente Michelle Bachelet es de alguna manera un espejo inverso de lo que es Laurence Golborne. Ella hacia la izquierda y Laurence hacia el centro, porque Golborne es claramente una persona de centroderecha, pero con más acento en el centro que en la derecha. Bachelet ya tuvo su oportunidad e hizo cosas que a uno le podrán gustar más o menos, según el punto de vista de cada uno. Pero lo clave, finalmente, es que la aprobación ciudadana es importante y, en esa línea, creo que dar la oportunidad a quien despierta adhesión y no pertenece a esta “fronda política” es importante.

-¿Pero por qué no jugársela por una persona totalmente distinta a ella, como Andrés Allamand, que representa la experiencia y el sentido republicano?

-No quiero hablar en contra de Allamand, prefiero destacar las competencias y virtudes de Laurence. No obstante, diría que el 60% de abstención de hace una semana demuestra que la ciudadanía no está con aquello que usted acaba de mencionar como las características principales de un político tradicional. Pienso que ese 60% de la ciudadanía no se siente interpretado y me atrevería a decir que es más de un 60%, porque muchos de los que votaron lo hicieron con bastante disgusto.

-¿Cree que Golborne va a tener la capacidad para construir las redes para negociar que se requerirán en un periodo presidencial que ya se prevé como complejo?

-Sin duda será complejo, como también lo fue para Bachelet en sus primeros dos años y lo ha sido para el presidente Piñera en estos casi tres años. Pero estoy muy seguro que la capacidad de emprendimiento de Laurence, su inteligencia y, algo muy importante, su capacidad de empatizar con las personas, le van a permitir una sintonía con la gente y la creación de redes naturales y no redes artificiales, que es lo fundamental.

-Así y todo, no fue capaz de traspasar su popularidad a los candidatos que apoyó en las municipales.

-Ése es un tema debatible. A él se le ha atribuido hacer campaña por ciertos candidatos en sus horas libres y según la ley lo permitía, pero más que hacer campaña él apoyó a algunas personas más por cercanía, por amistad y compromiso. Y eso es algo que yo destaco mucho: Laurence es una persona leal y valiente. Él da la cara en las circunstancias favorables y desfavorables, y eso es una característica muy importante para quien aspira a ser Presidente de la República.

-Golborne, además de capacidad, va a necesitar el apoyo de algún partido político y RN está cuadrado con Allamand. ¿Por qué la UDI debiera apoyar a Golborne y no a Pablo Longueira, una de sus figuras más emblemáticas?

-No soy de la UDI y no puedo opinar por ellos, pero sí le digo que el carácter que tiene Laurence de ser una persona independiente, porque no ha suscrito a ningún partido, le permite tener una adhesión importante en la UDI y también en RN. Él trasciende la política tradicional y creo que esto es un plus y no un menos.
"Laurence es una persona leal y valiente. Él da la cara en las circunstancias favorables y desfavorables y eso es una característica muy importante para quien aspira a ser Presidente de la República"

-El Instituto Libertad ya está trabajando en una base programática para Allamand. ¿Quién está detrás de Laurence Golborne en esta tarea?

-Quien está detrás de Laurence Golborne es Laurence Golborne. Él tiene sus propias ideas y convicciones, tiene sus propios proyectos para lo que él cree que Chile necesita para avanzar.

-Los “lobos solitarios” en este país no han sido muy exitosos, está el caso de José Piñera.

-No estoy hablando de un “lobo solitario”. Lo que quiero decir es que él es una persona que tiene ideas propias muy profundas y en muchos temas. Ahora, detrás de él hay mucha gente que quiere aportar. Él siempre ha sido un hombre de equipos de trabajo, con gran liderazgo y conducción moderna, que es lo que se requiere hoy. No soy quién para mencionarlas, pregúnteselo a él, pero hay gente de gran nivel intelectual, de centros de estudio, de universidades, gente del mundo de las empresas, personas del mundo profesional, muchísimos profesionales jóvenes entre de 30 y 50 años.

-Se menciona a Bruno Philippi y a Andrés Concha, entre otros colaboradores.

-No voy a dar nombres, pero sí le puedo decir que hay gente de peso trabajando en ámbitos muy diversos.

-¿No cree que es tiempo de que él rompa el silencio para conocer sus ideas políticas, económicas y valóricas?

-Creo que sí se sabe. Él ha hecho declaraciones de una manera fina y prudente, porque tiene un cargo ministerial.

-Ha dicho que Golborne es emprendedor, capaz e inteligente. Pero eso no es suficiente para liderar un gobierno políticamente exitoso.

-Primero hay que tener la capacidad y la inteligencia. Segundo, un presidente tiene que tener inteligencia emocional y habilidades personales para convocar a las personas. Eso lo tiene Laurence en gran medida. Es impresionante cómo él logra entusiasmar a la gente y a los equipos de trabajo. Más que caratularlo como un muy buen gerente, yo diría que es un gran líder. Eso va más allá de ser empresario o ser gerente, es la capacidad de guiar e inspirar a grupos de personas. De hecho, él ha demostrado esta capacidad en tres ministerios distintos. En Minería manejó muy bien el tema del royalty, lo que parecía muy difícil de obtener lo logró y lo hizo negociando con los parlamentarios de oposición y de gobierno, con las empresas mineras, y eso demuestra un liderazgo enorme. Después, en el Ministerio de Energía, logró congregar personas de muy diferente pensamiento y que finalmente este grupo elaborara un diagnóstico común y un plan de acción en un tema fundamental para el país. Además, apagó el incendio en Punta Arenas, que era un tema bien complicado.

-En Obras Públicas ha recibido más críticas.

-Antes de que llegara Laurence, yo diría que el MOP era un ministerio que sufría una paralización por bastante tiempo y diversos motivos: hubo problemas de gestión que se remontan al tema del MOP-Gate, que de alguna manera congelaron el ministerio. Luego vino el terremoto. El país era un desastre y toda su vialidad estaba destrozada. Todo eso se ha recuperado y, además, se ha echado a andar un plan de concesiones que sufría rígor mortis. Entonces no me digan que Laurence Golborne no tiene capacidad de liderazgo. Por supuesto que hay críticas, pero francamente éstas tienen intereses detrás: si él no concitara el apoyo que concita, es posible que no se molestaran en criticarlo.

-Algunos dicen que aún es muy pronto para que enfrente una carrera presidencial y que estas dotes de liderazgo político las debiera seguir cultivando más tiempo antes de competir.

-Su inteligencia y capacidad le hacen aprender muy rápido. Además, son dos años y medio de contingencia en lo directamente relativo al gobierno y la política. Han sido años fuertes y creo que tiene más experiencia, más conocimientos y ha logrado más cosas en el ámbito de lo político -como aunar criterios a fin de obtener leyes que eran muy difíciles- que muchos otros. Su capacidad ha quedado demostrada.

-¿Es importante que Golborne valide su postulación a la presidencia a través de una primaria o cree que el tema se podría solucionar a través de encuestas?

-El método de las primarias es importante. Además, él ha dicho que no tiene ningún inconveniente en participar, en el evento de que se realicen. Es bueno que participe, porque quizás en este escenario de alta abstención y desencanto con la política el sistema de primarias puede lograr involucrar a la gente y generar mayor participación.

-¿Desde dónde se va a parar Laurence Golborne una vez fuera del gobierno?

-Se va a parar desde el apoyo ciudadano y eso es más importante que el apoyo de los partidos políticos.

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