sábado, 10 de marzo de 2012

Las lágrimas quirúrgicas de Putin

No fue el resultado de la emoción tras ser reelegido. Putin lloró por los efectos secundarios de una operación de estética

TERESA DE LA CIERVA
Día 10/03/2012

Si los rusos, acostumbrados a su pétreo semblante, se quedaron estupefactos por las inesperadas lágrimas que Vladímir Putin derramó el pasado domingo tras confirmarse su reelección a la presidencia del país, muchos médicos de estética no se han sorprendido tanto. Sus ojos vidriosos, las lágrimas derramadas, no dejan lugar a dudas: «Son fruto de una cirugía», afirma el doctor Rafael de la Plaza, expresidente de la Asociación Europea de Cirujanos Plásticos.

«Durante la campaña electoral observé cambios en su rostro que indicaban una operación de blefaroplastia (párpados), aplicación de botox y, probablemente, infiltración de ácido hialurónico en los pómulos y surcos nasogenianos. Si se fijan en las fotografías, observarán un ligero enrojecimiento en el ángulo exterior de los ojos, con una línea maquillada que se prolonga lateralmente; y en las imágenes dinámicas, llama la atención la rigidez de sus párpados inferiores», cuenta.

Un llanto de seis meses

¿Y eso le hace llorar? El doctor De la Plaza nos lo explica: «El lagrimeo se debe a una parálisis temporal del músculo que interfiere con lasecreción no del líquido lacrimal, sino de otro más graso que lubrica la córnea y la conjuntiva, provocando una irritación que incrementa la secreción del primero y, con ello, las lágrimas. Este efecto puede durar hasta seis meses».

Ya ven. Ni lágrimas de cocodrilo, ni de emoción, ni por el viento («aunque sí es cierto que el viento puede contribuir a desencadenar las lágrimas», reconoce el doctor). El exagente del KGB —y puño de hierro de la política rusa durante los últimos doce años, orgulloso de su imagen de Rambo— llora lágrimas «quirúrgicas».

Pero Putin no es el único político que ha «llorado» tras pasar por un quirófano para rejuvenecer su imagen. Silvio Berlusconi y el desaparecido Muamar el Gadafi también sufrieron estas consecuencias de la cirugía. «Cuando comparamos la imagen actual de Putin con la de Berlusconi, se observa una similitud en sus ojos. Ambos han adquirido un ligero aire “mongólico”, que obviamente no aporta belleza aunque sí suprime bolsas y arrugas. Me atrevería a decir que ambos procederes son obra del mismo cirujano». Si es así, el presidente ruso habría pasado por las manos de Liacyr Ribeiro, un médico brasileño que ha remodelado al primer ministro italiano y que intervino al dictador libio. En este último caso, le retocó los párpados y extrajo grasa del abdomen para inyectarla en los pómulos y en las arrugas de su rostro. Según ha declarado Ribeiro, «Gadafi me dijo que llevaba 25 años en el poder y que no quería que los jóvenes lo viesen como a un viejo». Un ansia de quitarse años que resulta habitual en el mundo del espectáculo, pero que en política ya hace estragos.

Presión fatal

Putin no ha sido el primero. La presión por rejuvenecerse llevó a Michael Douglas a pasar por el quirófano, como ya hizo antes su padre, Kirk Douglas. Burt Reynolds en sus últimas apariciones parece otra persona y el rostro de «chico duro» de Ray Liotta hoy es como una máscara de plástico. En el mundo de la música Julio Iglesias ha admitido haber pasado por el quirófano, donde le practicaron un lifting facial del que ahora se arrepiente. «Si me preguntas si lo haría de nuevo, sí, lo haría, pero con un mejor cirujano», ha declarado.

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