JAIME G. MORAJAIME_GG / MADRID
Día 06/03/2012 - 12.37h
«Saldremos a las calles de Moscú y no nos iremos. Quiero sentir vuestra firmeza». Horas después tuiteaba desde el furgón de la policía una fotografía: «Gran compañía». Alexéi Navalni era uno de los más de 500 detenidos en la tarde del lunes. Ciudadanos descontentos con el resultado de las elecciones presidenciales del domingo, las que dieron como ganador a Vladímir Putin en primera vuelta.
Pero Navalni, que ya ha sido puesto en libertad, no es un ciudadano cualquiera, es un agitador al que muchos consideran el más prometedor líder de la oposición. Con 35 años, este abogado y activo bloguero, se convirtió en uno de los cabecillas de las multitudinarias manifestaciones celebradas en diciembre. Fue detenido y pasó 15 días en la cárcel.
Aunque no se ha presentado en las presidenciales de marzo, suyo es el lema más utilizado por la oposición contra el partido de Putin, «un partido de pillos y ladrones». Otra cosa es que ocurrirá en los próximos comicios: en una entrevista, a principios de este año, no descartó postularse para presidente en «unas elecciones libres y justas».
De la Universidad a la política
El padre de Navalni fue un oficial del Ejército así que el hoy opositor al régimen creció en un entorno de ciudades militares cerradas donde de las que recuerda las colas para lograr leche. Fue más tarde, una vez matriculado en la Universidad para estudiar Derecho, cuando se metió en política. Se unió al partido Yábloko y fue expulsado en 2007 por sus ideas nacionalistas.
Navalni ayudó a fundar el movimiento llamado Nard (El Pueblo) y comenzó a hacer acto de presencia en una marcha anucal que promueve los derechos de los rusos étnicos. Hasta que cuatro años atrás decidió pedir transparencia a las empresas. Así que comenzó a comprar participaciones en compañías para obligarles a hacer públicas sus cuentas. Unas cifras que revelaba en internet.
El paso definitivo hacia el activismo lo dio en 2010El paso definitivo hacia el activismo lo dio en 2010, con el lanzamiento de Rospil, una web que denuncia las adjudicaciones irregulares de contratos públicos. «Todo el mundo dice que la corrupción está en todas partes, pero a mí me extraña que nadie quiera poner nombre a los corruptos», declaró al diario británico «The Guardian».
El éxito de esta iniciativa fue tal que desde la propia Administración, hartos de la corrupción, filtran datos al equipo de Navalni.
¿Representa entonces Navalni una amenaza contra Putin? Según una encuesta realizada en abril del año pasado, el 93% de los rusos lo conoce. Ha pasado casi un año y ya más de 200.000 personas están atentas a sus «tuits» diarios.
Putin evita nombrarlo, consciente de que intentar desacreditar a Navalni lo haría más fuerte. Y también lo silencia. La MTV rusa canceló recientemente el programa de entrevistas de Ksenia Sobchak, conocida como la Paris Hilton rusa.
Aún es pronto para que Navalni dé el salto definitivo a la política nacional. Pese a su decidida acción contra la corrupción, no cuenta con una plataforma de lanzamiento potente.
Día 06/03/2012 - 12.37h
«Saldremos a las calles de Moscú y no nos iremos. Quiero sentir vuestra firmeza». Horas después tuiteaba desde el furgón de la policía una fotografía: «Gran compañía». Alexéi Navalni era uno de los más de 500 detenidos en la tarde del lunes. Ciudadanos descontentos con el resultado de las elecciones presidenciales del domingo, las que dieron como ganador a Vladímir Putin en primera vuelta.
Pero Navalni, que ya ha sido puesto en libertad, no es un ciudadano cualquiera, es un agitador al que muchos consideran el más prometedor líder de la oposición. Con 35 años, este abogado y activo bloguero, se convirtió en uno de los cabecillas de las multitudinarias manifestaciones celebradas en diciembre. Fue detenido y pasó 15 días en la cárcel.
Aunque no se ha presentado en las presidenciales de marzo, suyo es el lema más utilizado por la oposición contra el partido de Putin, «un partido de pillos y ladrones». Otra cosa es que ocurrirá en los próximos comicios: en una entrevista, a principios de este año, no descartó postularse para presidente en «unas elecciones libres y justas».
De la Universidad a la política
El padre de Navalni fue un oficial del Ejército así que el hoy opositor al régimen creció en un entorno de ciudades militares cerradas donde de las que recuerda las colas para lograr leche. Fue más tarde, una vez matriculado en la Universidad para estudiar Derecho, cuando se metió en política. Se unió al partido Yábloko y fue expulsado en 2007 por sus ideas nacionalistas.
Navalni ayudó a fundar el movimiento llamado Nard (El Pueblo) y comenzó a hacer acto de presencia en una marcha anucal que promueve los derechos de los rusos étnicos. Hasta que cuatro años atrás decidió pedir transparencia a las empresas. Así que comenzó a comprar participaciones en compañías para obligarles a hacer públicas sus cuentas. Unas cifras que revelaba en internet.
El paso definitivo hacia el activismo lo dio en 2010El paso definitivo hacia el activismo lo dio en 2010, con el lanzamiento de Rospil, una web que denuncia las adjudicaciones irregulares de contratos públicos. «Todo el mundo dice que la corrupción está en todas partes, pero a mí me extraña que nadie quiera poner nombre a los corruptos», declaró al diario británico «The Guardian».
El éxito de esta iniciativa fue tal que desde la propia Administración, hartos de la corrupción, filtran datos al equipo de Navalni.
¿Representa entonces Navalni una amenaza contra Putin? Según una encuesta realizada en abril del año pasado, el 93% de los rusos lo conoce. Ha pasado casi un año y ya más de 200.000 personas están atentas a sus «tuits» diarios.
Putin evita nombrarlo, consciente de que intentar desacreditar a Navalni lo haría más fuerte. Y también lo silencia. La MTV rusa canceló recientemente el programa de entrevistas de Ksenia Sobchak, conocida como la Paris Hilton rusa.
Aún es pronto para que Navalni dé el salto definitivo a la política nacional. Pese a su decidida acción contra la corrupción, no cuenta con una plataforma de lanzamiento potente.
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