miércoles, 3 de octubre de 2012

El planeta Tierra se fractura

Un hombre carga a un niño herido tras un terremoto en Java en 2006. / AP

La insólita ruptura de una de las grandes placas tectónicas de la superficie del Índico causó el terremoto del pasado abril al suroeste de Sumatra

ALICIA RIVERA Madrid 3 OCT 2012 - 00:00 CET

El 11 de abril de este año se registraron dos grandes terremotos de magnitud 8.7 y 8.2 en el océano Índico, al suroeste de Sumatra. Tembló la tierra desde Australia hasta India y el sureste asiático y murieron dos personas y otras ocho fallecieron por ataques cardíacos. Fueron muy pocas víctimas y daños en comparación con la tremenda catástrofe del terremoto de 2004 en la región, cuando el tsunami desencadenado se cobró miles de vidas. Pero no pasó desapercibido para los científicos: fue un gran acontecimiento en la historia de la Tierra, algo excepcional, porque esos sismos se debieron a un proceso de fractura de una de las grandes placas tectónicas (la Indoaustraliana) que forman la corteza terrestre.

En realidad, el terremoto de 8.7 respondió a cuatro fracturas en el interior de la placa, tres de ellas paralelas entre sí y una cuarta perpendicular a ellas, formando en su conjunto una falla en escalón. El proceso duró dos minutos y 40 segundos y fue seguido dos horas después por otro terremoto de magnitud 8.2. La zona de rotura se situó a unos centenares de kilómetros de la costa occidental de Sumatra y en pleno mar. Se rompió el fondo del océano. Los terremotos dieron lugar a lo que los expertos denominan desgarros de placa.

“El del pasado 11 de abril es probablemente el mayor terremoto de desgarre que se ha registrado con sismógrafos”, dicen los investigadores de la Universidad de California, Santa Cruz (UCSC), autores de uno de los tres artículos sobre este acontecimiento geofísico publicados en el último número de la revista Nature.

“Nunca hemos visto un terremoto así, ya que forma parte del complejo proceso de fractura de una placa” dice Keith Koper, científico de la Universidad de Utah (EE UU) y coautor de unos de los artículos mencionados. “Ahora [abril de 2012] lo que vemos es la separación de la placa Indoaustraliana en dos placas”, añade Thorne Lay (UCSC). Pero es una red de fracturas compleja no una rotura limpia, concluyen los investigadores.

Es probablemente el mayor seísmo de desgarro registrado con sismógrafos

La litosfera terrestre, es decir, los 100 primeros kilómetros que incluyen la corteza y la parte superior del manto, está dividida en una docena de grandes placas rígidas de distintos tamaños y formas que descansan sobre el manto terrestre semifluido. Las placas chocan entre sí, se separan, se montan una sobre otra, se deforman y originan cordilleras, se deslizan en sus bordes... y las zonas del planeta donde acontecen estos procesos dinámicos en las fronteras entre placas son especialmente susceptibles de sufrir terremotos y vulcanismo. Cuando una de estas grandes piezas de la litosfera está presionando sobre otra, se van acumulando tensiones que se liberan provocando grandes seísmos.

“Desde el punto de vista tectónico, los dos terremotos de abril manifiestan un proceso de rotura en el interior de la placa Indoaustraliana y la creación de un nuevo borde de placa en el que las partes correspondientes a India y Australia se separan entre sí”, explica Miguel Herraiz, catedrático de Física de la Tierra y director del departamento de Física de la Tierra, Astronomía y Astrofísica I, de la Universidad Complutense de Madrid. “Algo así sucede constantemente en el planeta con una escala temporal de centenares de miles de años, pero esta vez se ha podido observar el inicio de la formación de un nuevo límite entre placas en directo y con instrumentación adecuada para estudiarlo”, comenta este especialista.

Ese proceso tectónico, indican Matthias Desescluse (CNRS francés) y sus colegas en su artículo de Nature, forma parte de la continua deformación entre placas que está registrándose en la zona. Así, el terremoto del pasado abril seguramente se disparó, al menos en parte, por los cambios generados en la tensión de las placas en la zona debido al catastrófico sismo de magnitud 9.1 del 26 de diciembre de 2004, que desencadenó el pavoroso tsunami que mató a casi 230.000 personas en la región del Índico.

Los movimientos activaron una falla en California, según los investigadores

Los sismos del pasado abril fueron de magnitudes inferiores al de hace ocho años, pero también muy importantes. ¿Por qué no desencadenaron ninguna ola gigante? Sí que causaron tsunamis estos terremotos, puntualizan los científicos, pero pequeños (el mayor registrado fue de unos 30 centímetros de altura). Esto se debe, explican los expertos, a que la fractura de la placa bajo el fondo marino en abril de este año fue de desgarre y, por tanto, con desplazamiento predominantemente horizontal, mientras que, en 2004, se produjo un pronunciado escalonamiento de placas y, al hundirse el fondo marino, se originaron las olas gigantescas de largo alcance.

Sin embargo, esos terremotos tuvieron otro tipo de efecto lejano, e insólito para los expertos: parece ser que activó sísmicamente otra falla, un borde de contacto entre placas, a miles de kilómetros de distancia, en California, explican Fred Pollitz (del Servicio Geológico de EE UU) y sus colegas.

Cuando se produce un terremoto se queda todo el planeta vibrando durante un tiempo, “y estudiando esas vibraciones podemos conocer la estructura interna de la Tierra”, apunta Herraiz. Pero en los días posteriores al terremoto de abril de este año en el Índico, fue especialmente notable la cantidad de sismos importantes (hasta magnitud 7) alejados del epicentro (a más de 1.500 kilómetros) y los científicos sospechan que, al menos en el caso de California, se debió a la activación de una falla allí por efecto de la fractura de placa registrada al otro lado del mundo.


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