El acuerdo entre Ucrania y Rusia permite la liberación de la piloto que fue capturada por tropas rusas y condenada a 22 años de cárcel, acusada de causar la muerte a dos periodistas rusos
Por RAFAEL M. MAÑUECO - Moscú
El presidente ucraniano, Piotr Poroshenko, acaba de anunciar que la piloto Nadezhda Sávchenko, que fue condenada en Rusia a 22 años de cárcel, está ya en Kiev, la capital del país. Sávchenko fue canjeada hoy en la ciudad rusa de Rostov del Don por los agentes de la inteligencia militar rusa (GRU), Alexánder Alexándrov y Evgueni Eroféev, apresados en la región de Lugansk por combatir del lado de los separatistas prorrusos.
La oficial ucraniana, que cumplió 35 años el 11 de mayo, voló desde Rusia junto con Poroshenko a bordo del avión presidencial. Por su parte, Alexándrov y Eroféev, arribaron al aeropuerto moscovita de Vnúkovo. Uno de los abogados de los militares rusos, Valentín Ribin, dijo hoy a las agencias rusas que el canje se produjo en condiciones de «alto secreto» y fue definitivamente acordado en conversación telefónica el martes por lo líderes de los países del llamado cuarteto de Normandía (Ucrania, Rusia, Alemania y Francia). Se espera esta tarde una rueda de prensa de Sávchenko y probablemente un baño de multitudes. La piloto se ha convertido en una heroína nacional.
Sávchenko fue condenada el pasado 22 de marzo a 22 años de cárcel acusada de complicidad en el asesinato de dos periodistas rusos. Según el juez, «Sávchenko cometió el crimen en confabulación con un grupo de personas motivada por el odio».
Los reporteros rusos, Ígor Korneliuk y Antón Voloshin, perecieron en junio de 2014 cerca de la ciudad de Lugansk al ser alcanzados por la metralla de las granadas de mortero disparadas por tropas ucranianas. La Justicia rusa sostiene que la piloto comunicó desde su helicóptero a los militares las coordenadas del punto en donde se encontraban los periodistas. Ella se ha declarado siempre inocente.
En cuanto a Alexándrov y Eroféev, fueron condenados a 14 años de cárcel cada uno acusados de participar en una «conspiración» dirigida a «provocar un conflicto armado», de «agresión» y también de preparar «acciones terroristas». En un principio, Moscú se negó a reconocer a Alexándrov y Eroféev como militares en activo, aseverando que, antes de partir hacia Ucrania, habían pasado a la reserva.
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