El presidente palestino, Mahmud Abbas y el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, pronuncian hoy sendos discursos ante la Asamblea General
ANA CARBAJOSA Jerusalén 27 SEP 2012 - 17:40 CET
Las intervenciones previstas de los líderes palestino e israelí hoy ante la ONU evidencian la falta total de entendimiento entre ambos bandos del enquistado conflicto de Oriente Próximo. Israel acude con un objetivo declarado: convencer al mundo del peligro que supone para el Estado judío el programa nuclear iraní. Los palestinos llevan un mensaje bien distinto: el fracaso de las negociaciones de paz con Israel no va a frenar sus aspiraciones de tener un Estado independiente. Están dispuestos a probar otros caminos.
El presidente palestino, Mahmud Abbas y el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, pronunciarán sendos discursos ante la Asamblea General de Naciones Unidas con menos de una hora de diferencia, según las previsiones.
Primero le tocará el turno a Abbas, que utilizará parte de su tiempo para anunciar que en las próximas semanas pedirán a la Asamblea General el reconocimiento de Palestina como Estado observador; un estatus similar al de El Vaticano.
ANA CARBAJOSA Jerusalén 27 SEP 2012 - 17:40 CET
Las intervenciones previstas de los líderes palestino e israelí hoy ante la ONU evidencian la falta total de entendimiento entre ambos bandos del enquistado conflicto de Oriente Próximo. Israel acude con un objetivo declarado: convencer al mundo del peligro que supone para el Estado judío el programa nuclear iraní. Los palestinos llevan un mensaje bien distinto: el fracaso de las negociaciones de paz con Israel no va a frenar sus aspiraciones de tener un Estado independiente. Están dispuestos a probar otros caminos.
El presidente palestino, Mahmud Abbas y el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, pronunciarán sendos discursos ante la Asamblea General de Naciones Unidas con menos de una hora de diferencia, según las previsiones.
Primero le tocará el turno a Abbas, que utilizará parte de su tiempo para anunciar que en las próximas semanas pedirán a la Asamblea General el reconocimiento de Palestina como Estado observador; un estatus similar al de El Vaticano.
Los palestinos confían en tener la mayoría necesaria para lograrlo y piensan que se trata de un paso más hacia la creación de un Estado independiente palestino en el futuro. Son conscientes de que un reconocimiento como el que proponen no supone ninguna revolución, sino más bien un paso más encaminado a lograr su objetivo. Explican además que el nuevo estatus les permitiría, entre otras cosas, llevar a Israel ante la justicia internacional.
Prueba del calado de la estrategia diplomática palestina es el enfado que provoca a israelíes y estadounidenses, que dicen que solo aceptarán un Estado palestino que nazca fruto de unas conversaciones de paz entre ambas partes. Hace más de dos años que dichas negociaciones se encuentran en punto muerto. Los palestinos se niegan a sentarse a negociar hasta que los israelíes no pongan freno a la expansión de los asentamientos en Cisjordania.
Prueba del calado de la estrategia diplomática palestina es el enfado que provoca a israelíes y estadounidenses, que dicen que solo aceptarán un Estado palestino que nazca fruto de unas conversaciones de paz entre ambas partes. Hace más de dos años que dichas negociaciones se encuentran en punto muerto. Los palestinos se niegan a sentarse a negociar hasta que los israelíes no pongan freno a la expansión de los asentamientos en Cisjordania.
Más de medio millón de colonos israelíes viven actualmente en los territorios palestinos; un número que crece año tras año. El propio secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, advirtió el martes ante la Asamblea General que la llamada solución de dos Estados –uno palestino y uno israelí conviviendo en paz con fronteras comunes- está más en peligro que nunca debido al crecimiento de los asentamientos.
Los asentamientos no son sin embargo la mayor preocupación de Netanyahu, ni de los asesores que han ayudado al primer ministro a redactar el discurso que leerá hoy ante la ONU. La prioridad israelí es mantener viva y en el aire la amenaza de un ataque preventivo a Irán con el objetivo de desmantelar su programa nuclear. Teherán asegura que sus progresos en el campo de la energía atómica tienen un fin exclusivamente civil, mientras que Israel asegura que no permitirá hacerse con la bomba nuclear a un país que se manifiesta abiertamente hostil al Estado judío. El presidente iraní Mahmud Ahmadineyad ha aprovechado su presencia esta semana en Nueva York para referirse a Israel como los “sionistas incivilizados” y para hablar de la “eliminación” de Israel.
En su discurso, Netanyahu explicará lo que a su juicio son las “líneas rojas” del programa nuclear iraní, que Israel dice no estar dispuesto a que se traspasen. Washington ha dejado claro en los últimos días que tampoco piensa permitir que Teherán se haga con al bomba atómica, pero también que el Gobierno de Obama no es partidario de fijar ultimatos, lo que ha creado notables tensiones entre los países aliados. Netanyahu tratará sin embargo durante su intervención de limar esas diferencias, según indicaron fuentes próximas al primer ministro a la edición digital del diario Haaretz.
Los asentamientos no son sin embargo la mayor preocupación de Netanyahu, ni de los asesores que han ayudado al primer ministro a redactar el discurso que leerá hoy ante la ONU. La prioridad israelí es mantener viva y en el aire la amenaza de un ataque preventivo a Irán con el objetivo de desmantelar su programa nuclear. Teherán asegura que sus progresos en el campo de la energía atómica tienen un fin exclusivamente civil, mientras que Israel asegura que no permitirá hacerse con la bomba nuclear a un país que se manifiesta abiertamente hostil al Estado judío. El presidente iraní Mahmud Ahmadineyad ha aprovechado su presencia esta semana en Nueva York para referirse a Israel como los “sionistas incivilizados” y para hablar de la “eliminación” de Israel.
En su discurso, Netanyahu explicará lo que a su juicio son las “líneas rojas” del programa nuclear iraní, que Israel dice no estar dispuesto a que se traspasen. Washington ha dejado claro en los últimos días que tampoco piensa permitir que Teherán se haga con al bomba atómica, pero también que el Gobierno de Obama no es partidario de fijar ultimatos, lo que ha creado notables tensiones entre los países aliados. Netanyahu tratará sin embargo durante su intervención de limar esas diferencias, según indicaron fuentes próximas al primer ministro a la edición digital del diario Haaretz.
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