viernes, 20 de febrero de 2015

El Gobierno de Kirchner descalifica a los promotores de la marcha por Nisman

EFE
Manifestación en Buenos Aires al mes de la muerte del fiscal Nisman

Los acusa de intereses corporativistas y políticos, y de querer desestabilizar el país

CARMEN DE CARLOS / CORRESPONSAL EN BUENOS AIRES -  Día 20/02/2015 - 10.04h


«Mis hijas son la alegría, son la esperanza, siempre lo fueron, son chicas llenas de energía positiva». La frase de la juez Sandra Arroyo Salgado, exesposa del fiscal Alberto Nisman, fueron una réplica implícita al comentario de Cristina Fernández de Kirchner sobre la marcha del silencio que convocó a miles de personas la víspera. «Nos quedamos con el canto, con la alegría; a ellos les dejamos el silencio», había observado la presidenta de Argentina días antes en repudio, también implícito, a la multitudinaria manifestación en Buenos Aires que tuvo réplicas en otros puntos del país y en el extranjero.

Arroyo Salgado no quiso entrar en «polémicas», pero agradeció «el reconocimiento» de los fiscales -convocantes de la marcha- al padre de sus hijas y advirtió la dimensión alcanzada de la convocatoria. «Fue emocionante, conmovedor» y «me genera una gran responsabilidad», aseguró la magistrada en declaraciones a Radio Vorterix.

El Gobierno, en línea con su visión crítica a la convocatoria, descalificó la marcha: «Se vio que la Justicia es independiente del Gobierno, no de las corporaciones. Fue una marcha opositora» o «existe un interés político» que pretendió «potenciar el silencio con expresiones agraviantes», analizó el jefe de Gabinete, Jorge «Coqui» Capitanich, al tiempo que recordó que a Cristina Fernández la votó «el 54 por ciento de los argentinos».

El secretario general de la Presidencia, Aníbal Fernández, ofreció su interpretación de la concentración: «Hay vocación de desestabilizar». En un gesto aún más insólito, el senador kirchnerista, Salvador Cabral, hizo pública su tesis sobre la muerte del fiscal: «Fue un crimen pasional entre un amor homosexual, donde el marido, que es el flaquito que le llevó la pistola, lo encontró en situaciones amorosas al muerto y le pegó un tiro en la cabeza amorosamente». El «flaquito» al que apuntó fue Diego Lagomarsino, el informático que trabajaba con Nisman y que le entregó la pistola de la que salió la bala que acabo con la vida del fiscal. La idea, descabellada, tiene su origen en la propia presidenta de Argentina que advirtió «una relación íntima» en una de sus escandalosas intervenciones.

Stiuso declara

Pero la marcha, expresión del hartazgo, no encontró ayer respuesta entre los gobernadores y pesos pesados del peronismo que se «encolumna» con el kirchnerismo. A diferencia de ocasiones anteriores, donde respaldaron a la presidenta, que ayer cumplió 62 años, prefirieron… el silencio.

El que habló fue Antonio, alias Jaime, Stiuso, el ex agente de Inteligencia al que la viuda de Néstor Kirchner, en una de sus especulaciones, colocó, con medios de comunicación, empresarios y otros supuestos interesados, detrás de una conspiración responsable del fallecimiento del fiscal. Stiuso, personaje propio de una novela negra, declaró en secreto en un lugar no identificado frente a la fiscal Viviana Fein. Lo que dijo, de momento, es secreto.

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