Nicolas Sarkozy, en su discurso del 1 de mayo
El debate de hoy será el único antes de las elecciones del domingo, y la gran oportunidad del presidente candidato de sacar ventaja a su mejor retórica
ALBERTO SOTILLO / ENVIADO ESPECIAL A PARÍS
Día 02/05/2012 - 02.55h
El presidente candidato, Nicolas Sarkozy, se juega hoy su reelección en un debate televisado de dos horas y media, en el que confía en vencer por K.O. a su contrincante, el socialista François Hollande. Es su gran oportunidad, porque, pese a una cierta recuperación, todos los sondeos le son adversos. Pero él se sabe mucho mejor polemista que su rival, y no esconde la ansiedad con la que aguarda el pugilato mediático-político.
Sarkozy cuenta con "desenmascarar” la vaguedad de las propuestas económicas de Hollande. Este será probablemente el asalto decisivo. La situación económica es crítica. No tiene el presidente mucho de lo que presumir. Sube el paro, crece la deuda y retrocede la nota de Francia dada por las agencias de calificación. Pero él sí tiene un programa y una trayectoria. A diferencia de su rival, que ha preferido mantenerse en el elevado terreno de los principios, sin detallar sus propuestas. Los franceses, tal vez, prefieran que su presidente se mantenga en la estratosfera. Pero Sarkozy hará todo lo posible para traer el debate al fangoso terreno de lo concreto, donde confía en golpear a Hollande sin piedad.
Veinte cámaras cubrirán el espectáculo político que será retransmitido por dos cadenas de televisión. El debate se estructurará en cuatro capítulos: economía, sociedad, instituciones y política exterior.
Cada candidato tendrá el tiempo medido, pero en principio no se ha acordado un orden rígido de preguntas y réplicas. Eso sí, el asesor de imagen de Sarkozy ha pedido que se eviten los primeros planos de perfil y las tomas muy de detalle. Tal vez para no dar que hablar -como en anteriores ocasiones- sobre si el reloj del presidente y su doble cadena de oro en la muñeca son muestra de ostentación.
El asesor de Hollande, por su parte, ha pedido que se cuide de que las gafas del candidato no producen reflejos. Esas gafas tal vez un poco demasiado burocráticas... sobre las que no se quiere llamar mucho la atención.
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