miércoles, 12 de diciembre de 2018

CHILE: SOLIDARIDAD INTERNACIONAL CON LOS EMIGRANTES


Saludos a todos

Hay una campaña encaminada a sembrar la duda, el ex presidente Frei respaldó hoy la decisión de que el gobierno de Sebastián Piñera, se marginara del Pacto Mundial para la Migración.

Por Juan Carlos C. J., editor jefe

Tengo razones para creer, que de cavernícolas, se pueden describir las posturas de los que no apoyan la no firma al pacto. Lo que diga el ex presidente Freí (importa muy poco), fue presidente, senador, y en su época su opinión fue muy respetable, sin embargo, hoy su parecer no tiene peso. Su tiempo ya se fue.

“La inmigración no es un derecho humano”, afirmó Chile en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Migración en Marrakech, Marruecos, el pasado lunes 10 de diciembre.

¿Es lo que correspondía hacer?

El gobierno de Piñera decidió no suscribir el documento de la ONU que 160 países firmaron el lunes en Marruecos, ya que en su opinión, compromete las normas migratorias adoptadas ante la masiva llegada de migrantes a Chile en los últimos cuatro años.

Cabe recordar, que el progreso humano nunca se hubiera dado sin personas que cruzaron todo tipo de fronteras a lo largo de la historia. Migración significa decir “sí” a la vida. Migrar es unir y comunicar costumbres, conocimientos, culturas y religiones. Migrar es imprescindible para avanzar hacia una cultura real del encuentro. Reivindico el derecho de toda persona a emigrar.

Casi toda la historia de la humanidad es la historia de las emigraciones. Suponiendo que el “Homo Erectus” haya aparecido en África, el resto de la población mundial es descendiente de emigrantes.

La emigración consiste en dejar el país o lugar de origen para establecerse en otro país o región, especialmente por causas económicas, sociales o políticas, las cuales abarcan tanto la emigración (salida de personas de un país o región para establecerse en otras partes). Como la inmigración (personas llegadas de otras partes). Podría decirse que la emigración termina donde comienza la inmigración.

Nadie asume el compromiso internacional imprescindible para reducir los niveles de pobreza en el mundo, creando oportunidades que equilibren la distribución de la riqueza, y que deje de considerarse este un objetivo como algo utópico, que en realidad creemos del todo punto irrealizable. La lucha contra la pobreza, la democratización de las sociedades, la creación de trabajo decente, allí donde viven las personas no son producto de mentes ingenuas. Son objetivos necesarios hacia los que hay que atender, para que la emigración voluntaria, como opción personal, se convierta en un nuevo Derecho Humano.

Somos dueños de nuestro destino y podemos cambiarlo. Podemos acabar con el sufrimiento de las personas ya sean originarias de Chile como de otro lugar y permitir que las migraciones y los intercambios culturales sean documentados y controlados en una sociedad libre sin los prejuicios de nuestra oligarquía nacional. Toda persona tiene el derecho de emigrar, sin embargo, cada país debe tener el derecho de exigir que se cumplan un mínimo de requisitos previamente establecidos.

No obstante, el sangriento golpe militar perpetrado en Chile por las huestes del general Augusto Pinochet (1973-1990), marcó huellas imborrables en la inmigración. Miles y miles de chilenos que se vieron forzados a huir de la persecución y al exilio en busca de la solidaridad de países hermanos y que superaron amenazas de muerte, humillaciones y sufrimientos para dejar a cambio ecos positivos en los países de adopción.

“La fuente de desigualdad más inevitable entre los hombres es su lugar de nacimiento”.

Gracias, siempre.

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