La joven amenazó con clausurar un restaurante arguyendo el puesto de su padre
VERÓNICA CALDERÓN México
El presidente mexicano Enrique Peña Nieto ordenó este miércoles la destitución de Humberto Benítez Treviño, titular de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), el organismo encargado de proteger a los consumidores. La razón se puede resumir en dos palabras: Lady Profeco.
Lady Profeco es el mote que los usuarios de redes sociales en México dieron a la hija de Benítez Treviño, Andrea, que acudió el 26 de abril pasado a un restaurante de moda de la Ciudad de México. La joven pidió una mesa, no obtuvo la que quería y amenazó a la dueña. Minutos después, un equipo de la Profeco acudió al lugar y lo clausuró. Varios comensales hablaron del incidente en redes sociales y el diario Reforma recogió el incidente. El escándalo obligó a reabrir el restaurante. El funcionario en cuestión se disculpó públicamente pero, eso sí, descartó la dimisión.
Este miércoles la historia dio un vuelco. El secretario de Gobernación (Interior), Miguel Osorio Chong, anunció la destitución. “El presidente, al considerar que este caso [Benítez Treviño] ha dañado la imagen y prestigio de la Profeco, ha ordenado su remoción”, afirmó.
Benítez Treviño era uno de los funcionarios más cercanos a Peña Nieto. Era al único de su equipo al que llamaba “maestro”, según recuerda Francisco Cruz, autor de Negocios de Familia, una biografía del presidente mexicano. Militante del PRI desde 1963 –tres años antes del nacimiento del mandatario–, fue procurador de Justicia (Fiscal General) de la República en la presidencia de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994). Uno de sus hijos es notario y otra más, Rosalinda, es la actual secretaria de Turismo del Gobierno del Estado de México.
Esta cercanía explica la familiaridad con la que Andrea Benítez echó mano de los funcionarios bajo la orden de su padre. “¿Cómo es posible que ellos atendieran a la orden de Andrea Benítez? ¡Porque los conocían! Los inspectores que acudieron ahí [Jesús Rangel y Policarpo Montes de Oca] son del Estado de México, del mismo Estado que Benítez y Peña Nieto”, comenta Cruz. “Lo que pasó no es un incidente. Es una práctica común. Pero este caso fue una noticia que se publicó en todos lados y el tamaño del escándalo. Porque el mensaje estaba claro: volvían las viejas prácticas del PRI”.
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