domingo, 27 de marzo de 2022

¿Quién esta detrás del negocio de la guerra 
entre Rusia, Ucrania y la OTAN?

Saludos a todos,

Escrito por el editor jefe: Juan Carlos C.J.,

¡El dinero ganado en los mercados de las armas
 está manchado de sangre!

Si bien es cierto que en esta economía de mercado habrá siempre ganadores y perdedores en medio de las peores tragedias, es menester ponderar el hecho insoslayable de que la guerra en Ucrania representa un negocio redondo para los grandes empresarios, banqueros e intermediarios quienes se benefician jugosamente de los negocios de la industria armamentista. Las firmas armamentistas más cotizadas ya se frotaban las manos llenas de júbilo ante las posibilidades de un conflicto. Varios de ellos se expresaron cándidamente ante un inminente aumento del conflicto entre EE.UU., Rusia y China sin menoscabar la escalada bélica. Dentro del listado de las empresas afortunadas se encuentran: Thales (Francesa), Leonardo (Italiana), BAE Systems (Británica), y las estadounidenses Northrop Cruman, Honeywell International and Lockheed Martin.

Sin embargo, la operación militar de Rusia en Ucrania ha gatillado la intervención encubierta de países europeos, a cumplir con las pautas de la OTAN de que todos los miembros gasten el 2% del PIB en defensa. Esas expectativas están detrás de un aumento en el valor de mercado de las empresas que suministran las armas con las que se libra la guerra.

El presidente de Rusia, Vladímir Putin lo dejó claro en su discurso; dijo que la operación se enfocaría en la desmilitarización y desnazificación de Ucrania, al referir que el ejército ucraniano amenaza a Rusia.

Mientras los días pasan y la guerra avanza en dos opciones para su “operación militar especial”: una que ha cubierto toda Ucrania y otra centrada en el Donbás. Por otro lado, Rusia acusó a la OTAN de estar interesada en la continuación de las acciones militares en Ucrania, escenario que cumple cerca de un mes en esta “operación militar especial”.

Aunque se sigue contabilizando, a casi 140 países incluido USA, han impuesto sanciones económicas que han bloqueado al banco Central Ruso y a sus principales bancos del resto del sistema financiero, sanciones que pretenden debilitar los planes de la operación militar en Ucrania.

Los Estados Unidos de Norteamérica es un imperio que poco a poco ha ido perdiendo su poder, a tal punto, que ya teme por su caída. Los imperios en esta condición, en sus estertores de muerte suelen acudir a la guerra como último recurso para evitar el colapso. Las tierras del imperio norteamericano, están a cinco mil millas de distancia de Europa.

Por esta separación, sus élites gobernantes piensan que una guerra entre la Unión Europea, el Reino Unido y Ucrania contra Rusia, no afectará el territorio continental, y que por el contrario, los favorecerá de la misma forma que los beneficio comercialmente la Segunda Guerra Mundial. Pues mientras los europeos se destruían mutuamente, los Estados Unidos progresaba y se hacían un imperio poderoso a expensas de vender su producción a una Europa asolada e improductiva.

En el conflicto militar en Ucrania se conjugan factores como la pretensión de debilitamiento o destrucción de Rusia por parte de potencias occidentales encabezadas por Estados Unidos, que quieren mantener un imposible mundo unipolar, con la extensión de la OTAN hasta los confines del este de Europa, y también elementos de tipo económico y de superávit.

Solo queda pues que los individuos de buena voluntad, las naciones aun neutrales y las instituciones civiles tanto a nivel internacional se dediquen a trabajar pro de una salida negociada y diplomática a este enfrentamiento que pudo haberse evitado.

Ante esta realidad, los habitantes conscientes del mundo, (que es la mayoría en un noventa por ciento), nos oponemos radicalmente a todo tipo de guerra. Situación que se ha comprendido, que las guerras son un inmenso negocio para unos pocos, y una gran desgracia para todo el planeta. Mejor sería, que todo ese derroche de dinero que se gasta en las guerras para destrucción y muerte, se invierta en educación, salud y vivienda. Entonces, radicalmente, nuestro mundo sería otro. Esperamos que quienes observan de lejos este conflicto, tengamos la capacidad para comprender con una mente abierta lo que estamos percibiendo como un alegato en favor de la empatía más genuina de la humanidad.

Que nuestras vidas sean de armonía, solidaridad, paz, progreso, libertad, democracia y justicia en nuestras familias y en nuestra sociedad.

¡Pero, acerca de las guerras…, nunca más!

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