Por Sebastián Rivas y Natalia Saavedra
"¿Cuáles son los soportes de estas proyecciones? ¿No debieran ser más realistas?". La voz del empresario Aníbal Mosa -uno de los nueve directores de Blanco y Negro S.A.- se escuchó fuerte en las oficinas de Puga Ortiz Abogados. Era el lunes 30 de enero y su intervención marcaba el punto más álgido de la última sesión del directorio de la sociedad antes de salir de vacaciones. El tema era el presupuesto para el 2012, y sus palabras mostraban un fuerte descontento con la propuesta presentada por la administración de Hernán Levy.
En un tono duro, Mosa cuestionó las cifras entregadas por la gerencia. Las calificó como "demasiado optimistas", y recalcó dos aspectos: que las metas financieras planteadas para 2011 no se habían cumplido, y que las proyecciones para 2012 eran muy difíciles de alcanzar.
Momentos después de la intervención de Mosa, otro director pidió la palabra. Fue Leonidas Vial, socio fundador de la corredora de bolsa LarrainVial. Según presentes en la cita, "León", como le llaman sus cercanos, hizo ver que la información entregada era insuficiente y solicitó que los directores accedieran a más antecedentes del presupuesto. Levy mantuvo un estricto silencio, visiblemente incómodo, pues era la segunda vez que se realizaba la presentación y él respaldaba la propuesta financiera.
La tensa reunión, a la que asistieron siete de los nueve directores, tenía un elemento adicional. Ese mismo día, la familia Bertin decidió vender su 9,81% de B&N, el mismo que fue adquirido por un comprador anónimo a través de LarrainVial, lo que, en la práctica, implicaba que Vial manejaría un porcentaje mayoritario de acciones de Colo Colo: al 9,93% que posee a título personal, sumaba cerca del 20% bajo la administración de la corredora, lo que implica la potestad de nombrar a un tercer director y le daba ventaja de cara a abril, cuando la junta de accionistas defina quién encabezará la administración de B&N.
Pero nada de eso se habló en el directorio. Lo que podría haber sido una soterrada disputa se manejó con "guante blanco". Incluso, el presupuesto se aprobó tras cuatro horas y quince minutos de debate, con la abstención de Mosa. Sólo hubo un gesto que retrató el tenso momento: un "pacto de silencio" entre los directores para no hablar con la prensa de asuntos vinculados con B&N hasta marzo.
Pese a este "acuerdo de caballeros", las críticas cruzadas entre Levy y Vial ya se perciben. El actual presidente de Colo Colo le critica al socio de la corredora de bolsa un estilo demasiado impulsivo en el directorio. Eso, según su entorno cercano, quedó graficado en octubre pasado, cuando el delantero Esteban Paredes -uno de los símbolos del club- se lesionó. Entonces Vial era partidario de vender su pase. Por el contrario, cercanos a "León" acusan a Levy de ser extremadamente personalista y de tener una actitud débil frente a las crisis.
Así, la sensación de varios de los presentes en el directorio es que este "fuego cruzado" es el sinceramiento de un nuevo escenario. Uno que no se juega sólo en la cancha, y en el que las opciones incluyen cambios radicales en el esquema del club más popular de Chile.
Los correos reservados
En un e-mail que circuló entre los directores, Leonidas Vial le señaló a Hernán Levy: "Para tu tranquilidad, cuentas con mi apoyo y cooperación para sacar el proyecto de Colo Colo". La interpretación de ese correo fue ambigua. Algunos lo consideraron un "espaldarazo" a Levy. Otros, como un "apoyo tibio".
El martes 31 de enero, un día después de la reunión de directorio, Hernán Levy llamó por teléfono a Leonidas Vial. La conversación fue tensa: el actual presidente de Colo Colo le recriminó la forma en que se había efectuado la venta accionaria de los Bertin, pues, según le señaló, él era el único director de B&N que sabía quién era el comprador, además de ser sólo él quien podía decidir el futuro de ese paquete. Es más: Levy se habría molestado con Vial, porque pese a conocerse hace varios años -la corredora maneja parte de su patrimonio y uno de sus hijos trabajó allí- fue marginado de la operación, sin tener espacio para que él o sus cercanos realizaran alguna oferta por ese paquete y así no perder influencia en el club.
Vial despejó las dudas. Le respondió que, por su obligación como custodio de las acciones, era imposible revelar el nombre de quien adquirió la participación. Pero, a la vez, le dijo que se quedara tranquilo, porque lo seguía respaldando.
Horas después, los directores de B&N se sorprendieron con un correo electrónico enviado por Levy en que relataba la conversación con Vial. Pero el tema fue más allá: el empresario sugería que era conveniente hacer público el apoyo del empresario a su gestión para frenar las especulaciones de la prensa sobre su futuro.
Varios directores hicieron ver a Levy que estimaban impertinente hacer pública una conversación privada. Pero el debate lo zanjó el propio "León". En un escueto correo que circuló entre los otros miembros de la mesa, le señaló a Levy: "Para tu tranquilidad, cuentas con mi apoyo y cooperación para sacar el proyecto de Colo Colo", decía ese e-mail.
