El Gobierno alemán afirma que el exmagnate petrolero, indultado el jueves por el presidente Putin, ha llegado al aeropuerto berlinés de Schönefeld
El hombre que desafió a Putin
Una amnistía para Greenpeace y las Pussy Riot
RODRIGO FERNÁNDEZ / JUAN GÓMEZ Moscú / Berlín 20 DIC 2013 - 15:56 CET
Después de diez años entre rejas, el magnate Mijáil Jodorkovski —otrora el hombre más rico de Rusia y dueño de la petrolera más eficaz del país, la desaparecida Yukos, cuyos principales activos pasaron a manos de una empresa estatal— ha llegado al aeropuerto berlinés de Schönefeld tras salir esta mañana de la cárcel, según ha informado el ministerio alemán de Exteriores. Para conseguirlo, ha tenido que pedir el indulto al presidente Vladímir Putin, algo que se había negado a hacer anteriormente porque, como subrayan en el Kremlin, ello significa el reconocimiento de su culpa.
Jodorkovski llevaba en prisión desde 2003, y recibió su condena firme por robo y corrupción en 2005. La excarcelación se produce ocho meses antes de la fecha prevista para su posible puesta en libertad. El indulto, que fue firmado este viernes, había sido anunciado el día anterior por Putin, después de la maratónica conferencia de prensa anual que dio a los medios rusos y extranjeros. Su abogado ha confirmado que Jodorkovski ha salido de la prisión, ubicado en la ciudad de Segueza, en Carelia, al norte de Rusia, poco después del mediodía local (10.00, hora peninsular española).
Jodorkovski habría pedido el indulto después de conversar con agentes del Servicios Federales de Seguridad, según el prestigioso diarioKommersant. Estos, siempre según el diario, le habrían hablado al magnate sobre el empeoramiento de la salud de su madre, enferma de cáncer, y de la preparación de un nuevo proceso contra él. Esto último, es decir, la perspectiva de un nuevo proceso con una posible nueva condena habría motivado su decisión de escribir a Putin pidiéndole que lo indultara.
Su madre dijo no saber los verdaderos motivos que impulsaron al multimillonario a escribir esa carta, pero dijo que era verdad que ella y su marido estaban enfermos. Por lo demás, agregó, ella sabe en qué condiciones tuvo que pasar los últimos diez años y sólo quien haya sufrido lo mismo que él tiene derecho a juzgarlo. El decreto de Putin dice que se indulta a Jodorkovski "por motivos humanitarios".
Jodorkovski era considerado como un preso político por las organizaciones de defensa de derechos humanos: su condena, aunque formalmente se debía a evasión de impuestos y otros delitos económicos, estaba motivada, según ellas, a que el entonces magnate petrolero se había atrevido a desafiar a Putin y financiaba a la oposición.
Uno de los primeros en reaccionar a la liberación de Jodorkovski ha sido Vladímir Lukín, el defensor del pueblo ruso, quien opinó que esta "tendrá un buen efecto sanador y humanizador sobre la sociedad". "Nuestra sociedad está enferma de miedo, odio, profunda desconfianza mutua y otros males", y el indulto actúa como "una medicina" en este sentido. No está claro a qué se dedicará Jodorkovski ahora y si decidirá participar en política o no.
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