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MIGUEL GONZÁLEZ Panamá 21 OCT 2013 - 09:30 CET
El pulso entre Mariano Rajoy y Artur Mas persiguió al presidente del Gobierno hasta la Cumbre Iberoamericana de Panamá, pero este tan solo sobrevoló la crisis soberanista y evitó entrar al trapo del órdago independentista. Preguntado por si aprovechará su visita a Barcelona, el próximo miércoles, para reunirse con el presidente catalán, Rajoy recordó que ese viaje se debe a una reunión de “Estados nación” de ambas orillas del Mediterráneo —Portugal, España, Francia, Italia y Malta por Europa; y Mauritania, Marruecos, Argelia, Túnez y Libia, por el Magreb— en la que se abordará “con altura de miras” la forma de evitar tragedias como el reciente naufragio de Lampedusa.
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El jefe del Ejecutivo insistió en que esa reunión tiene contenido empresarial, ya que participarán representantes de empresas del Mediterráneo para analizar la crisis en la región y plantear soluciones migratorias. “De eso es fundamentalmente de lo que vamos a hablar. Yo, de lo demás, francamente, es que no me voy a ocupar. Es que no tiene sentido, y vamos a dedicarnos a cosas que son muy importantes”, agregó, descartando aparentemente que vaya a reunirse con Mas. Rajoy aprovechó su comparecencia para advertir de que los procesos de división generan “empobrecimiento”.
Tampoco se refirió a las posibles tensiones protocolarias relacionadas con la presencia o no del presidente de la Generalitat en ese acto sobre el Mediterráneo. Los organizadores han explicado que no está previsto que Mas intervenga y no han confirmado que desde la Generalitat se estén haciendo gestiones para garantizar su participación. Fuentes del Gobierno catalán señalaron que aún no estaba cerrada la agenda del presidente.
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