Ajmed Chatayev sería el jefe de Daesh en la ciudad turca y habría preparado también los atentados en Taksim y en Sultanahmet
Por MIKEL AYESTARAN - Estambul
La policía de Turquía mantiene abierta la operación antiterrorista y en las últimas 24 horas otras 11 personas, las 11 extranjeras, han sido detenidas por su presunta relación con los atentados contra el aeropuerto de Ataturk en los que murieron 44 personas y cuyo cerebro es un miliciano checheno vinculado al grupo yihadista Estado Islámico (EI). Ya son 24 los detenidos, 15 de ellos extranjeros, tras una operación de la que las autoridades acusan a Daesh, pero que los seguidores del califa no han reivindicado hasta el momento como ha ocurrido en todos los ataques con los que se les vincula en suelo turco.
Día a día aparecen nuevos detalles sobre los tres terroristas que cometieron el ataque en la noche del martes. Fuentes de la investigación citadas por la agencia Anadolu identificaron a Rakim Bulgarov y Vadim Osmanov como dos de los autores. Una fotocopia del pasaporte ruso de Osmanov ha aparecido en el piso que tenían alquilado en el céntrico distrito de Fatih y por el que habían pagado 24.500 liras turcas (unos 7.500 euros al cambio) de adelanto por la renta de todo un año. Bulgarov también es de origen ruso y sigue abierta la investigación sobre el tercer miembro del comando. En el diario opositor Özgür, se preguntaban en portada cómo es posible que el piso franco se encontrara a apenas cinco manzanas de la principal comisaría de Policía y que durante tres meses nadie se percatara de su presencia.
Desde el Kremlin siempre han alertado de la fuerte presencia de combatientes llegados de las exrepúblicas soviéticas en las filas del Daesh. El presidente ruso, Vladimir Putin, fijó entre 5.000 y 7.000 el número de milicianos y fue uno de los argumentos principales que puso sobre la mesa para lanzar la operación militar de apoyo al presidente sirio, Bashar Al Assad.
Cerebro checheno
Pasado el atentado, medios turcos como el diario progubernamental «Yani Safak» apuntaron al checheno Ajmed Chatayev como el jefe del Daesh en Estambul y le acusaron de ser el cerebro de las operaciones suicidas en el aeropuerto, la de marzo en Taksim y la de enero en Sultanahmet. El congresista estadounidense Mike McCaul, presidente del Comité de Seguridad Nacional, confirmó ante la Cámara de Representantes que Chatayev «es el enemigo número uno del Cáucaso norte. Ha viajado a Siria en numerosas ocasiones y se ha convertido en alto mando del Ministerio de Guerra del Daesh». En declaraciones a la cadena CNN, McCaul informó además de que piensa que «fue el responsable de coordinar este último atentado antes del final del Ramadán». El combatiente checheno abandonó Rusia hace una década y desde entonces había sido detenido en dos ocasiones, en Bulgaria y Georgia, pero en ambas fue puesto en libertad.
Este último gran atentado en Estambul ha coincidido con el cambio de estrategia en política internacional del presidente Recep Tayyip Erdogan, que aparca el frentismo y se acerca a Israel y Rusia para intentar ganar apoyos. El restablecimiento de relaciones con Israel ha causado sorpresa en el interior del país después de seis años en los que el dirigente había repetido que el levantamiento del bloqueo que sufre Gaza era una condición innegociable. El bloqueo sigue vigente y la ayuda turca a los gazatíes tendrá que pasar primero por el puerto de Asdod, el primer barco ya partió de Estambul y su carga no tardará en repartirse en la franja. Este restablecimiento de relaciones servirá también para que el gas descubierto por Israel pueda llegar a Europa a través de Turquía y el diario Hurriyet fijó un plazo de tres años para que comience esta exportación que Israel ve como un paso importante para su economía.
Día a día aparecen nuevos detalles sobre los tres terroristas que cometieron el ataque en la noche del martes. Fuentes de la investigación citadas por la agencia Anadolu identificaron a Rakim Bulgarov y Vadim Osmanov como dos de los autores. Una fotocopia del pasaporte ruso de Osmanov ha aparecido en el piso que tenían alquilado en el céntrico distrito de Fatih y por el que habían pagado 24.500 liras turcas (unos 7.500 euros al cambio) de adelanto por la renta de todo un año. Bulgarov también es de origen ruso y sigue abierta la investigación sobre el tercer miembro del comando. En el diario opositor Özgür, se preguntaban en portada cómo es posible que el piso franco se encontrara a apenas cinco manzanas de la principal comisaría de Policía y que durante tres meses nadie se percatara de su presencia.
Desde el Kremlin siempre han alertado de la fuerte presencia de combatientes llegados de las exrepúblicas soviéticas en las filas del Daesh. El presidente ruso, Vladimir Putin, fijó entre 5.000 y 7.000 el número de milicianos y fue uno de los argumentos principales que puso sobre la mesa para lanzar la operación militar de apoyo al presidente sirio, Bashar Al Assad.
Cerebro checheno
Pasado el atentado, medios turcos como el diario progubernamental «Yani Safak» apuntaron al checheno Ajmed Chatayev como el jefe del Daesh en Estambul y le acusaron de ser el cerebro de las operaciones suicidas en el aeropuerto, la de marzo en Taksim y la de enero en Sultanahmet. El congresista estadounidense Mike McCaul, presidente del Comité de Seguridad Nacional, confirmó ante la Cámara de Representantes que Chatayev «es el enemigo número uno del Cáucaso norte. Ha viajado a Siria en numerosas ocasiones y se ha convertido en alto mando del Ministerio de Guerra del Daesh». En declaraciones a la cadena CNN, McCaul informó además de que piensa que «fue el responsable de coordinar este último atentado antes del final del Ramadán». El combatiente checheno abandonó Rusia hace una década y desde entonces había sido detenido en dos ocasiones, en Bulgaria y Georgia, pero en ambas fue puesto en libertad.
Este último gran atentado en Estambul ha coincidido con el cambio de estrategia en política internacional del presidente Recep Tayyip Erdogan, que aparca el frentismo y se acerca a Israel y Rusia para intentar ganar apoyos. El restablecimiento de relaciones con Israel ha causado sorpresa en el interior del país después de seis años en los que el dirigente había repetido que el levantamiento del bloqueo que sufre Gaza era una condición innegociable. El bloqueo sigue vigente y la ayuda turca a los gazatíes tendrá que pasar primero por el puerto de Asdod, el primer barco ya partió de Estambul y su carga no tardará en repartirse en la franja. Este restablecimiento de relaciones servirá también para que el gas descubierto por Israel pueda llegar a Europa a través de Turquía y el diario Hurriyet fijó un plazo de tres años para que comience esta exportación que Israel ve como un paso importante para su economía.
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