sábado, 19 de octubre de 2013

Día contra el cáncer de mama

María de los Llanos / INÉS BAUCELLS

María de los Llanos de Luna: «El cáncer me enseñó a tener paciencia y a celebrarlo todo en la vida»


Hoy hace 14 años que la delegada del Gobierno en Cataluña se enfrentó y venció al cáncer de mama


ESTHER ARMORA / BARCELONA - Día 19/10/2013 - 12.58h


No se considera una «superwoman», aunque reconoce que su carácter positivo le ayudó mucho a superar mejor el trance del cáncer de mama y sus secuelas: una doble mastectomía radical con la que convive con normalidad. Hoy, María de los Llanos de Luna, delegada del Gobierno en Cataluña, se enfrenta a un duro aniversario. Celebra que hace 14 años miró de frente al cáncer en un quirófano y lo venció. De esa dolorosa experiencia aprendió, según dice, dos cosas importantes: que «el cáncer de mama se cura» y que «el diagnóstico precoz» es la mejor arma para neutralizarlo. En su primera entrevista concedida a un medio para hablar de su pasado oncológico, Llanos de Luna quiere enviar un mensaje de ánimo y fortaleza a todas aquellas mujeres que se enfrentan o se enfrentarán a este temido enemigo.

—¿La suya fue una doble mastectomía preventiva como la de la actriz Angelina Jolie?

—No. Yo ya tenía cáncer.

—¿Cuando le cayó el diagnóstico?

—A finales de septiembre de 1999. En una mamografía de control detectaron unos puntitos diseminados en la mama y, tras analizarlos y confirmar que se trataba de un carcinoma ductal inflitrante multifocal de gran malignidad, me recomendaron hacer una cuadrantectomía, que es vaciar la zona.

—¿Qué le pasó por la cabeza cuando esperaba el resultado de la biopsia para saber si tenía cáncer?

—Sentí una gran angustia. Era algo que no esperaba. Pensé en la muerte, en que no podría ver crecer a mi hija... (se emociona) Aún me cuesta recordarlo, visualicé hasta mi propio entierro. Cuando te llega el diagnóstico, te has imaginado tantas cosas que al ofrecerte el tratamiento te aferras a la idea de que vas a superarlo y a hacer todo lo que está en tus manos para que así sea.

—¿Tardó en entrar en el quirófano?

—No. Me operaron un 19 de octubre, coincidiendo con el Día Internacional del Cáncer de Mama. De eso cumple hoy 14 años. En la intervención me extirparon la mama afectada, que era la derecha, y también diez ganglios, todos dieron negativos, por suerte.

—¿Se sometía antes a controles periódicos?

—Sí, pese a ser joven y no tenerlas todavía indicadas, ya me sometía a mamografías por la fisiología tan densa de mis pechos. Gracias a estos controles tuve una detección precoz de un cáncer tan agresivo. Las revisiones son vitales. A mí, me salvaron la vida.

—El cáncer se había eliminado por completo en la mama afectada, ¿extirpó la otra por prevención?

—La extirparon porque era una mama de morfología muy densa que impedía visualizar si había algún problema. El radiólogo me aconsejó que, dado que habían llegado a tiempo en la mama derecha, era muy difícil, si había algúna recidiva, poder verlo en la izquierda. Por eso tomé la decisión de extirpármela.

—¿Cuando le operaron por segunda vez?

—A mediados de noviembre. Una mama la amputaron por la enfermedad y la otra de forma preventiva, profiláctica.

—¿Qué edad tenía?

—Tenía 39 años, fue una operación muy agresiva. Me pusieron ya los expansores en el mismo acto quirúrgico de cara a la reconstrucción, que me realizaron en junio de 2000.

—¿Que es lo peor que recuerda del tratamiento?

—La quimioterapia la llevé más o menos bien, aunque perdí casi todo el pelo lo que me llevó a la decisión de raparme y comprarme una peluca. Lo peor que te puede pasar cuando tienes una enfermedad es verte cara de enferma. Intentas verte lo más parecida a como estabas antes y que la gente no lo note porque cuando lo saben te miran con cara de pena.

—¿Qué hizo para que su hija no sufriera durante el proceso?

—Me hice una peluca fija y le dije que me ponía peluca porque estaba harta de ir a la peluquería a hacerme mechas. Cuando venía de rellenar los expansores mamarios me decía: ¿A ver mamá cómo te han dejado? y yo le respondía: Como una chica de que las que salen en la tele. Quería que lo viviera en positivo.

—Imagino que su caso fue debatido en un consejo genético, ¿tiene antecedentes familiares?

—Sí tengo dos hermanas con cáncer de mama, aunque diferente al mío. El suyo es hormonodependiente.

—¿Tuvo que hacer controles muy seguidos tras el tratamiento con quimioterapia?

—Sí, cada dos o tres meses en los dos o tres primeros años. Esas revisiones fueron muy angustiosas. Tuve que recibir terapia psicológica para superar esta ansiedad.

—¿Qué le aportó la dura experiencia del cáncer?

—Aprendes a tener paciencia. En el momento en el que estás pendiente del resultado de las pruebas para ver si es un cáncer o no es terrible. Son diez días que tienes que armarte de paciencia para no estallar. Luego debes mantenerla en todo el proceso.
Confiar en el médico

—¿Qué mensaje enviaría a las que se enfrentan ahora a ese diagnóstico?

—Confianza plena en el médico, en las terapias, y convencerte de que vas a superar el cáncer, porque se cura. Les diría que intenten vivir con la mayor normalidad posible. Es importante que escuchen y vean a mujeres que lo han superado. Ayuda mucho.

—¿Qué ha cambiado en su día a día?

—Ahora soy una persona que lo celebro todo. Los viernes que el sábado no trabajo, por ejemplo, llego a casa, preparo una cena especial, abro una botellita de cava y brindo con mi familia porque estamos juntos y bien. Siempre he sido positiva y eso es una suerte, aunque entiendo a la gente que en esta situación se deprime.

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