lunes, 16 de mayo de 2016

REINO UNIDO Aviso rotundo del FMI: el Brexit contraería bruscamente la economía

Christine Lagarde, directora del FMI, advierte que el Brexit puede acarrear graves problemas para la economía británica - EFE

El ex premier John Major acusa a Boris Johnson de convertir al Partido Conservador en UKIP


Por LUIS VENTOSO - Londres

No pasa día sin que algún actor económico alerte de que el Brexit acarrearía graves consecuencias para el Reino Unido. El jueves, el Banco de Inglaterra advirtió de que llevaría al país a la recesión y hoy el FMI ha divulgado su punto de vista, con un serio aviso: dejar la UE contraería bruscamente la economía británica. Christine Lagarde, la directora del organismo, lo expone claramente: «El Brexit golpearía a la economía británica de bastante mala manera o de muy, muy mala manera». Vaticina que los tipos de interés subirían y concluye que no ve «nada positivo» en que el Reino Unido deje la Unión.

Napoleón, uno de los hombres más inteligentes de su era, comentaba que «Inglaterra es una nación de tenderos». Algo de eso hay, el bolsillo importa muchísimo y junto con la inmigración focaliza el debate del referéndum del 23 de junio. El informe que ha presentado hoy el FMI concluye que el Brexit es un proyecto económicamente descabellado, de funestas consecuencias: caída del precio de la vivienda y pérdida de valor de los activos de todo tipo; encarecimiento del crédito y frenazo en la llegada de inversión a sectores claves, como la banca, los servicios y el inmobiliario.

El FMI recuerda además que la situación económica británica tampoco es la más boyante para acometer una aventura así. En concreto, se detiene en sudéficit por cuenta corriente (la diferencia entre el flujo de dinero que entra y sale del país) y señala que exacerbaría los riesgos de la salida.

También pronostican que «las ventajas para las exportaciones por la brusca depreciación de la libra esterlina solo compensaría en parte el golpe que recibiría el PIB por la reducción del consumo y las inversiones y la inflación podría subir». El organismo económico internacional reconoce que no hay experiencias previas similares a lo que sería el Brexit que permitan establecer comparaciones, pero no alberga duda de que el impacto sería «negativo y severo», con un prolongado período de incertidumbre.

Una novedad importante es que el FMI revela que el mero fantasma del Brexit ya está castigando de hecho a la economía británica: en los tres primeros meses de este año el número de transacciones de bienes raíces ha caído un 40%.

Saltan las alarmas

La patronal británica (CBI), la City de Londres y la gran banca, la OCDE y el FMI, todos aseguran que dejar la UE dañaría la economía y abogan por continuar en ella. Sin embargo el bando antieuropeo, la campaña «Vote Leave», los llamados «outers» o «brexiters», desdeña sistemáticamente esas advertencias, que han bautizado como el «Proyecto Miedo». También resaltan que cuando el Reino Unido decidió no entrar en el euro se esgrimieron argumentos similares y luego no sucedió nada de lo pronosticado.

John Major, de 73 años, el sucesor de Thatcher, que fue primer ministro entre 1990 y 1997, es un firme europeísta. Esta mañana ha pronunciado en Oxford su primer gran discurso en la campaña y ha expuesto algunas cifras que dejan en mal lugar a los «brexiters»: casi la mitad de las exportaciones británicas va a la UE. Eso es bien sabido, pero Major lo ha aderezado con algunos datos elocuentes: el Reino Unido exporta a la UE cinco veces más que a los 52 países de la Commonwealth y seis veces más que a la suma de Rusia, Brasil, India y China.

El ex «premier» conservador ha cargado además, sin citarlos, contra sus compañeros de partido Boris Johnson, ex alcalde de Londres, y Michael Gove, ministro de Justicia, paladines de la campaña «Leave Europe». A juicio de Major están «transformándose en UKIP» por su énfasis en el problema de la inmigración, una línea argumental que considera «peligrosa», porque puede dividir a la sociedad. «Si esa es su carta de triunfo, los apremio a que tengan mucho cuidado», les avisa.

Major ha pedido también a los «outers» que pidan disculpas por faltar a la verdad en relación al debate sobre el número de inmigrantes europeos que hay en el país. La prensa conservadora, la mayoría furibundamente antieuropea, ha abierto hoy con grandes titulares que aseguran que en el Reino Unido hay un millón más de inmigrantes de la UE de los que recogen las cifras oficiales. Nigel Farage, el líder del eurófobo UKIP, y Boris Johnson han llegado a hablar de una «conspiración» del Gobierno para mantener a ciegas a los ciudadanos sobre el alcance real de la inmigración.
La guerra se desata en los medios

Para entender como cargan los euroescépticos, basta describir la portada de hoy de un diario aparentemente serio y de referencia como el «Telegrahp», la biblia tory. Abre con una enorme foto del Cañón del Colorado y un titular que reza: «El agujero entre las cifras reales de la inmigración y los datos oficiales es tan grande como el Cañón del Colorado. Nos deben unas disculpas». Ese es ya el tono actual del debate, teñido cada vez más de nacionalismo inglés y sentimentalismo. Boris Johnson se refiere al día de la votación como «el día de la liberación de Gran Bretaña».

Sin embargo, la Oficina Nacional de Estadísticas niega esa acusación de que hay un millón más de inmigrantes comunitarios de lo que se dice, y asegura que en los últimos cinco años son 474.000, de los que 223.000 son residentes a largo plazo y 251.000 visitantes que se quedan no más de un año.

Por otra parte, Gary Kasparov, el ex campeón del mundo de ajedrez y firme opositor a Putin, ha publicado un artículo en el europeísta «The Guardian» donde advierte que el Brexit favorece las ambiciones del presidente ruso. De hecho, lo titula «El Brexit será el perfecto regalo para Putin». Su argumento es que el líder ruso, que lleva ya 16 años en el poder, está embarcado en sus «ambiciones neo-soviéticas» y «ve a Europa como un enemigo, por lo que busca que sus adversarios estén divididos y sean más pequeños y débiles», el tradicional «divide y vencerás, que no es nuevo».

Kasparov sostiene que Putin también deseaba una victoria del independentismo escocés para debilitar al Reino Unido, el país europeo que se puso más serio cuando inició su guerra en Ucrania.

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