sábado, 30 de marzo de 2013

La violencia no da tregua al nuevo Gobierno mexicano

EFE
Agentes inspeccionan un bar en Ciudad Altamirano el que fueron asesinados cinco policías

La prensa sigue estando entre los principales objetivos del crimen organizado

MANUEL M. CASCANTEMMCASCANTE / CORRESPONSAL EN CIUDAD DE MÉXICO
Día 30/03/2013 - 08.56h

La política mexicana ha cobrado nuevos bríos desde la llegada a la presidencia de Enrique Peña Nieto, y la opinión pública (o, al menos, gran parte de la publicada) parece albergar esperanzas de que el país emprenda las reformas estructurales tan necesarias como tantas veces postergadas. En apenas cuatro meses se han producido avances en materia de comunicaciones, energía y enseñanza docente y hay consenso entre las fuerzas políticas para acometer una reforma fiscal.

Sólo en un apartado, el que más preocupa a la ciudadanía, no se han producido transformaciones de calado: la violencia. La estrategia del nuevo Gobierno, enfocada a combatir las causas al mismo tiempo que las consecuencias, no dará resultados, según sus propios promotores, antes de un año. Así que, hasta ahora, el Ejecutivo sólo ha podido ofrecer un cambio en la forma en que se ofrece públicamente el fenómeno.

Ya no hay espectáculo mediático alrededor de las capturas

Las detenciones de capos de la droga ya no van acompañadas, como en el sexenio anterior, de presentaciones públicas donde el narcotraficante, ataviado con sus mejores galas y joyas, aparecía rodeado de un buen número de «robocops». Ahora ya no hay espectáculo mediático alrededor de estas capturas, y, cuando se muestra ante las cámaras a algún «presunto delincuente», ya no lo acompaña una escolta de policías armados hasta los dientes. La idea, revela un funcionario de Interior, es alejar de la ciudadanía la imagen de los narcos como gente de éxito y tremendamente peligrosa.

También los medios de comunicación, que suscribieron con la anterior administración el llamado Acuerdo de Chapultepec, han bajado el tono rojo de sus informaciones, evitando en lo posible regodearse con las escenas más macabras de las matanzas que, día sí y día también, continúan asolando al país. De todos modos, resultó imposible que el pasado fin de semana no diera la vuelta al mundo la imagen de siete hombres, asesinados de un tiro en la cabeza, cuyos cadáveres fueron colocados en sillas de plástico en una céntrica glorieta de Uruapan(Michoacán).
Sin «garantías ni seguridad»

Por ética o por miedo, los medios parecen prestar menor atención al crimen organizado. Alguno, como el periódico «Zócalo» que se edita en varios municipios de Coahuila, ha borrado completamente de sus páginas cualquier noticia relacionada con él. En un editorial, el diario, que se distribuye en los municipios de Saltillo, Monclova, Piedras Negras y Acuña, dijo que el Consejo Editorial adoptó esta decisión para «velar por la integridad y seguridad de más de mil trabajadores, sus familias y la nuestra», pues «no existen garantías ni seguridad para el ejercicio pleno del periodismo».

La presidencia de Peña Nieto ya cuenta con un informador asesinado,Jaime Guadalupe González Domínguez, director del periódico digital «Ojinaga Noticias». González Domínguez recibió 18 balazos en la cabeza y le fue sustraída una cámara fotográfica cuando se dirigía a las oficinas del medio en Chihuahua. para entregar unas imágenes. El portal, que ya ha cerrado su página en internet, se despedía de los lectores con la crónica del hecho luctuoso y una frase premonitoria: «Muy posiblemente esta sea la última nota de este medio».

En este tiempo también han sufrido la intimidación del narcotráfico dos medios de comunicación de Ciudad Juárez, «El Diario» y el Canal 44 de televisión, cuyas instalaciones fueron atacadas a balazos. La misma suerte ha corrido, en tres ocasiones, el diario «El siglo de Torreón». Según la asociación Campaña Emblema de Prensa, en México han sido asesinados 78 periodistas desde finales de 2006, cuando el presidenteFelipe Calderón lanzó una lucha frontal contra los cárteles de las drogas con un saldo hasta la fecha de 70.000 muertes violentas.

En cualquier caso, el actual Gobierno presentaba como un triunfo que «sólo» 914 personas fueran asesinadas en México durante el pasado mes de febrero en sucesos relacionados con el crimen organizado, al tratarse de la cifra más baja en los últimos cuarenta meses. En diciembre de 2012 los muertos ascendieron a 1.139, mientras que en enero se sumaron 1.104 cadáveres.

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