Juan Carlos C. J., editor jefe
Triunfo el Establishment (grupo dominante o mafia de los oligarcas). Gano el Trump chileno, un hombre muy acaudalado de Chile. Sebastián Piñera, logró muchos más votos que en la primera vuelta y le llegaron de todos los frentes, incluidos algunos que apostaron por Beatriz Sánchez, la candidata del Frente Amplio (quien se confabuló). Sánchez, en la primera vuelta, puso distancia con Guillier incluso en un día clave como ese dijo. "Nosotros, como Frente Amplio, vamos a hacer oposición a cualquiera de los candidatos. No vamos a participar del Gobierno. No vamos a establecer una negociación. Yo he dicho por quién voy a votar (por Guillier) pero las personas son dueños de sus votos. No me siento poseedora de los votos de nadie. No he hecho un llamado a votar.” Desafortunadamente, Alejandro Guillier, no logró captar los votos del izquierdista Frente Amplio e incluso perdió hasta en su región, Antofagasta.
Esta victoria consolida en Chile el giro liberal en la región. El saquear países y dejar todos sus recursos en manos de un puñado cada vez más reducido de millonarios, es el deporte que hoy practica el neoliberalismo globalizado.
Piñera, que no tiene mayoría en el Parlamento, necesita acercarse a diputados progresistas moderados para sacar adelante sus leyes, y eso garantiza un giro tranquilo. La moderación final del expresidente en su campaña parece haber tenido un muy buen resultado en las clases medias. Aunque lo bueno ante todo es que el nuevo presidente no tiene fuerza política para hacer cambios drásticos.
Señor Piñera, esperamos que en sus prioridades de gobierno, no considere regalar los recursos naturales para beneficiar a un pequeño número de avaros miserables. Por qué eso, sería una traición a la patria.
Finalmente, la búsqueda de nuevos liderazgos deberá ser la misión de las fuerzas progresistas en los próximos cuatro años en Chile.
Gracias.
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