Prácticamente la mitad de las víctimas son niños, según los datos obtenidos por la organización
EL PAÍS / REUTERS Madrid / Ginebra 29 MAY 2012 - 13:52 CET
Tan solo 20 de las 108 víctimas mortales registradas en el ataque perpetrado por el Ejército sirio contra Hula, en la provincia de Homs, murieron por fuego de artillería y de tanques, según una información preliminar de la ONU, organización que mantiene más de un centenar de observadores en el terreno. El resto, la mayoría, según testimonios de testigos de la ofensiva, fallecieron en ejecuciones sumarias a manos de los shabiha, cuerpo de matones del régimen de Bachar el Asad.
Los datos obtenidos por la ONU hablan de que 49 niños y 34 mujeres están entre los muertos en Hula. "Casi la mitad más o menos [de las víctimas] que conocemos son niños —y esos imperdonable— y hay un número muy alto también de mujeres", ha manifestado el portavoz de Derechos Humanos de la ONU, Rupert Colville.
Las dos versiones
Los habitantes de la zona consultados por organizaciones como Human Rights Watch (HRW) describen una secuencia de los hechos diferente. Cuentan que después del rezo, los soldados abrieron fuego para dispersar a los manifestantes. Miembros armados de la oposición atacaron después uno de los checkpoints desde los que había disparado el Ejército. Los militares respondieron bombardeando con intensidad varios barrios de Hula.
La versión de los residentes coincide en este punto con las evidencias halladas por los observadores de la ONU. A su llegada a Hula el sábado, encontraron restos de artillería disparada por el Ejército. Hay algo más de ambigüedad en lo sucedido posteriormente, ya que algunas de las víctimas murieron por el impacto de los bombardeos, pero otras presentan heridas de cuchillo y disparos efectuados desde una distancia corta.
Cerca de las seis y media de la tarde, justo cuando los bombardeos cobraban mayor intensidad, hombres armados vestidos con uniformes militares atacaron las viviendas cercanas a la presa de Hula, según el relato de los supervivientes. A partir de ese momento, y siempre según los vecinos consultados por las ONG, los matones del régimen comenzaron a asesinar a los civiles.
Los investigadores de la matanza aseguran que empiezan a tener claro cómo se desarrollaron los hechos. Creen que la gran mayoría de las víctimas perecieron a manos de los matones. "Creo que, aunque estamos en la fase preliminar, menos de 20 de los 108 muertos fallecieron por efecto del fuego de artillería y de los tanques", ha dicho el portavoz de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, Rupert Colville.
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