domingo, 7 de junio de 2015

Turquía decide su destino con gran afluencia a las urnas

Una mujer se fotografía con el presidente turco Recep Tayyip Erdogan, en Estambul. / TOLGA BOZOGLU (EFE)

ELECCIONES EN TURQUÍA

La calma domina la jornada electoral salvo incidentes aislados


ANDRÉS MOURENZA Diyarbakir 7 JUN 2015 - 14:09 CEST


Los cerca de 54 millones de turcos que hoy están llamados a las urnas para decidir el destino de su país están ejerciendo su derecho en un ambiente, en general, tranquilo, pese a la violencia que ha precedido a estos comicios durante la polarizada campaña electoral, en la que se han producido atentados, ataques a las sedes de los partidos y peleas que han dejado media docena de muertos y cientos de heridos.

En la jornada electoral no se han dado demasiados incidentes, excepto en la provincia de Urfa, donde en peleas en diversas localidades han resultado heridas 15 personas. En otros puntos del país, los interventores y observadores de los partidos de la oposición han denunciado intentos del gobernante Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, islamista) por comprar votos o incluso depositar más de un sufragio en las urnas. Varias personas han sido detenidas por estos hechos.

Pero si algo está dominando las votaciones es la afluencia. En Turquía la participación en unos comicios generales ronda habitualmente el 80%-85%, cifra que podría verse superada teniendo en cuenta las largas colas que se han visto en diferentes provincias, en especial en el sudeste del país, donde se concentra la minoría kurda.

“Está votando más gente que en anteriores elecciones”, explica el presidente de mesa de un colegio electoral de la ciudad de Diyarbakir en el que en cuatro horas de votación ya se había superado el 50% del censo. Imágenes similares se han visto en las provincias kurdas vecinas y también en el noroeste de Turquía (bastión opositor), por lo que los medios locales estiman que en estas zonas la participación podría exceder el 90%.

En Diyarbakir, entre los votantes –la inmensa mayoría del Partido de la Democracia de los Pueblos (HDP)- se percibía ilusión por un cambio político, hecho que se podría producir si esta formación izquierdista y prokurda logra representación parlamentaria –para ello debe obtener más del 10% de los votos-, hecho que podría dificultar al AKP la consecución de su cuarta mayoría absoluta consecutiva.

“Tenemos mucha esperanza por lograr una Turquía en paz, sin violencia ni peleas”, afirmó a este diario Acar, una mujer que, por vez primera, daba su voto al HDP, formación hasta hace bien poco considerada el brazo político del grupo armado PKK, pero que ahora pretende convertirse en una alternativa de izquierdas para todo el país. Cerca de ella, un miembro de las fuerzas de seguridad también reconocía haber votado por el HDP para apostar por “el cambio” y por que se esclarezca qué ocurrió el pasado viernes en Diyarbakir cuando, en un mitin del partido, explotaron dos bombas causando la muerte de al menos dos personas e hiriendo a varios centenares: “Si el Estado quiere, se sabrá quien ha sido”.

Precisamente hoy el primer ministro turco, el islamista Ahmet Davutoglu, anunció que una persona ha sido detenida en relación con el caso. “Hemos ordenado que se investiguen todos los detalles del pasado de esta persona”, explicó tras depositar su voto en la ciudad de Konya (Anatolia Central) aunque no quiso dar más detalles debido a que la investigación continúa abierta.

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