Sin embargo, la interpretación de ese mensaje fue ambigua. Mientras algunos lo consideraron un "espaldarazo" a Levy, otros lo vieron como un "apoyo tibio". Algo así como una "fórmula inteligente de León para asegurar quietud, pero no un apoyo más allá de la próxima junta". Incluso más: muchos ven en esta jugada una fórmula para que Vial juegue un rol protagónico en la conformación de la próxima directiva alba.
El martes 31 de enero, un día después de la reunión de directorio, Hernán Levy llamó por teléfono a Leonidas Vial. La conversación fue tensa: el actual presidente de Colo Colo le recriminó la forma en que se había efectuado la venta accionaria de los Bertin, pues, según le señaló, él era el único director de B&N que sabía quién era el comprador, además de ser sólo él quien podía decidir el futuro de ese paquete. Es más: Levy se habría molestado con Vial, porque pese a conocerse hace varios años -la corredora maneja parte de su patrimonio y uno de sus hijos trabajó allí- fue marginado de la operación, sin tener espacio para que él o sus cercanos realizaran alguna oferta por ese paquete y así no perder influencia en el club.
Vial despejó las dudas. Le respondió que, por su obligación como custodio de las acciones, era imposible revelar el nombre de quien adquirió la participación. Pero, a la vez, le dijo que se quedara tranquilo, porque lo seguía respaldando.
Horas después, los directores de B&N se sorprendieron con un correo electrónico enviado por Levy en que relataba la conversación con Vial. Pero el tema fue más allá: el empresario sugería que era conveniente hacer público el apoyo del empresario a su gestión para frenar las especulaciones de la prensa sobre su futuro.
Varios directores hicieron ver a Levy que estimaban impertinente hacer pública una conversación privada. Pero el debate lo zanjó el propio "León". En un escueto correo que circuló entre los otros miembros de la mesa, le señaló a Levy: "Para tu tranquilidad, cuentas con mi apoyo y cooperación para sacar el proyecto de Colo Colo", decía ese e-mail.
Sin embargo, la interpretación de ese mensaje fue ambigua. Mientras algunos lo consideraron un "espaldarazo" a Levy, otros lo vieron como un "apoyo tibio". Algo así como una "fórmula inteligente de León para asegurar quietud, pero no un apoyo más allá de la próxima junta". Incluso más: muchos ven en esta jugada una fórmula para que Vial juegue un rol protagónico en la conformación de la próxima directiva alba.
León deportista
La primera semana de noviembre, Leonidas Vial llamó a Cristián Varela, el presidente del Club Social y Deportivo Colo Colo -entidad que tiene dos puestos en el directorio- y uno de los hombres que más conocen el escenario interno del club. Ambos mantienen un diálogo fluido desde 2005, cuando Varela y Vial crearon en conjunto el modelo de Blanco y Negro, la primera sociedad anónima del fútbol chileno. Por eso mismo, quienes los conocen dicen que tienen un estilo de trabajo parecido y comparten muchas de la visiones sobre el club.
En la conversación, Vial le manifestó a Varela su inquietud por el rumbo que llevaba la institución en lo deportivo y el malestar con la forma en que se estaba conduciendo el área administrativa, lo que implicaba cuestionar el estilo de Levy al frente de Blanco y Negro.
Aunque se rumoreó que el empresario tenía interés por vender su participación, los hechos mostraron lo contrario: compró a título personal un paquete accionario que le hizo aumentar de 9,5% a 9,9% su presencia en B&N, y luego encabezó la venta de los papeles de la familia Bertin, en que LarrainVial quedó como representante del comprador, con lo que Vial y la corredora suman casi el 30%, superando el actual porcentaje de Levy (24,5%), que hasta la última venta era el mayoritario.
Si bien en el entorno de los Bertin señalan que la decisión fue estrictamente "de negocios", para buscar inversiones más rentables, algunos directores plantean que fue por diferencias con el estilo de la administración actual.
La primera semana de noviembre, Leonidas Vial llamó a Cristián Varela, el presidente del Club Social y Deportivo Colo Colo -entidad que tiene dos puestos en el directorio- y uno de los hombres que más conocen el escenario interno del club. Ambos mantienen un diálogo fluido desde 2005, cuando Varela y Vial crearon en conjunto el modelo de Blanco y Negro, la primera sociedad anónima del fútbol chileno. Por eso mismo, quienes los conocen dicen que tienen un estilo de trabajo parecido y comparten muchas de la visiones sobre el club.
En la conversación, Vial le manifestó a Varela su inquietud por el rumbo que llevaba la institución en lo deportivo y el malestar con la forma en que se estaba conduciendo el área administrativa, lo que implicaba cuestionar el estilo de Levy al frente de Blanco y Negro.
Aunque se rumoreó que el empresario tenía interés por vender su participación, los hechos mostraron lo contrario: compró a título personal un paquete accionario que le hizo aumentar de 9,5% a 9,9% su presencia en B&N, y luego encabezó la venta de los papeles de la familia Bertin, en que LarrainVial quedó como representante del comprador, con lo que Vial y la corredora suman casi el 30%, superando el actual porcentaje de Levy (24,5%), que hasta la última venta era el mayoritario.
Si bien en el entorno de los Bertin señalan que la decisión fue estrictamente "de negocios", para buscar inversiones más rentables, algunos directores plantean que fue por diferencias con el estilo de la administración actual.

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