PALOMA CERVILLA / BARCELONA - Día 25/01/2014 - 14.55h
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha asegurado en la clausura de la Convención del PP catalán que «quede claro, ni se celebrará ese referéndum que algunos pretenden, ni se fragmentará España».
Así ha comenzado su discurso, advirtiendo de que no va «a admitir esa tentación de fractura que algunos airean de manera injustificada. No hay más fractura y más enfrentamiento que aquel que están promoviendo quienes quieren justificar su propio proyecto».
Rajoy aseguró desde el primer momento que «vengo a hablar de lo que está pasando en Cataluña» y que «nadie me tiene que decir cómo es Cataluña ni como son sus gentes. Lo sé porque lo conozco». Además, subrayó que «vengo a dar mis razones. Vengo a decir lo que nadie dice en este debate, que los españoles queremos a Cataluña».
Rajoy estuvo rodeado de cuatro ministros, Soraya Sáenz de Santamaría, Cristóbal Montoro, Jorge Fernández y José Manuel Soria; así como de la presidenta de los populares catalanes, Alicia Sánchez-Camacho, y del vicesecretario de Organización y Electoral del PP, Carlos Floriano.
El presidente defendió la vigencia de la Constitución y afirmó que «no me gusta oir que la Constitución es un estorbo para el ejercicio de la libertad, porque no es verdad« y advirtió de que «no le pido a nadie que le guste la Constitución porque no se hizo al gusto de nadie en particular. Lo que pido es respeto y coherencia hacia aquello que hemos acordado».
Asimismo, preguntó: «¿Alguno de vosotros conoce alguna corcunstancia en la vida que reúna un dechado de bienes sin mezcla de mal alguno?. Al parecer se ha descubierto una. Es la que se os está ofreciendo a los catalanes para intentar endosaros los encantos de la independencia. Diseñan un futuro idílico en el que todo sale bien y los inconvenientes no aparecen ni siquiera en la letra pequeña».
Rajoy afirmó que «lo menos que cabría pedir a quienes plantean proyectos de ruptura de esta envergadura es que expliquen con sinceridad, mirando a los ojos, las consecuencias de los mismos. Cuando alguien está plateando a la gente una deriva que les obliga a escoger, a optar, a renunciar a una parte de lo que ahora tienen, debe tener la honestidad de contar también los riesgos y el coste de esa renuncia», ha insistido el presidente. «No voy a cortar el grifo de las ayudas a la Generalitat porque las consecuencias las pagarían quienes menos culpa tienen, que son las gentes de esta tierra», ha advertido.
El presidente se ha mostrado «abierto al diálogo" y afirmó que «no voy a poner ningún obstáculo a quienes desean dialogar sobre problemas reales y el respeto a la ley. Pero que no se me busque en el campo de la ilegalidad, ni se me pida dialogar sobre lo que no es mío y, por tando, no puedo dar porque pertenece a los españoles. Y me gustaría decir algo más: es muy conveniente que quien quiera dialogar respete a las formas y al decoro».
Rajoy reiteró casi al final de su media hora de discurso ante una sala abarrotada por unas mil quinientas personas, que «mientras yo sea presidente, no se celebrará ningún referéndum ilegal, no se producirá ninguna fractura en España, no consentiré que ningún español que viva en Cataluña se vea privado de su derecho a ser español y europeo. No quiero que los catalanes dejen de ser españoles ni que nadie pase a ser un extranjero en su propio país».
Finalmente, Rajoy pidió «que me ayudéis a difundir un mensaje de sensatez, de unidad y de esperanza» y destacó la importancia de que «suene mucho la voz de la sensatez y de la unidad. No estáis solos. Os oye mucha gente que guarda silencio, porque cree que hay ocasiones en que lo más prudente es callar, pero por nada del mundo querría que vosotros callarais porque no cuento con más asidero que vuestra actitud y vuestra palabra».
Sus últimas palabras fueron para reclamar que se sostenga «en alto la voz de la convivencia, la voz del respeto a la ley, que es la voz de la mayoría, y que será la única, cuando toda esta fiebre se enfríe, que no necesitará rectificar su posición. Sé que vuestras dificultades son muchas. Lo han sido siempre; pero sé que también no fallaréis, porque no lo habéis hecho nunca. Alzad la cabeza con orgullo, porque estáis trabajando por Cataluña».
