El presidente de Bankia exculpa a su antecesor, Rodrigo Rato, de la situación de la entidad y excluye la necesidad de más ayudas públicas
El banco pide un rescate adicional de 19.000 millones
AMANDA MARS Madrid 26 MAY 2012 - 14:18 CET
El Gobierno ha dejado claro que no va a pedir responsabilidades a los gestores de Bankia, el grupo que ha pedido el mayor rescate financiero de la historia de España. Y el nuevo presidente de la entidad, José Ignacio Goirigolzarri, también lo ha hecho evidente esta mañana:"No he venido aquí a depurar responsabilidades", ha recalcado en la rueda de prensa para presentar los planes de saneamiento de la entidad, y ha exculpado además al anterior presidente de Bankia, Rodrigo Rato, y al resto de gestores de la maltrecha situación financiera del grupo.
Goirigolzarri ha recalcado que las elevadas cifras de capital que necesita Bankia para poner en orden su balance (más de 23.000 millones de euros que tendrá que inyectar el Estado) se deben exclusivamente "al entorno de cambio regulatorios que ha habido y al deterioro de los activos por el entorno económico". Y ha tenido palabras directas sobre Rato para resaltar que tuvo que tomar las riendas de la antigua Caja Madrid, fusionada en verano de 2010 con Bancaja y otras cinco cajas más pequeñas, "en un entorno regulatorio tremendamente convulso", con la complejidad además de la fusión y la salida a Bolsa en julio de 2011.
Ayer, el grupo BFA-Bankia, resultante de la fusión de Caja Madrid, Bancaja y otras cinco cajas pequeñas, solicitó un rescate al Estado de 19.000 millones de euros, que se suma a los otros 4.465 millones ya inyectados en 2010 como préstamos y que ahora se convierten en capital. Bankia consideró que las futuras auditorías de Oliver Wyman y Roland Berger a toda la banca española no les llevarán a pedir más ayudas.
El saneamiento diseñado por Gorigolzarri y su equipo supera ampliamente las coberturas exigidas en el segundo decreto de reforma financiera presentada por el Gobierno este mayo que pedían que el 45% de todos los créditos vinculados a promotores estuvieran cubiertos ante un posible impago. La tasa de cobertura planteada por Bankia para la cartera del ladrillo se eleva al 48,9%, pero también refuerza las coberturas para los créditos no vinculados al ladrillo, es decir, empresas no inmobiliarias o particulares, hasta el 5,1%, algo que no pide el decreto.
Los más de 23.465 millones que va a costar esto a los contribuyentes españoles no son, a juicio de Goirigolzarri, ayudas públicas. "Es capital y no hay que hablar de devolver nada, sino de crear valor para los accionistas", apuntó el nuevo presidente de Bankia, que relevó el pasado 7 de mayo a Rato.
Así, el rescate de Bankia no se llevará a cabo ni mediante préstamos del fondo de rescate bancario (FROB) ni mediante bonos convertibles contingentes (los llamados cocos), sino mediante ampliaciones de capital: dinero en vena. "No son ayudas, ni aportaciones a fondo perdido, y será responsabilidad de los gestores crearles valor", ha insisitido el ejecutivo, exconsejero delegado del BBVA.
Gorigolzarri también ha recalcado que esos 19.000 millones adicionales se han calculado a partir de "un análisis serio" y con el consenso del Gobierno y del Banco de España.
La entidad debe elaborar ahora el plan estratégico, que presumiblemente fijará las desinversiones, cierres de oficinas y reducción de empleo, y celebrará su junta de accionistas el 29 de junio en Valencia. Goirigolzarri recalcó que Bankia es una buena franquicia y que se convertirá en un banco sólido y de éxito.
El presidente de Bankia ha desgranado esas necesidades de capital de 19.000 millones de euros, solicitados tras el análisis de tres áreas: las necesidades de saneamientos establecidos por las dos reformas financieras del Gobierno en este año, la cartera de empresas participadas (Bankia es accionista de Iberia, Realia o NH, entre otras) y la recuperabilidad de los activos fiscales (es decir, lo que la entidad calcula que se puede ahorrar en impuestos en el futuro).
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