martes, 25 de septiembre de 2012

Merkel vuelve a poner a España de ejemplo de lo que no se debe hacer

Merkel, hoy en la reunión de la Federación de Industrias en Berlín. / M. G. (EFE)

La canciller recuerda el fiasco de pruebas de resistencia a la banca con el sector español

Admite las dudas de los mercados sobre la solvencia de algunos socios del euro

AGENCIAS Berlín 25 SEP 2012 - 13:31 CET

La canciller alemana, Angela Merkel, ha puesto este martes de ejemplo a España sobre lo que no hay que hacer para intentar dejar atrás la crisis. En este caso, sobre la supervisión bancaria y la necesidad de evitar las prisas en un proceso en el que debe primar más la calidad del control de las entidades. "Estoy a favor de crear una autoridad supervisora en la eurozona, pero hemos visto como la EBA (autoridad bancaria europea) fue incapaz de ver los problemas que padecía el sistema financiero español en las pruebas de resistencia de los bancos", ha asegurado la canciller durante su intervención ante los empresarios alemanes.

Merkel, que se reúne este martes con el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, ha vuelto a insistir además en que es prematuro hablar de ayuda directa a los bancos de los fondos de rescate hasta que no esté en marcha el supervisor único. Sobre esta unión bancaria, la canciller ha reiterado que es imposible que el BCE asuma el control de las más de 6.000 entidades que hay en la eurozona este mismo enero, tal y como propone la Comisión Europea.

Además, Merkel ha advertido de que "en los mercados financieros hay una falta de confianza en la capacidad de algunos países de la zona euro para pagar sus deudas a largo plazo". "El mundo se pregunta cómo de competitivos son los países de la zona euro", ha dicho. En su opinión, solo se puede salir más fuerte de esta crisis y competir en un mundo globalizado si sus miembros llevan adelante dolorosas reformas y políticas presupuestarias más responsables.

Aunque ahora son dos los países que acaparan la atención por las incógnitas sobre su futuro a corto plazo, sobre todo España y la incertidumbre de si acabará por pedir activar un plan de asistencia financiero, hay uno de los socios que ha tenido que pactar una quita para poder seguir adelante: Grecia. La operación supuso, para los inversores, asumir una pérdida de más del 75% en su inversión.

Sobre la evolución de la crisis y la paradoja que supone perseverar en los recortes para reducir el déficit con la entrada de la economía de la eurozona en recesión, la canciller ha reconocido que se necesita energía para dejar atrás el frenazo en la actividad, pero a renglón seguido ha defendido que también el pacto fiscal aprobado por los países miembros a favor de la disciplina presupuestaria es un signo de progreso.

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