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha asegurado en la clausura de la Convención del PP catalán que «quede claro, ni se celebrará ese referéndum que algunos pretenden, ni se fragmentará España».
Así ha comenzado su discurso, advirtiendo de que no va «a admitir esa tentación de fractura que algunos airean de manera injustificada. No hay más fractura y más enfrentamiento que aquel que están promoviendo quienes quieren justificar su propio proyecto».
Rajoy aseguró desde el primer momento que «vengo a hablar de lo que está pasando en Cataluña» y que «nadie me tiene que decir cómo es Cataluña ni como son sus gentes. Lo sé porque lo conozco». Además, subrayó que «vengo a dar mis razones. Vengo a decir lo que nadie dice en este debate, que los españoles queremos a Cataluña».
Rajoy estuvo rodeado de cuatro ministros, Soraya Sáenz de Santamaría, Cristóbal Montoro, Jorge Fernández y José Manuel Soria; así como de la presidenta de los populares catalanes, Alicia Sánchez-Camacho, y del vicesecretario de Organización y Electoral del PP, Carlos Floriano.
El presidente defendió la vigencia de la Constitución y afirmó que «no me gusta oir que la Constitución es un estorbo para el ejercicio de la libertad, porque no es verdad« y advirtió de que «no le pido a nadie que le guste la Constitución porque no se hizo al gusto de nadie en particular. Lo que pido es respeto y coherencia hacia aquello que hemos acordado».
Asimismo, preguntó: «¿Alguno de vosotros conoce alguna corcunstancia en la vida que reúna un dechado de bienes sin mezcla de mal alguno?. Al parecer se ha descubierto una. Es la que se os está ofreciendo a los catalanes para intentar endosaros los encantos de la independencia. Diseñan un futuro idílico en el que todo sale bien y los inconvenientes no aparecen ni siquiera en la letra pequeña».
Rajoy afirmó que «lo menos que cabría pedir a quienes plantean proyectos de ruptura de esta envergadura es que expliquen con sinceridad, mirando a los ojos, las consecuencias de los mismos. Cuando alguien está plateando a la gente una deriva que les obliga a escoger, a optar, a renunciar a una parte de lo que ahora tienen, debe tener la honestidad de contar también los riesgos y el coste de esa renuncia», ha insistido el presidente. «No voy a cortar el grifo de las ayudas a la Generalitat porque las consecuencias las pagarían quienes menos culpa tienen, que son las gentes de esta tierra», ha advertido.
El presidente se ha mostrado «abierto al diálogo" y afirmó que «no voy a poner ningún obstáculo a quienes desean dialogar sobre problemas reales y el respeto a la ley. Pero que no se me busque en el campo de la ilegalidad, ni se me pida dialogar sobre lo que no es mío y, por tando, no puedo dar porque pertenece a los españoles. Y me gustaría decir algo más: es muy conveniente que quien quiera dialogar respete a las formas y al decoro».
Rajoy reiteró casi al final de su media hora de discurso ante una sala abarrotada por unas mil quinientas personas, que «mientras yo sea presidente, no se celebrará ningún referéndum ilegal, no se producirá ninguna fractura en España, no consentiré que ningún español que viva en Cataluña se vea privado de su derecho a ser español y europeo. No quiero que los catalanes dejen de ser españoles ni que nadie pase a ser un extranjero en su propio país».
Finalmente, Rajoy pidió «que me ayudéis a difundir un mensaje de sensatez, de unidad y de esperanza» y destacó la importancia de que «suene mucho la voz de la sensatez y de la unidad. No estáis solos. Os oye mucha gente que guarda silencio, porque cree que hay ocasiones en que lo más prudente es callar, pero por nada del mundo querría que vosotros callarais porque no cuento con más asidero que vuestra actitud y vuestra palabra».
Sus últimas palabras fueron para reclamar que se sostenga «en alto la voz de la convivencia, la voz del respeto a la ley, que es la voz de la mayoría, y que será la única, cuando toda esta fiebre se enfríe, que no necesitará rectificar su posición. Sé que vuestras dificultades son muchas. Lo han sido siempre; pero sé que también no fallaréis, porque no lo habéis hecho nunca. Alzad la cabeza con orgullo, porque estáis trabajando por Cataluña».
Santamaría, Sánchez-Camacho, Rajoy y Floriano
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