martes, 5 de julio de 2016

El parlamento francés propone unificar sus servicios de inteligencia para mejorar su lucha antiterrorista

Un agente de la policía francesa hace guardia en el bulevar Montmartre de París el 29 de junio. FILIP SINGER EFE

Un informe señala los fallos cometidos con terroristas previamente fichados


Por GABRIELA CAÑAS - Corresponsal de El País en París

Samy Aminour, uno de los terroristas abatidos en la sala Bataclan el 13 de noviembre pasado, estaba oficialmente vigilado por su radicalización. A pesar de ello, viajó a Siria y perpetró después la matanza en París. Durante el asalto para abatir a los terroristas y rescatar a los supervivientes, los agentes de policía pidieron (sin éxito) sus armas a los militares destacados en la zona porque estos no tenían autorización para disparar. Sobre estos y otros fallos de seguridad, un informe de la Asamblea Nacional propone que Francia mejore su lucha antiterrorista unificando sus servicios de inteligencia con una Agencia Nacional de Espionaje.

A la falta de coordinación a nivel europeo se han unido en el caso francés los fallos de coordinación interior para intentar evitar atentados y gestionarlos mejor. La constelación de siglas de organismos dedicados al espionaje es impresionante: la DGSI de espionaje interior, la DGSE (exterior), el SCRT (servicio central), la SDAO (anticipación operativa de la policía nacional), la SDAT (de la policía judicial)… El ponente del informe parlamentario presentado hoy en la Asamblea, el conservador Georges Fenech, ha pedido racionalizar y jerarquizar el espionaje francés bajo una única jefatura, adscrita al primer ministro, como hizo Estados Unidos tras el 11 de septiembre de 2001.

Los atentados de enero de 2015 (20 muertos, entre ellos tres terroristas) y de noviembre (137, entre ellos siete terroristas) en París han puesto de manifiesto, según Fenech, que Francia no está suficientemente preparada para ataques de esta dimensión. La operación Centinela, que ha supuesto el despliegue de 10.000 efectivos militares en el territorio francés, tampoco ha dado resultado. El asalto del Bataclan, entre otros, así lo habría demostrado.

Desde el Gobierno, el ministro del Interior Bernard Cazeneuve se ha defendido ante la comisión parlamentaria de investigación haciendo notar los quince atentados evitados desde 2013 gracias al trabajo de las fuerzas del orden. Fenech considera que las críticas vertidas en el informe tras seis meses de trabajo no cuestionan el trabajo de las personas, sino la organización. Entre las propuestas para mejorar la gestión de atentados terroristas, el parlamentario, que suscribe el informe junto al socialista Sébastien Pietrasanta, propone reorganizar también los servicios de emergencia. El personal sanitario tuvo problemas de acceso al Bataclan para socorrer a los heridos porque sus vehículos no pudieron pasar del cordón policial establecido.

El peor de los ataques sufridos en Francia fue el de la sala Bataclan, donde murieron 80 personas. El informe señala que no podría haber sido evitado, pero entre los datos manejados por los parlamentarios están los numerosos fallos de vigilancia cometidos en torno a terroristas fichados que pudieron viajar, sin embargo, a Siria, Yemen o Irak, entrenarse en esos lugares, reclutar yihadistas y, finalmente, volver a Francia y atacar. Son los casos de Samy Aminour, abatido en el Bataclan, Omar Mostefaï, muerto en el Estadio de Francia, los hermanos Kouachi, autores de la matanza de Charlie Hebdo en enero del 2015, o de Yassin Salhi, el hombre que decapitó a un empresario de Saint-Quentin-Fallavier, en junio del pasado año.

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