Las autoridades anuncian la liberación del opositor Jorge Vázquez Chaviano
Las 29 personas que lo acompañaban en un ayuno total deciden volver a alimentarse
Un grupo de opositores cubanos se pone en huelga de hambre
Un grupo de opositores cubanos se pone en huelga de hambre
YOANI SÁNCHEZ La Habana 19 SEP 2012 - 06:52 CET
Después de una semana en huelga de hambre para pedir la excarcelación inmediata del activista Jorge Vázquez Chaviano, varios disidentes cubanos pusieron fin a su ayuno en la tarde del martes. La cifra de opositores que se unió a la huelga llegó a alcanzar los 30 en todo el país. Acusado de un delito de “actividad económica ilícita”, Vázquez Chaviano tenía que haber sido liberado el 9 de septiembre, sin embargo, las autoridades penitenciarias lo trasladaron a otra cárcel de la provincia de Santa Clara.
La esposa de Vázquez Chaviano junto a otros familiares inició el lunes una protesta frente a la prisión de Guamajal, donde había sido trasladado el reo. Los parientes recibieron una citación para la oficina de la Seguridad del Estado en la ciudad de Santa Clara. Allí fueron informados este martes de la pronta liberación del detenido, que hasta el momento de escribir esta noticia aún no se había llevado a efecto. No obstante, la treintena de activistas decidió finalizar la huelga de hambre, a la espera de que en las próximas horas se cumpla su exigencia y Vázquez Chaviano regrese a su casa. El expediente del Tribunal Supremo -mostrado a los familiares- confirmaba también la inmediata excarcelación.
A la casa de una de las principales figuras de esta peculiar protesta de estómagos vacíos, la economista Martha Beatriz Roque Cabello, han llegando otras figuras de la oposición. Al filo de las seis de la tarde se encontraba allí el periodista y psicólogo Guillermo Fariñas, quien ha liderado huelgas similares, la más conocida de ellas en 2010. Aunque el vecindario se mostraba tranquilo, a ambos lados de la calle se percibían autos con hombres que miraban insistentemente hacia todo el que se acercaba. En el interior de la vivienda la sensación era de alivio, de victoria.
Después de la muerte de Orlando Zapata Tamayo en febrero de 2010 producto de una prolongada huelga de hambre y del fallecimiento, por la misma causa, de Wilmar Villar en enero de este año, las autoridades cubanas no lo tienen fácil a la hora de tramitar situaciones de este tipo. Por un lado, la presión internacional y, por otro, el temor a que la muerte de otro activista sea el detonante de una revuelta, hacen que se muestren cautelosas y capaces de ceder ante la presión.
Durante todo este tiempo la prensa nacional ha ignorado la huelga de hambre de esta treintena de activistas. Sólo unos pocos blogs oficiales han difundido en Internet burlas o cuestionamientos hacia los demandantes.
Solidaridad de la comunidad internacional
Varias personalidades y organismos internacionales mostraron a lo largo de estos días su preocupación y apoyo a los huelguistas. Un comunicado de Amnistía Internacional exigía una inmediata explicación de por qué permanecía detenido Jorge Vázquez Chaviano. Las redes sociales también se sumaron esta vez a la pelea, para completar algo que se va perfilando en la Cuba de hoy como una mezcla de lucha real y lucha virtual.
Después de una semana en huelga de hambre para pedir la excarcelación inmediata del activista Jorge Vázquez Chaviano, varios disidentes cubanos pusieron fin a su ayuno en la tarde del martes. La cifra de opositores que se unió a la huelga llegó a alcanzar los 30 en todo el país. Acusado de un delito de “actividad económica ilícita”, Vázquez Chaviano tenía que haber sido liberado el 9 de septiembre, sin embargo, las autoridades penitenciarias lo trasladaron a otra cárcel de la provincia de Santa Clara.
La esposa de Vázquez Chaviano junto a otros familiares inició el lunes una protesta frente a la prisión de Guamajal, donde había sido trasladado el reo. Los parientes recibieron una citación para la oficina de la Seguridad del Estado en la ciudad de Santa Clara. Allí fueron informados este martes de la pronta liberación del detenido, que hasta el momento de escribir esta noticia aún no se había llevado a efecto. No obstante, la treintena de activistas decidió finalizar la huelga de hambre, a la espera de que en las próximas horas se cumpla su exigencia y Vázquez Chaviano regrese a su casa. El expediente del Tribunal Supremo -mostrado a los familiares- confirmaba también la inmediata excarcelación.
A la casa de una de las principales figuras de esta peculiar protesta de estómagos vacíos, la economista Martha Beatriz Roque Cabello, han llegando otras figuras de la oposición. Al filo de las seis de la tarde se encontraba allí el periodista y psicólogo Guillermo Fariñas, quien ha liderado huelgas similares, la más conocida de ellas en 2010. Aunque el vecindario se mostraba tranquilo, a ambos lados de la calle se percibían autos con hombres que miraban insistentemente hacia todo el que se acercaba. En el interior de la vivienda la sensación era de alivio, de victoria.
Después de la muerte de Orlando Zapata Tamayo en febrero de 2010 producto de una prolongada huelga de hambre y del fallecimiento, por la misma causa, de Wilmar Villar en enero de este año, las autoridades cubanas no lo tienen fácil a la hora de tramitar situaciones de este tipo. Por un lado, la presión internacional y, por otro, el temor a que la muerte de otro activista sea el detonante de una revuelta, hacen que se muestren cautelosas y capaces de ceder ante la presión.
Durante todo este tiempo la prensa nacional ha ignorado la huelga de hambre de esta treintena de activistas. Sólo unos pocos blogs oficiales han difundido en Internet burlas o cuestionamientos hacia los demandantes.
Solidaridad de la comunidad internacional
Varias personalidades y organismos internacionales mostraron a lo largo de estos días su preocupación y apoyo a los huelguistas. Un comunicado de Amnistía Internacional exigía una inmediata explicación de por qué permanecía detenido Jorge Vázquez Chaviano. Las redes sociales también se sumaron esta vez a la pelea, para completar algo que se va perfilando en la Cuba de hoy como una mezcla de lucha real y lucha virtual.
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