Cristina Fernández, durante su reciente visita al país africano
«¡Trajimos la Argentina para todos los angoleños!» exclama la presidenta, de visita en el país africano para promocionar productos argentinos
C. DE CARLOSCARMENDECARLOS / CORRESPONSAL EN BUENOS AIRES Día 24/05/2012 - 14.33h
La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, ha visitado recientemente Angola, un país que vive sometido a una dictadura desde hace más de treinta años. Una vez más las palabras de Fernández, abanderada de los derechos humanos en la última década, no encuentran reflejo fiel en sus actos. En rigor, esto no es una novedad. Sí lo es las sorprendentes imágenes recogidas en el vídeo que acompaña a esta información. El señor que le «sopla» cada dos minutos a la oreja es Guillermo Moreno, el secretario de Comercio que obstaculiza las importaciones, pone la pistola en la mesa o saca los guantes de boxeo con los empresarios cuando le viene en gana.
«Ellos nos dan al león africano, y nosotros les traemos a la vaca argentina»
«Carne para todos y leche para todos [...] hasta traje, trajimos, Sastrería González [...], panadería... hemos traído sillones de cuero, un supermercado [...], chicles [...], grifería, batidoras, licuadoras, anteojos, las mochilas [...] es insoportable, es insoportable [...] ¡los limones! ¡los limones, Tucumán! [...] ¡Trajimos la Argentina para todos los angoleños!», exclama Cristina Fernández antes de recibir un premio de manos de las autoridades locales: «Ellos nos dan al león africano, y nosotros les traemos a la vaca argentina».
Los gestos de Cristina, como últimamente se presenta la presidenta, acompañan la presentación de la virtual conquista argentina de Angola. Las palabras, también. Podría ser la toma de una película, haberse rodado en el rastro o ser parte de una verbena de pueblo. Pero no. Ocurrió en Angola y «Ella», con toda su euforia, es quien dice ser. La escena, de principio a fin, es difícil de imaginar con cualquier otro mandatario de protagonista o en otro país. Ni siquiera en Venezuela, segundo y posiblemente último destino donde Cristina sería recibida con los brazos abiertos.
Colofón
El premio final a su actuación lo recibe casi, casi, bailando. Se le acercó una negra y pensó que era cosa de volver a moverse. Se trata de un león de oro de verdad, del que se extrae con el sudor y, como los diamantes, la sangre de los africanos. La mujer que se lo entregó confunde el apellido Fernández con Hernández. Es imposible no esbozar una sonrisa, ahogarse de risa o, como le pasa a algunos argentinos, sentir un poco de verguenza ajena. Ojo a lo que dice y cómo lo dice la señora presidenta. No hay palabras.
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