sábado, 29 de agosto de 2015

Cumbre antiterrorista en París para reforzar la seguridad ferroviaria

Policías de Francia y Bélgica vigilan un tren en Bruselas tras el ataque. / FRANCOIS WALSCHAERTS (AP)

Tras el ataque al Thalys, ministros de Interior y Transportes de nueve países europeos planean un intercambio automático de información sobre sospechosos a bordo de trenes

CARLOS YÁRNOZ / GABRIELA CAÑAS París 29 AGO 2015 - 10:59 CEST


En plena alerta antiterrorista en Francia y en toda Europa, el frustrado atentado yihadista del pasado día 21 en el tren Thalys que cubría la línea Amsterdam-París puso de relieve la escasa seguridad aplicada en el transporte ferroviario. Por eso, el ministro francés del Interior, Bernard Cazenueve, ha convocado para este sábado en París una cumbre antiterrorista de nueve países para pactar medidas urgentes. Entre ellas, el intercambio automático de información en cuanto un sospechoso compre un billete de tren para realizar un trayecto transfronterizo.

A la cita en la capital francesa acuden los titulares de Interior y Transportes de otros ocho países, además de Francia: Alemania, Reino Unido, Bélgica, Holanda, Luxemburgo, Suiza, Italia y España. Se trata de los países que tienen importantes conexiones ferroviarias con Francia, el país más amenazado por el yihadismo. También participan en la reunión el coordinador antiterrorista europeo, Gilles de Kerchove; el comisario de Interior, Dimitris Avramopoulos, y la comisaria de Transportes, Violeta Bulc.

Cazenueve ha indicado que hará “propuestas concretas”. Entre ellas, controles a los pasajeros y sus equipajes. En la actualidad, solo España y Reino Unido lo hacen. En el caso español, en los trenes de alta velocidad, los pasajeros pasan un control y sus equipajes son sometidos a un escaneo. En el británico, los viajeros que utilizan el tren Eurostar que cruza el Canal de la Mancha –conecta Londres, París y Bruselas- también son sometidos a controles estrictos porque Reino Unido no está integrado en el espacio Schengen.

Salvo tales excepciones, no existen controles de seguridad sistemáticos en los trenes que cubren trayectos internacionales. Tampoco en los nacionales. En los aeropuertos, por el contrario, los controles de seguridad son exhaustivos desde hace años. La enorme diferencia resulta anómala porque en Europa ya se han producido ataques terroristas en líneas ferroviarias. El más grave, el registrado en Madrid el 11 de marzo de 2004, cuando murieron 191 personas.

Francia propone controles exhaustivos en todos los trenes de alta velocidad, como ya se hacen solo en España y en Reino Unido

Varias compañías ferroviarias europeas han señalado estos días que resulta prácticamente imposible imponer controles estrictos y sistemáticos de seguridad en todas y cada una de las estaciones en las que paran trenes de líneas transfronterizas. El enorme gasto necesario repercutiría en el coste de los billetes y, además, los controles implicarían grandes molestias para los pasajeros y amplios márgenes de tiempo de espera antes de acceder a los trenes.

Solo en Francia, cinco millones de personas utilizan a diario el tren frente a los 480.000 pasajeros diarios en avión. París plantea que la prioridad para reforzar la seguridad, con controles similares a los de los aeropuertos, se centre en los trenes de alta velocidad. Y especialmente en la emblemática línea París-Bruselas, cubierta por el Thalys, el tren atacado el día 21 por el marroquí Ayoub El Khazzani, que subió sin problemas a su vagón en Bruselas con un fusil de asalto, una pistola, cientos de balas y una botella con gasolina.

España es el país europeo con más kilómetros de alta velocidad (2.500), seguido de Francia (2.000), Alemania (1.350), Italia (923), Bélgica (209), Holanda (120), Reino Unido (113) y Suiza (35). Además de los de alta velocidad, el ministro Cazeneuve también propondrá controles especiales en todos los trayectos ferroviarios transfronterizos. Francia plantea que en estos casos haya normas comunes europeas. En los trayectos nacionales, cada país impondría las que considere convenientes.

Bernard Cazeneuve propone también que los servicios de información de cada país alerten al resto cada vez que compre un billete de tren de una línea internacional un sospechoso fichado por estar radicalizado o ser simpatizante de movimientos terroristas. Ya está en práctica un sistema similar para viajes en avión, pero no en trenes. Se extendería así a la red ferroviaria el controvertido registro europeo de pasajeros (PNR, Passenger Name Data) que ha levantado profundas reservas en el Parlamento Europeo.

Otras medidas que se han planteado estos días en Francia consisten en la creación de patrullas conjuntas para vigilar el interior de los trenes –ya hay franco-belgas en el Thalys-, la instalación de cámaras en todos los vagones de alta velocidad, controles aleatorios en todo tipo de estaciones ferroviarias, mejor formación de los equipos de seguridad de las compañías (las francesas tienen 4.250 agentes armados) y mayor presencia de uniformados en las estaciones.

Además, Francia propone crear un fichero común europeo de personas sospechosas a las que se les prohibiría la entrada en la Unión Europea.

En septiembre se reunirá en Bruselas el Comité de Seguridad de Transportes para analizar el paquete común de medidas y, en otoño, lo estudiará el Consejo de la UE.

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