El excampeón mundial de ajedrez, aquejado de un ictus, desapareció de su casa parisiense el 16 de agosto, y fue hallado por su hijo en un hospital de Moscú
La familia francesa afirma que la supuesta agente de Spassky, “una mujer muy agresiva”, les acusó de maltratarle y se lo llevó a la embajada rusa
MIGUEL MORA Paris 26 SEP 2012 - 12:39 CET
El mítico exajedrecista Boris Spassky se volatilizó de su domicilio parisiense el pasado 16 de agosto, según ha denunciado a la policía su familia franco-rusa. Impedido por un ictus sufrido en 2010 y que le dejó la parte izquierda del cuerpo paralizada, el gran maestro de 75 años, excampeón mundial, y enemigo íntimo de Bobby Fischer, no tardó mucho en reaparecer: al día siguiente, en una entrevista al diario rusoKomsomolskaïa Pravda, Spassky daba a entender que se había fugado porque su familia le maltrataba. El 8 de septiembre, su hijo Boris encontró a su padre en un hospital de Moscú. Y, según ha declarado a la policía francesa, “no se acordaba de cómo había llegado desde París a Rusia”.
La historia, que ha sido adelantada hoy por Le Figaro, tiene su último episodio en París, donde la familia de Spassky ha denunciado ante la policía el secuestro del mítico ajedrecista ruso, lo que abre la puerta a un posible contencioso entre París y Moscú.
El 22 de septiembre de 2010, Spassky sufrió un accidente vascular cerebral en Moscú y su hijo Boris organizó la repatriación a Francia y le ingresó en un hospital de Gennevilliers. La mujer del ajedrecista, Marina, y su hijo recibieron entonces la visita de una mujer, Valentina Kuznetsova, que dijo ser la agente de Spassky.
Según declara ahora el hijo a la policía, la mujer reveló enseguida una gran agresividad: “Estábamos en el hospital de Gennevilliers, cuando esta desconocida insultó a mi madre acusándola de malos tratos y lanzando mil injurias e invectivas contra la medicina francesa y nuestra familia”.
Tras su estancia en el hospital, Spassky regresó a su casa de París, que había sido preparada por la familia. La mujer, Marina, sufre una enfermedad grave en la espalda, pero cuidaba la convalecencia del excampeón. Según cuenta el hijo a Le Figaro, Spassky ha perdido “casi del todo su capacidad de análisis del ajedrez”, pero recuperó una pequeña parte de su motricidad. Mientras tanto, la agente Kuznetsova sigue acosando al teléfono a Marina Spassky, y según su hijo hace fantasear a Spassky con su curación total y un “retorno triunfal” a Rusia.
El 16 de agosto, la mujer de Spassky vuelve del hospital y encuentra la habitación vacía. Boris júnior, que estaba en Madrid, regresa a toda prisa. Su madre le cuenta que su padre ha sido llevado hasta la embajada rusa por “unos desconocidos que le facilitan un pasaporte de un solo uso”. Un episodio digno de John Le Carré y de la guerra fría.
Tres semanas después, Boris júnior viaja a Rusia junto a su amigo Anthony Crawford y localiza a su padre en un hospital de Moscú. En la segunda visita, la supuesta agente, Kuznetsova, estaba allí y le informa de que no le va a dejar solo con su padre. “Hizo imposible la conversación. Me quitaba la palabra y respondía a las preguntas por mi padre, y cuando abordé el asunto de la denuncia contra mi madre se puso en medio para interrumpirnos; además aceptó que fue ella quien facilitó la entrevista al periódico ruso”, cuenta a Le Figaro.
La entrevista sigue visible en Internet. Boris Spassky sigue hospitalizado en Rusia. Su hijo ha decidido poner una denuncia en Francia por secuestro contra toda persona física y moral.
El viejo genio del tablero, nacido en 1937, se convirtió en campeón del mundo en 1969 en Moscú. Elevado a símbolo del comunismo triunfal, elhomo sovieticus salió rana, librepensador y poco comunista. Apoyó la Primavera de Praga saludando en los Juegos Olímpicos a los jugadores checos que llevaban brazalete negro. En 1972, jugó con el solitario y no menos brillante Bobby Fischer la partida más célebre de la historia. Perdió, y el Kremlin lo consideró un renegado desde ese momento. En 1974, conoció a Marina Scherbatcheff, que trabajaba en la embajada francesa en Moscú. Vigilados de cerca por el KGB, se casaron en 1975 y se instalaron en Francia un año más tarde.
En 1992, Fischer y Spassky se volvieron a encontrar para jugar en Serbia. El organizador, Vassilievic, estaba considerado un criminal por Estados Unidos, que prohibió el regreso a Fischer. En 2004, fue detenido en el aeropuerto de Tokyo y Spassky en una carta abierta propuso que le encerraran con su amigo.
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