Estados Unidos ha tenido grandes primeras damas, pero probablemente ninguna sea tan emblemática como Jackie Kennedy, quien deslumbró al mundo cuando acompañó a su marido en la toma de posesión, en 1961, vestida de blanco en un vestido de su propio diseño.
Cuando Bill Clinton llegó a la Casa Blanca por primera vez era 1993 y su esposa, Hillary, llevó un vestido azul diseñado por una joven Sarah Phillips, originaria -como Bill- de Little Rock, Arkansas, y que tan sólo tenía dos años de experiencia.
En 2010 Michelle Obama se convirtió en la primera mujer de color en ser Primera Dama de los Estados Unidos, pero sobre todo dejó claro que su concepto de moda era moderno y elegante con un modelo del entonces desconocido Jason Wu.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario