Por Por Alain JEAN-ROBERT | AFP
El creciente euroescepticismo en el Reino Unido irrita en la Unión Europea (UE) y obligó al presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, a advertir al primer ministro británico, David Cameron, de los riesgos de una salida de su país.
Los intentos del Cameron para recuperar poderes en detrimento de la UE podrían causar la disgregación del bloque de los 27, afirmó Van Rompuy en una entrevista publicada este viernes en el diario The Guardian.
"Si cada Estado tuviera la posibilidad de elegir entre las políticas actuales para optar por las que prefiere y rechazar las que le gustan menos, la Unión en general y el mercado único en especial se disgregarían rápidamente," afirmó el presidente del Consejo Europeo, expresando así la irritación de varios países europeos.
Anteriormente, el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schauble, había denunciado una forma de "chantaje" por parte de los británicos, que reflejan de forma incesante su hostilidad a una mayor integración europea. "Queremos mantener al Reino Unido en la UE, y no que salga de ella", dijo Schauble el domingo pasado. "Pero eso no significa que cualquiera pueda hacernos chantaje".
Fiel a su franqueza a la hora de expresarse, el expresidente de la Comisión Europea Jacques Delors sugirió abiertamente que Reino Unido deje la UE y opte por una nueva forma de asociación con el Viejo Continente. "Los británicos se interesan únicamente por sus intereses económicos, y nada más. Se les podría proponer otra forma de asociación", dijo Delors en declaraciones al diario económico alemán Handelsblatt.
Cameron dijo el pasado mes que apoyaba la pertenencia de su país a la UE, pero que no podía aceptar el 'statu quo' y quería un "nuevo acuerdo" que permita a Londres recuperar ciertos poderes.
El primer ministro se ha abstenido hasta ahora de pronunciarse claramente sobre un referendum, pese a las presiones de su partido conservador para que adopte al respecto una posición más explícita.
Pero, para satisfacer a los elementos más euroescépticos de su partido, Cameron dijo en octubre que un referéndum sería el medio "más claro y más simple" de resolver el asunto de la redefinición de relaciones entre el Reino Unido y la UE, aunque subrayó que la cuestión no es prioritaria de momento.
En noviembre, en la cumbre de dirigentes europeos dedicada al proyecto de presupuesto europeo para el período 2014-2020, Cameron encabezó un frente de rechazo que impidió que se llegara a un acuerdo.
Esta actitud intransigente condujo al presidente de la Comisión de Presupuesto del Parlamento Europeo, Alain Lamassoure, a exigir una prueba "de confianza" a Londres.
Si Cameron tiene dudas sobre la participación de su país en la UE para los próximos años, no hay ninguna razón para que el Reino Unido dicte su ley a los demás estados miembros sobre el presupuesto 2014-2020 y abandone el barco en plena travesía, dijo en sustancia Lamassoure.
Los sondeos muestran que los británicos preferirían una salida completa de la UE, que es percibida como una institución que interviene en los asuntos internos del país y dilapida fondos, ello en un momento en que el Reino Unido está sometido a una cura de austeridad.
La salida del Reino Unido de la UE sería como "si un amigo se fuera al desierto", opinó Van Rompuy. El Reino Unido pertenece a la UE desde 1973 pero no se ha sumado a la zona euro y a sus 17 Estados miembros.
Las tentativas del primer ministro británico, David Cameron, para recuperar poderes ahora en manos de la Unión Europea (UE), podría causar una disolución del bloque de 27 países, advirtió el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, en una entrevista publicada el jueves en el diario The Guardian
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