sábado, 18 de mayo de 2013

La Cámara de Representantes prepara su propuesta de reforma migratoria

Manifestación en Miami a favor de la reforma y en contra de las deportaciones de indocumentados. / JOE RAEDLE (AFP)

El proyecto de reforma del Senado ha superado las tres primeras audiencias


CRISTINA F. PEREDA Washington

Legisladores demócratas y republicanos han alcanzado un acuerdo para plantear su propia ley de reforma migratoria en la Cámara de Representantes. El conjunto de negociadores, que emula al “Grupo de los Ocho” que acordó e impulsó la legislación que estudia el Senado, espera presentar su propio texto a comienzos del mes de junio.

El “pacto de principios”, como ha sido descrito por los legisladores, coincide con los avances de la propuesta de reforma en la Cámara Alta, donde esta semana superó una nueva audiencia en el subcomité de inmigración. La reforma migratoria es una de las grandes prioridades del presidente Obama en este segundo mandato, y el nuevo acuerdo está considerado como un paso importante para la aprobación final de la nueva ley.

“Habrá muchas diferencias en todas las áreas”, explicó tras las negociaciones el representante republicano Mario Díaz-Balart, con respecto a la propuesta del Senado y la que plantee la Cámara de Representantes. “Este es el primer paso de un proceso difícil. Pero es un paso importante”. La Cámara Baja también ha intentado aprobar diferentes legislaciones durante las últimas décadas y la propuesta más prometedora fracasó en 2007.

La dificultad de las negociaciones entre el grupo de representantes, que todavía debe presentar un primer borrador de la ley, adelanta la tensión a la que se enfrenta la reforma en la Cámara, donde el Partido Republicano cuenta con mayoría. La legislación deberá superar primero los debates en el Comité Judicial, donde varios republicanos ya han anunciado que se opondrán a una ley para reformar el sistema migratorio en su totalidad. Una vez superada la votación del Comité, la legislación será presentada ante los 435 miembros de la Cámara, para ser reconciliada después con el texto del Senado.

Sé que hay un par de problemas y sigo creyendo que la Cámara necesita lidiar con esto”

John Boehner, portavoz de la Cámara de Representantes

Además de la oposición conservadora, los impulsores de la ley deberán superar la división que ésta ha provocado dentro el Partido Republicano. Si John Boehner, portavoz de la Cámara, fue el primer miembro del partido dar su apoyo a la reforma tras la derrota de Mitt Romney en las elecciones presidenciales, hoy debe convencer a los compañeros de filas que reclaman anular aspectos esenciales de la legislación.

La aprobación de una ley impulsada por el Senado, donde los demócratas cuentan con mayoría, puede convertir a los republicanos en los grandes derrotados de una pugna que va más allá de la reforma y puede tener consecuencias electorales, por la importancia del voto hispano, a partir de las próximas elecciones. “Estoy preocupado porque el grupo de negociadores todavía no haya finalizado su trabajo”, reconoció Boehner en rueda de prensa el jueves por la mañana. “Sé que hay un par de problemas y sigo creyendo que la Cámara necesita lidiar con esto”.

Los negociadores de la Cámara de Representantes reconocieron tras su reunión el jueves por la noche que no han logrado llegar a un acuerdo en relación al programa de visados temporales para trabajadores extranjeros, el apartado que descarriló la propuesta de 2007. En declaraciones al diario especializado The Hill, el republicano John Carter, representante de Texas, reconoció que ese apartado está abierto y su contenido será determinado por los debates preliminares en el Comité.

La nueva propuesta también deberá superar las reticencias a la regularización de los 11 millones de indocumentados, las medidas de seguridad en la frontera o las peticiones de numerosas empresas para facilitar la contratación de profesionales extranjeros, todos ellos aspectos ya superados en las primeras audiencias por el proyecto legislativo planteado en el Senado.

La legislación planteada en la Cámara Alta nunca ha tenido que enfrentarse a un obstáculo que, sin embargo, podría serlo en la Cámara de Representantes. Las negociaciones se han visto marcadas por la falta de acuerdo sobre si los indocumentados que regularicen su situación merecen acceso a los programas de cobertura sanitaria públicos o no. El anuncio del acuerdo coincidió precisamente con el mismo día que la Cámara volvía a votar una propuesta republicana para revocar la reforma sanitaria de Obama.

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