lunes, 3 de febrero de 2014

El cambio climático dificulta la lucha contra la pobreza en México

Vecinos de El Paraíso, Guerrero, tras un temporal. / SAÚL RUIZ

El cambio climático enfría los esfuerzos de México contra la pobreza
Agricultores, pescadores y otros oficios condicionados por el clima son los más afectados

ESPECIAL Termómetro económico y social de América

ISABELLE SCHAEFER Washington


Ya sea por las lluvias intensas, las olas de calor sofocantes o las sequías más recurrentes, al cambio climático se le acusa de causar enormes daños físicos y económicos. Y en México, a largo plazo, puede ser un balde de agua fría en la lucha contra la pobreza.

Si se toman como base las proyecciones meramente económicas: variación demográfica, crecimiento del PIB, desarrollo de infraestructuras, México va camino a una reducción significativa de la pobreza. Pero cuando se añaden a esta ecuación los efectos del cambio climático, los expertos tienen que volver a sacar cuentas.

Un estudio del Banco Mundial concluye que los efectos del cambio climático en México podrían desacelerar la reducción de la pobreza. Esto significa que para 2030, la meta propuesta para la reducción de la pobreza extrema, habrá casi 3 millones más de pobres de lo que se calcula cuando no se toman en cuenta los efectos del cambio climático. Martin Lenihan, especialista en desarrollo social del Banco Mundial y co-autor del estudio “Las dimensiones sociales del cambio climático en México”, nos explica a qué se debe esto y qué se puede hacer para mejorar la situación.

Pregunta. ¿Cómo frena el cambio climático la reducción de la pobreza en México?

Respuesta. Este hallazgo está basado en cómo una mayor variabilidad de las lluvias y de las temperaturas afecta los ingresos de los municipios. Es decir, si llueve poco y las temperaturas son más altas, los ingresos de estos municipios bajan. Si solamente consideramos los aumentos de población y la evolución de la prosperidad, concluimos que hay una alta probabilidad de que la pobreza se reduzca significativamente en el futuro. Sin embargo, si tomamos en cuenta los efectos estimados del cambio climático, la reducción de la pobreza será menor de lo que dicen nuestros cálculos. Un segmento grande de la población que podría quedarse en la pobreza por el cambio climático son los hogares cuyo sustento depende de los recursos naturales, como los campesinos, los agricultores, los pescadores y los guardabosques, porque son actividades que se ven muy afectadas por las lluvias y las temperaturas.

P. ¿Qué podría cambiar o mejorar estas estimaciones?

R. Además de esfuerzos globales concertados para mitigar el impacto del cambio climático, hay varias medidas de adaptación que se pueden implementar a nivel local. Medidas como la adopción de técnicas de conservación de agua, cultivos resistentes a la sequía o la diversificación de actividades, que deberían enfocarse, naturalmente, en hogares que dependen de los recursos naturales para su sustento. La Secretaría de Agricultura ya ha puesto en marcha programas para asegurar cultivos contra eventos climáticos extremos y otros riesgos. Estos programas están en proceso de ser extendidos a hogares incluso más vulnerables.

P. ¿Qué otro impactos se estima que podría tener el cambio climático?

R. Además de los impactos del cambio climático a largo plazo sobre la pobreza, también es probable que haya más desastres hidrometeorológicos (inundaciones, huracanes y marejadas ciclónicas). Mientras el número de personas que mueren por el impacto inmediato de los desastres relacionados con el clima ha bajado en los últimos 10 años, el número de personas afectadas por las consecuencias posteriores de estos desastres es mucho mayor que antes. Las municipalidades donde el riesgo es más alto para las familias de ingresos bajos y para la infraestructura, son, a la vez, las que tienen menos instrumentos para hacer frente a los desastres, y en las que es más alta la posibilidad de deforestación.

P. ¿Cómo podemos estar mejor preparados para el cambio climático?

R. A nivel federal hay varios programas que se enfocan en la respuesta y la prevención de desastres, el desarrollo urbano sostenible, y la adaptación del sustento rural. Algunas de estas iniciativas, como el Programa de Empleo Temporal Inmediato (PETI) y el Componente Atención a Desastres Naturales en el sector agropecuario y pesquero (CADENA), fueron consolidadas con financiamiento para fortalecer la capacidad social para hacer frente a estos fenómenos. También existe evidencia preliminar de que programas como Oportunidades ayudan a reducir el impacto negativo que tienen los desastres climáticos sobre el ingreso de los hogares. Creemos que se podrían enfocar los programas de desarrollo rural en las comunidades más vulnerables al clima, y crear un sistema que integre los puntos de vista de los ciudadanos y el conocimiento local o indígena en las decisiones de adaptación. Otra posibilidad sería empezar con un piloto de sistema de seguridad alimentaria local. Finalmente, también recomendaríamos una evaluación continua del papel de CADENA y Oportunidades en la asistencia de la recuperación de los hogares después de los desastres.

Isabelle Schaefer es productora online del Banco Mundial

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