miércoles, 1 de marzo de 2017

Los dilemas de la consulta presidencial PS

La decisión del PS de establecer para el mes de abril una consulta partidaria- ciudadana entre sus pre-candidaturas, como lo ha autorizado el SERVEL, y así participar en las primarias legales de la NM en el mes de julio ha sido denominada por la prensa como el “síndrome PS”, aludiendo a la demora y dificultades para resolver de buena forma el asunto.

Por FRANCISCO FLORES (elmostrador.cl)


Pero el principal y verdadero conflicto socialista es otro: asumir que en su seno existen cuatro opciones presidenciales que encuentran arraigo en su militancia, y que por lo tanto, la decisión debe asegurar que todas ellas puedan concursar, mediante una instancia que, efectivamente sea representativa de la voluntad democrática de su militancia y no una solución que no corresponda al verdadero dilema en juego.
El dilema

En noviembre de 2016 y ratificado en enero del presente año, el comité central del PS dispuso un mecanismo e itinerario para una consulta partidaria-ciudadana para abril, lo cual hacía muy difícil revertir esta decisión unos meses después, teniendo como telón una directiva que estaba expirando su mandato, debido a su pronta renovación en marzo de 2017.

Y probablemente algo no sopesado por los partidarios de una decisión centralizada y pronta, es que el ganador hubiese tenido que dar explicaciones más bien del proceso que de su propio triunfo: “Dado entre cuatro paredes”, “cocina política”, “a espaldas de la ciudadanía”, etc., tensionando al máximo la convivencia interna.

Sin embargo y no obstante lo anterior, la consulta socialista establecida para finales del mes de abril, presenta algunos dilemas que generan ciertas incertidumbres, no por escaramuzas propias de operaciones políticas, sino de acuerdo a la evaluación de las propias expectativas generadas por la realización de la consulta socialista.

"¿Cuál es esa disyuntiva real? Que los militantes socialistas tienen desde su base territorial hasta el comité central cuatro opciones que concitan algún tipo de apoyo: José Miguel Insulza, Fernando Atria, el ex Presidente Ricardo Lagos y el senador independiente Alejandro Guiller".

Los partidarios de un mecanismo distinto a la consulta o primaria, esgrimen como argumentos la necesidad de la prontitud de la decisión y que las precandidaturas en juego: José Miguel Insulza y Fernando Atria, no han logrado concitar apoyo y una masa crítica mínima, que los haga llegar en una modalidad competitiva a las primarias de la NM definidas para el mes de julio. Con el riesgo alto de tener una participación irrelevante y que deje al PS en una situación de desmedro y retraso en su influencia.

Esta última razón si bien plausible es también discutible. De hecho la reciente candidatura de Carolina Goic en el PDC, con poco registro en las encuestas, se puede esgrimir en el sentido contrario, al menos hasta ahora.

El problema de la consulta socialista es entonces otro: tiene que ver con los objetivos y expectativas que han señalado los mismos partidarios de este mecanismo de resolución.

Se ha expuesto que el PS requiere una resolución donde los militantes y ciudadanos puedan participar y pronunciarse, y no quedar a merced de las “cocinas y poderes fácticos partidarios”, que temen a la participación masiva y buscar resolver entre cuatro paredes.

¿Por qué una decisión – que atañe a todos el mundo socialista- como es el tener un candidato presidencial, no la pueden determinar los militantes y ciudadanos? ¿Por qué esta decisión debe quedar relegada a una estructura de 112 miembros como lo es el comité central?

¿No resulta una solución política más efectiva, y de acorde a los tiempos, que el conflicto sobre quién debe ser el abanderado socialista, sea producto de una decisión con la participación de miles de militantes y ciudadanos?

Parece una lógica en sentido correcto.

Sin embargo para que lo anterior tenga consonancia y coherencia, debe cumplirse una condición al menos: que los llamados a pronunciarse en tal consulta lo puedan hacer sobre la disyuntiva real que existe entre los socialistas.

¿Cuál es esa disyuntiva real? Que los militantes socialistas tienen desde su base territorial hasta el comité central cuatro opciones que concitan algún tipo de apoyo: José Miguel Insulza, Fernando Atria, el ex Presidente Ricardo Lagos y el senador independiente Alejandro Guiller.

Un verdadero mecanismo democrático y participativo de resolución debe ser capaz que estas cuatro opciones se puedan expresar. De lo contrario, si se reducen por cualquier motivo, solo a tres o a dos, la consulta militante y ciudadana pierde su calidad de ser una expresión real del sentir y voz de la base socialista. Y se produce la paradoja que un mecanismo participativo, como una primaria o consulta, se utilice para consagrar un conflicto o dilema artificial. Se produciría un espejismo. Una distorsión del sentir militante y simpatizante. Afloraría la crítica que se le hace a mecanismos más centralizados de resolución: no representar a las bases, “cocinar” decisiones.

El propio ex presidente del PS, Osvaldo Andrade integrante de una de las listas a favor de la consulta, lo ha expresado por un medio vespertino: que una primaria solo entre dos precandidatos (Insulza y Atria), “tiene muy poco gollete”.

El objetivo para invocar un mecanismo participativo, como una primaria o consulta, es que pueda resolver el conflicto real, sin cercenar ninguna expresión. Solo de esta forma, se podrá acercar a una resolución que efectivamente sea un acto soberano y que exprese la voluntad democrática de la militancia.

Para que se cumpla lo anterior existen solo 2 posibilidades:
Realizar la primaria-consulta con los cuatro nombres de los pre-candidatos. Y aún con la oposición de algunos de ellos a participar como opción, lo que sería una situación bastante peculiar. O algo más difícil, una pregunta abierta sobre quien debiese ser el candidato socialista para las primarias de julio.

Una instancia lo suficientemente democrática y legitima, donde además puedan participar representantes de cada una de las precandidaturas, y deliberar sobre estas y el contexto político electoral. El próximo Comité Central socialista que resulte de la elección del 26 de abril, va ser electo al fragor de este tipo de disputas. Y vaya paradoja donde estarán presentes, a diferencia de una consulta excluyente de nombres, representaciones de las cuatro precandidaturas por los cuales aún el Partido Socialista, no ha podido tomar una decisión participativa, no excluyente y además con deliberación.

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