Por hola.com
Lo cierto es que el Pontífice acaba de estrenar un auto que no es nuevo, pero que seguramente en su corazón es un clásico. Se trata de un Renault 4, de 1984, con 300 mil kilómetros y calcomanías en las ventanas. Desde el sábado, Francisco conduce este popular “Cuatro Latas”, como se conoce al modelo.
El auto fue un regalo de otro sacerdote, Renzo Zocca, de 70 años, de la iglesia de Santa María Magdalena en Verona, Italia, que en una carta le contó a Francisco que durante los 25 años que había sido párroco en el popular barrio del Saval, ese coche le había acompañado en su labor con los pobres, los marginados e inadaptados.
En un principio, Francisco rechazó el regalo, pero ante la insistencia del cura, quien le aseguró que tiene otro vehículo, el Papa aceptó. Quizás por nostalgia, porque él tenía uno igual.
El día de la entrega (el pasado día 7), una comitiva de 100 personas asistió a dejar el auto, pero la guardia del Vaticano no permitió a todas. Cuando el cura se lo explicó al pontífice, éste decidió tomar cartas en el asunto. Su respuesta fue, “pues vamos allá”, explicó Zocca. “Nos subimos cuatro. Yo conducía. Él iba al lado, y detrás el mecánico Stefano y mi ayudante”.
Tras una charla con el grupo, en la que el Papa Francisco les confesó que ya había tenido un “Cuatro Latas”, se despidió y regresó a la residencia de Santa Marta conduciendo él mismo su nuevo coche.
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