sábado, 10 de marzo de 2012

El asesinato de Gaitán

El régimen que destruye el país ve que sus plazos se vencen y que los resultados electorales del siete de octubre pueden significar su paso a la oposición.Deploramos que puedan pensar y promover acciones que alteren lo que el pueblo siempre ha querido

Por Rafael Díaz Casanova /Foto: Google

El próximo 9 de abril se cumplirán sesenta y cuatro años del infeliz asesinato de Jorge Eliécer Gaitán a las puertas del edificio Agustín Nieto donde estaban sus oficinas. Gaitán era candidato a la Presidencia de Colombia en representación del Partido Liberal.

En 1940, el Presidente Eduardo Santos Montejo, tío abuelo del actual Presidente Juan Manuel Santos, nombró a Gaitán Ministro de Educación, posición que le permitió adelantar programas que beneficiaron a la población estudiantil de Colombia.

Dicen autores competentes que el asesinato de Gaitán se puede considerar como el detonante de una guerra civil que se ha extendido en Colombia hasta nuestros días y que ha tenido como componente fundamental la guerrilla que ha devastado la población colombiana y es responsable de delitos horrendos de secuestro, extorsión y asesinatos.

Se identifica al asesino de Gaitán como Juan Roa Sierra, quien fue linchado, arrastrado por las calles y muerto ese mismo día, pero nunca se ha identificado si detrás de Roa había tenebrosos intereses y actores.

El domingo cuatro de marzo, a treinta y seis días de ese nefasto aniversario, el candidato a la Presidencia de la República de Venezuela, Enrique Capriles Radonsky, mientras visitaba el sector de Cotiza en la Parroquia San José de Caracas, mientras se hacía acompañar de personas que lo respaldan y disfrutaba de la asistencia de los pobladores de la zona, fue agredido con un arma de fuego por un ciudadano que ha sido inicialmente identificado como José Berroterán Hernández y quién profirió una herida al hijo del Diputado a la Asamblea Nacional, Ismael García. El ciudadano sospechoso vestía de la manera que identifica a los partidarios del régimen.

Nos resulta absolutamente negativo que se pueda pensar que la violencia es el arma adecuada para un torneo electoral. Venezuela, a pesar de registrar un magnicidio en aquel fatídico 13 de noviembre de 1950, es un país que siempre ha preferido la decencia y el respeto en los momentos de enfrentar diferencias. Nunca, en ningún torneo electoral se ha utilizado la violencia y mucho menos las armas.

A Colombia, el asesinato de Gaitán le ha significado sesenta y cuatro años de guerra civil.

El régimen que destruye el país ve que sus plazos se vencen y que los resultados electorales del siete de octubre pueden significar su paso a la oposición.

Deploramos que puedan pensar y promover acciones que alteren lo que el pueblo siempre ha querido. Serían responsables de crímenes que las naciones no perdonan.

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