GUERRA EN SIRIA
El presidente francés propone una conferencia sobre Irak y la lucha contra El Estado Islámico
ANA TERUEL París 20 AGO 2014 - 12:35 CEST
El presidente francés, François Hollande, que la semana pasada anunció la entrega de armas a los kurdos iraquíes enfrentados a los yihadistas, confirma por primera vez haber armado también a los rebeldes de la “oposición democrática” siria con “material conforme a los compromisos europeos” del país. Lo hace en una larga entrevista concedida al diario Le Monde con motivo del reinicio este miércoles del curso político, en la que destaca también que no renunciará a sus reformas en marcha pese al descontento de la población. En política exterior, el mandatario pide también la celebración de una conferencia sobre la seguridad en Irak y la lucha contra los yihadistas del Estado Islámico (EI).
“Francia ha decidido entregar armas sofisticadas a los kurdos de Irak”, recuerda Hollande, en la entrevista publicada el miércoles por la tarde y avanzada en su edición digital. “¿Por qué dar a los kurdos lo que hemos rechazado dar a los rebeldes sirios?”, se pregunta de forma retórica. “¿Quién le ha dicho que no hemos entregado armas a los rebeldes, es decir a la oposición democrática?”, añade a continuación, admitiendo por primera vez la entrega de armas en Siria a los rebeldes. Se trata, al igual que las armas entregadas a los kurdos iraquíes, de “material conforme a los compromisos europeos”.
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Hollande, que era partidario de intervenir en Siria cuando hace dos años el presidente Bachar el Asad usó armas químicas contra su población, considera que la “comunidad internacional carga con una grave responsabilidad respecto a lo que ocurre en Siria” por su inmovilismo. “Si hace dos años hubiera habido una acción para instalar una transición, no tendríamos al Estado Islámico (EI)” y la comunidad internacional no se encontraría “ante esta terrible elección entre un dictador y un grupo terrorista, cuando los rebeldes se merecen todo nuestro apoyo”, concluye.
El presidente francés considera que “la situación internacional es la más grave conocida desde 2001” en referencia a los atentados del 11 de septiembre, por la amenaza del Estado Islámico. El debate tradicional entre intervención o no intervención está a su juicio obsoleto y las grandes potencias deben ahora centrarse en una “estrategia global” contra el grupo, que incluya su financiación. “Propondré próximamente a nuestros socios una conferencia sobre la seguridad en Irak y la lucha contra el Estados Islámico”, indica también, sin dar más detalles.
Aunque la actualidad internacional, un ámbito en el que Hollande se ha mostrado muy activo durante su corta pausa estival –también respecto al conflicto en Oriente Medio y en Ucrania-, copa gran parte de la entrevista, el mandatario se ha referido sobre todo en la entrevista a la política interior y económica. Ante un reinicio de curso que se anuncia de nuevo complicado, con la economía estancada y sin visibilidad de mejoría, Hollande reitera que no cederá en sus reformas, incluida la territorial, pero asegura que prepara la forma de reducir el impuesto sobre las rentas más bajas.
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